│• La Cabaña del Lago •│Parte 1

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●• Con mucho amor, disfrútenlo •●

●• Con mucho amor, disfrútenlo •●

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Agnes Ivanova.

A las dos de la mañana, todos se fueron movilizando a sus habitaciones. Mi estómago parecía tener una anaconda adentro removiendo una y otra vez, y me sentía bastante inquieta como cría adolescente.

Media hora después en que no apareció donde habíamos acordado, me deslicé por la pared del pasillo desolado del segundo piso del lado izquierdo de la Mansión, un poco resignada.

No vendrá, de seguro se arrepintió y... suspiré.

A las tres de la mañana cuando estaba por decidir irme, escuché sus pasos y levanté mi cabeza para verlo caminar en mi dirección tan grande, tan imponente, tan candente como mi mente afectada por la excitación lo veía. Se detuvo frente a mí y me ofreció su mano, a lo que desganada la tomé.

Me levantó de un estirón y lo próximo que sentí, fueron sus labios mientras retrocedíamos hacia el final del pasillo.

— En la última puerta para evitar inconvenientes sonoros — susurré sobre sus labios descaradamente.

Sus manos acariciaron mis muslos agachándose y por debajo de las nalgas me levantó con facilidad haciéndome rodear su cuerpo con mis piernas. Entramos a la habitación y le puso seguro a la puerta pegando mi espalda a la misma sin dejar de besarme.

Sin perder tiempo me deshice de sus abrigos cuando me dejó en el piso y lo giré tumbándolo en la cama para deshacerme de sus zapatos y bajarle el pantalón dejándolo solo en bóxer. Lo miraba a los ojos respirando un poco agitado, pero se veía tan implacable como yo en calmar este deseo cosquilleando por todo mi cuerpo.

Quería terminar esto tan rápido como comenzaba, sin analizarlo demasiado, sin ampliarlo, sin acomplejado.

Me subí encima suyo comenzando a dejar besos por su cuello, en tanto él me levantaba el vestido para deslizarlo fuera de mi cuerpo. Me enderecé intentando sacarme las botas, pero me tomó por sorpresa que de un giró terminara debajo suyo.

Mi ropa interior salió desgarrada y luego tuve su cabeza entre mis piernas tan sorpresivamente como lo rápido que estabas haciendo esto. Tan pronto como su cálido suspiro descansó sobre mi piel sensible estremeciéndome, su habilidosa lengua se deslizó sobre mis pliegues robándome un gemido involuntario.

— No — agitada tomé su barbilla cuando chupó el punto exacto entre mis piernas — Solo fóllame y acabemos con esto.

— Quiero comerte el coño y lo voy a hacer, quieras o no.

Sujetó fuerza mis muñecas al costado de mis caderas y volví a sentir su boca cálida hacer maravillas con mi intimidad. Cerré mis puños con fuerza y arqueé la espalda por el estirón de mis brazos y succión en ese punto enloquecedor.

T U Y O S (Míos #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora