🦋CAPÍTULO 49🦋
‹‹Al descubierto››
ALIXEN OSUNA
Desperté al sentir a alguien colocarse a mi lado. Me senté en la cama y encendí la lámpara, al ver que se trataba de Emil.
—¿Qué haces aquí?, sal de mi cuarto —ordené, pero permaneció inmóvil, mirándome.
Me puse de pie, dispuesta a sacarlo a patadas del cuarto, pero me envolvió entre sus brazos, dejando caer la bolsa que traía en sus manos.
—Emil, ¿Qué haces? —dije sin aire—, suéltame, me asfixias.
—Perdóname. No quise hacerlo, no sé qué paso —aflojó su agarre, pero sin soltarme.
—Yo sí lo sé, y eso me dolió más —lo aparté—. Me golpeaste Emil —recordé— por alguien que no te ama, que solo te usa, y lástima.
—Yo...
—No intestes justificarte —advertí—, porque no existe nada que justifique lo que te atreviste hacer.
—Lo sé, lo sé, perdóname, por favor —me tomó de la mano, ante el miedo de no obtener el perdón.
Me liberé de su agarre.
—Emil, no puedo perdonar lo que hiciste, hacerlo es aceptar y perdonar lo que papá le hacía a mamá.
—Alixen...
—Sal por favor, y cuando entiendas, que no soy el enemigo, si no tu familia ven a buscarme.
—Alixen, la dejaré, lo haré —dio un paso a mí y sujetó con cuidado mi rostro.
—No quiero que la dejes por mí, Emil —coloqué mis manos sobre la suyas—, quiero que la dejes por ti, que abras los ojos y te des cuenta de que no mereces que te lastimen de esa manera. Porque no solo una mujer debe darse el valor, también ustedes deben valorarse, porque no es cuestión de género, sino de amor propio.
—Lo siento —unió su frente a la mía—. Por hacerte pasar un mal rato, controlaré mejor mi ira —se apartó y tomó la bolsa del suelo—. Ponte esto en la cara, te ayudará con la hinchazón. —saco una caja de pastillas de hace tomar la bolsa.
Abrí los ojos con sorpresa y él miró confundido la caja, al no ser lo que esperaba sacar de la bolsa. Demonios, debí tirar la bolsa en vez de dejarla en el suelo.
—Alixen —Emil apretó la mandíbula, al igual que la caja en su mano, al saber la función de las pastillas de esa caja.
Bien dicen que los secretos y mentiras no son para siempre.
—¡Mamá! —gritó.
Me lancé sobre él, intentando quitarle la caja, pero salió corriendo de la habitación. Estoy en graves problemas.
Al llegar a la cocina, mi madre ya tenía la caja en su mano y Emil me señalaba, mientras Geyser tocia con fuerza, al ahogarse con lo que comía.
—Tú y yo vamos a hablar muy seriamente —dijo, justo en el momento que alguien tocó la puerta.
Es mi oportunidad para escapar, mamá está enojada, es mejor que hablemos cuando el enfado le disminuya.
Corrí hacia la puerta para abrirla y escapar mientras mamá atendía a quien nos visitaba, los cuales esperaba, fueran religiosos, no, mejor no, podían recordarle lo importante de reservarte hasta el matrimonio. Pero al abrir la puerta me congelé, porque jamás pensé que él tocaría la puerta de mi casa.
—Podemos hablar —dijo Munné.
Las imágenes de él y Trian en el baño llegaron a mí, por lo que supuse que quería hablar de eso.
Al no obtener repuesta de mí, miró más allá de mí.
—Se la devolveré en un momento, señora —se dirigió a mamá con una sonrisa, para seguido sujetarme del brazo y hacerme avanzar.
Al final, para mi sorpresa, me guio al callejón de mi casa, abrió la puerta de mi cuarto oscuro e hizo entrar, para seguido acercarse a la radio que tenía, conectar y elegir una canal sin señal, dejando reproducir ruido blando. Pero ¿qué demonios hace?
Él se giró hacia mí, pero no dijo nada, solo miró.
—Quieres hablar sobre lo que tienes con Trían, ¿no? —pregunté—. Quédate tranquilo, no me importa y tampoco pienso decir nada.
—Claro —rio con ironía, algo que me fastidio.
—Oye, yo no soy como ustedes que buscan los secretos de los demás para humillarlos y manejarlos a su gusto por medio de chantajes. Si te digo que no lo diré, será así. Pero si no me quieres creer, es tu problema —expuse, para seguido abrir la puerta—. Ahora vete.
Me miró fijamente, como si le molestara algo de mí, para seguido marcharse.
Qué fastidio, para qué viene hablar conmigo, para que no diga nada si al final no me va a creer que no lo voy a hacer.
Irritada, me dispongo a cerrar la puerta, pero me doy cuenta de que el candado está roto, pero, ¿cómo lo rompió?
GRACIAS POR LEERME
💋
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NEVERLAND (+18)⭐
FantasyCuando era pequeña, mis padres solían contarme historias de terror, y cuando no obedecía, decían que el lobo, bruja, o el cazador de almas vendría por mí. Su amenaza se sentía tan real que lloraba con intensidad o solía tener pesadillas. Al crecer...