🦋CAPÍTULO 37🦋

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🦋CAPÍTULO 37 🦋

‹‹Accidentes››


ALIXEN

Pase mi labio por encima de mi herida, al ser incómoda por su leve hinchazón y dolor, mientras esperaba en la fila mi turno para comprar mi almuerzo.

Me sobresalté cuando sentí a alguien rodear mi cintura con algo, pero relaje al ver a Hiram, quien me amarraba su chaqueta.

—Deja mucho a la imaginación —mencionó— ¿Cuándo fue que te desarrollaste tanto? — preguntó.

—Los umpalumpa dejan de desarrollarse a partir de los diez años, fue la ropa la que se encogió —Jess se unió a nosotros, algo que aceleró mi corazón.

Al no ser capaz de defenderse por la impresión que sentí de verlo, luego de lo que paso en el laboratorio, me dedico una sonrisa divertida y me hizo a un lado, robando mi turno en la tienda.

Lo vi ordenar tres tortas, dos jugos y un helado.

—Hoy me siento de humor, les invito —ofreció una torta a Hiram y jugo, y otra a mí— Ah, el helado es para ti —me ofreció el helado al ver que estaba por tomar el jugo— parece que lo necesitas para tu labio —su tono de burla me dio ganas de golpearlo.

—¿Qué? —Hiram me giró hacia él para verme mejor, en donde evaluó mi herida— Jaz, que te paso.

—Un tlacuache me mordió —respondí, y seguido fui a tomar una mesa. Ambos me siguieron.

—Un tlacuache —repitió Hiram con confusión— pero ¿cómo?

Vi una sonrisa curvar los labios de Jess, por lo que sin soportarlo, patee con fuerza su pierna por debajo de la mesa, al estar frente a mí. Su sonrisa se borró de inmediato y quejó.

—Oh, lo siento —fingí estar apenada, aunque por dentro disfrutaba de mi venganza— Pero Hiram, solo bromeo, me golpeé con la puerta del baño cuando fui a lavar mi mano, al cortarme.

—¿Te cortaste? —me sujeto la mano en donde tenía el curita.

—Estoy bien —lo tranquilicé y liberé de su agarre —Los accidentes ocurren, ¿verdad Jess? —le dediqué una sonrisa llena de satisfacción.

—Claro, si no, no existieras —expuso, y sentí ganas de golpearlo de nuevo, pero esta vez en la cara.

—Jess —reprimió Hiram.

—Ella preguntó —dijo, para seguido darle una mordida a su torta.

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TRÍAN GONZÁLEZ

Con la respiración agitada, tirado sobre el pasto, contemple el cielo teñirse de negro, y la luna y estrellas reclamar su espacio.

El campeonato se acerca y debía mejorar mi condición, al igual que ser más rápido, o al menos eso recomendó Connec, pues ser lobo en forma humana no te daba ventajas, no cuando eres un inmera u omega, en pocas palabras, cuando tu sangre es impura.

Me senté de golpe y puse de pie, en dirección a los vestidores para tomar un baño, porque pensar en mi jerarquía no me es grato, no cuando mi madre está traumada con ello.

Al abrir la puerta, escuché la regadera, algo que me confundió, dado que mis compañeros se marcharon hace más de media hora.

—No te detengas.

Me tensé al reconocer el dueño de aquella voz jadeante. ¿Qué acaso Munne no entendía la gravedad de que lo descubrieran?

Con enfado, avance hacia las duchas, pero me detuve, al encontrar la puerta entreabierta, y ver a Munné besar a un chico que desconocía.

NEVERLAND (+18)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora