🦋 CAPÍTULO 7🦋
‹‹Pesadillas››
HIRAM
Al salir del Moon fui directo a la casa de Alixen, y escalé la pared hasta llegar a su habitación. Ella siempre deja la ventana abierta para mí en los días nublados por si llegan las pesadillas que nos atormentan. En ocasiones, solo nos abrazábamos, en otras conversábamos sobre cosas sin sentido o contábamos chistes malos. Y aunque juramos no escondernos secretos, nunca nos preguntamos sobre nuestras pesadillas.
Pero la razón de estar ahora aquí no es por las pesadillas, sino el temor de lo que estoy por enfrentar.
Al entrar, miré la silla a lado de la cama con una camiseta y pantalón. Sonreí, ella siempre deja mi pijama sobre la silla por si llegó empapado. Avancé en silencio al ropero en busca de una frazada y me coloqué a su lado con cuidado para no despertarla. Ella se removió al sentirme a su lado, se giró y colocó su cabeza en mi pecho. Con una sonrisa, la envolví con mi calidez.
Muchos dicen que no se puede dormir con una chica sin que ese instinto salvaje que portamos los hombres nos haga desearlas, pero Alixen es como esa hermana que nunca tuve, mi amor hacia ella no es sexual, aunque tampoco logro identificar si el amor que siento es igual que el que tengo por mi familia, porque mi amor hacia ella y Jess transciende de muchas maneras. Me hace desear mantenerlos seguros, protegerlos de todo dolor. Hacerlos ver que siempre estaré ahí para ellos, que seré ese pedazo de madera que los mantendrá a flote en medio de un mar salvaje que los quiera hundir, no me importa destrozarme o sangrar en el intento, porque ellos son mi razón de vivir, esa razón que me mantiene con los pies en la tierra.
Atraje más Alixen a mi cuerpo y besé su frente.
No permitiré que la adentren a ese mundo que a veces deseó ignorar su existencia.
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ALIXEN
Aparté la mirada de la enfermera, quien limpiaba la Nutella de mi rostro. Ella es muy hermosa, tenía sonrisa de princesa, todas las niñas de la escuela querían ser de grande como ella, incluso yo.
—Deja de llorar bonita —dijo, aunque sabía mi nombre.
—Papá —sollocé. Quiero a mi papá.
—Tu padre estará bien —tranquilizó.
No, papá no estaba bien, yo lo vi, vi la sangre.
La puerta se abrió de golpe y reveló a un hombre de ojos oscuros con piel demasiado pálida, en compañía de un niño que era tan parecido a él.
—Maxi, necesito que dejes tu guardia y vengas conmigo.
—¿Qué sucede?, ¿y por qué has traído a Jess? —Se acercó al pequeño en pijama y revisó su cuerpo en busca de algún daño.
—Él está bien —tranquilizó el hombre, inclinándose hacia el pequeño—. Jess, necesito que te quedes aquí con Alixen, mamá y yo tenemos que ir a atender un asunto, ¿bien?
Jess asintió.
—Toma —su madre le entregó un pedazo de tela—, ayúdala a limpiarse y cuida de ella mientras su mamá llega.
Jess volvió a asentir, sin oponerse o hacer preguntas a sus padres, por lo que su madre le sonrió y dio un beso en la mejilla, para seguido salir de la habitación con su esposo.
Jess me contempló por un instante, para seguido avanzar a mí a paso lento, mientras las luces de la habitación parpadeaban. Sus facciones comenzaron a modificarse a cada paso, sus ojos se volvieron rojos y su rostro se fue desfigurando.
—Hueles rico —su voz era rasposa y gruesa.
Me pegué a la cabecera de la cama y abracé mis piernas con fuerza, al tiempo que un trueno invadía la habitación y Jess se convertía en un lobo y yo su presa.
Abrí los ojos de golpe, con el corazón acelerado y respiración agitada.
—Tranquila, solo fue un sueño, un mal sueño —Hiram me atrajo a sus brazos y acarició mi espalda.
Me aferré a él, como si de esa manera fuera capaz de ahuyentar la pesadilla que alberga un recuerdo desagradable de mi niñez, que me persigue los días de lluvias.
¿Por qué había decidido cenar aquella noche en casa de papá?, ¿Por qué no seguí el plan? Si lo hubiera hecho, él estaría vivo.
Las preguntas comenzaron a surgir en mi mente, atormentándome, porque el recuerdo doloroso, no parecía ser suficiente tortura para mi cerebro.
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JESS REIS
El ardor invadió mi cuerpo con tal brutalidad que me despertó. Contemple el techo sobre mí, mientras sentía la lava correr por mis venas, una lava que volvía mis venas de un color oscuro, como si fuera un muerto en vida. Quizás lo era.
En el pasado este dolor me hizo jadear, pero ahora solo se sentía familiar, y detestaba que fuera así.
Salí de la cama y acerque a la ventana. La lluvia caía con intensidad, el cielo se partía en mil pedazos, seguido del retumbar de los truenos.
Mi atención se dirigió a la ventana de Alixen. Su voz, su suplicante deseo en medio de una agonía, susurró en mi cabeza.
La sensación vibrante de mi cuerpo me hizo mirar hacia mi librero, del cual comenzaba a temblar, dejando caer mi cuaderno de cuero. Me acerqué y levante del suelo, al tiempo que mi vista se encontró con mi reflejo en el espejo.
Apreté el libro de mi mano, mientras contemplo mi imagen, que resultaba tan ajena y a su vez familiar. Mi reflejo sonrió maliciosamente, al tiempo que mis ojos se cubrían de una oscuridad infinita, y las venas negras, tan finas como el grosor de un hilo, invadían mi rostro, mi alma, borrando todo rastro de mi humanidad, convirtiéndome en un ser maldito, un monstruo, que se guiaba por impulsos, que disfrutaba de manchar sus manos de sangre y tomar almas retorcidas bajo lentas torturas que le resultaban tan placenteras, para saciar su sed.
NOTA DE AUTOR:
Hola mis amores, espero que tengan un excelente día😊
¿No creen que esta historia comienza tener matices oscuros?🥲
Me siento mal por Alixen. Por otro lado, ¿qué creen que sienta Hiram?, ¿en verdad no es amor de pareja?🤔
GRACIAS POR LEERME, NO OLVIDES REGALARLE UNA ESTRELLITA AL CAPÍTULO Y COMENTAR💋
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NEVERLAND (+18)⭐
FantastikCuando era pequeña, mis padres solían contarme historias de terror, y cuando no obedecía, decían que el lobo, bruja, o el cazador de almas vendría por mí. Su amenaza se sentía tan real que lloraba con intensidad o solía tener pesadillas. Al crecer...