🦋 CAPÍTULO 15 🦋

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🦋 CAPÍTULO 15 🦋

‹‹Aroma a Geosmina››


ALIXEN OSUNA

Mi espalda dolía un poco, como sentía mis ojos tan cerca de cerrarse, señal de mi agotamiento, pero no debía dormir antes de seleccionar todas las fotos que entregaré al director para la página.

Al llegar al área deportiva, el sueño se esfumó solo un poco, dado en que tenía las fotos de la piscina y las del equipo de fútbol.

Mi atención fue capturada por una en donde Trían se sacaba la camisa y al fondo aparecía Munné observándolo, sujete la foto y agregue a mi carpeta personal o, mejor dicho, las fotos que solía vender entre las chicas. Continúe observando, hasta que cruce aquella en donde Connec conversaba con el equipo de porritas, portando una sonrisa encantadora. ¿Por qué siempre tenía que ser tan coqueto y el centro de atención? Irritada, sujete la foto y agregue a la capeta para la escuela, porque, aunque yo viera eso, para el director es representación de la armonía y buena comunicación de sus estudiantes.

Continué analizando cada foto, y detuve ahora una de Jess, quien se encontraba sentando en las gradas del campo de futbol, plasmando algo en su cuaderno de cuero, que muchos piensan es un diario. El recuerdo del él en la biblioteca gritándome, llegó a mi mente.

Debo admitir que tengo tanta curiosidad como otros de saber qué es lo que plasma, pero mi intensión nunca fue husmear en su contenido. Aunque muchos dicen que en el plasma sus asesinatos, guiado por su despecho al tener una vida miserable. Y aquellos que lo conocen mejor como Hiram, dicen que solo son dibujos y algunos poemas.

Sujete la foto, y fui a la opción de borrar, pero antes de hacerlo dude. Jess no me agrada, su sola presencia retuerce un poco mis entrañas, pero debo admitir que sus fotos me gustan, y aunque puedo mentirme y decir que es por su atractivo rostro tan perfilado como el de un ángel, la realidad es que solo me gusta verlo. Su imagen plasmada me da un poco de tranquilidad, y no entiendo el porqué. En ocasiones siento que es por sus poses despreocupadas, otras por el vacío de emociones en su rostro, incluso por el hecho de que da la perspectiva que es el único ser del universo que logra resaltar incluso en el entorno más bello, como si su aura, su sola presencia fuera capaz de opacar todo, pero ninguna ha logrado convencerme por completo, quizás porque es todas ellas. Al mostrarse tal y como es, sin capas, sin importar lo que el resto del mundo piense de él.

Solté un suspiro y cerré todo. Estoy comenzando a divagar, mejor me duermo. Pero antes de acostarme, decido bajar por agua a la cocina, en donde encuentro a mi madre, quien sostiene una bolsa negra en sus manos.

—¿Déjeme adivinar?, por fin decidió matar a los gemelos —dije, ella se giró hacia mí, sin esperar que siguiera despierta.

—¿Qué?, no. ¿Qué haces despierta?, es casi media noche —expuso.

—La escuela —me encogí de hombros.

—Bueno, aprovechando que estas despiertan, saca la basura —me dio la bolsa, la cual tomé con molestia.

—¿Qué?, es responsabilidad de los gemelos sacar la basura —me queje.

—Sí, pero ya están dormidos, y a todos se nos olvidan algunas cosas, así que no discutas Alixen, y hazlo —ordenó. Irritada, obedecí.

Al salir de casa, miré a todos lados. La calle está muy sola, y el silencio impregna el lugar con un toque tenebroso.

Nadie sale después de las doce cuando hay luna de sangre, pues existen leyendas sobre cosas sobrenaturales que pasaban durante esta luna. De cómo demonios y brujas, u otros seres sobrenaturales bajan de las montañas que rodean el pueblo y cazan humanos para saciar su apetito, en fin, puras leyendas tontas que nuestros padres nos contaban cuando no obedecíamos, al menos el mío lo hacía.

Aunque mi maestro de historia, Hottman, dice que estas cosas son reales y pasaban desde antes de mi existencia, pues según él, el pueblo fue fundado por seres sobrenaturales renegados de otras comunidades cercanas, de ahí que fuera llamado Neverland. Pero no tenemos un Peter Pan o capital Garfio, menos una campanita, en su lugar tenemos a un ángel negro, los dioses griegos y titanes.

Avancé hacia la esquina de la calle y deposité la basura a un costado del bote, el cual estaba lleno y desprendía un olor a animal muerto.

—Es tarde para sacar la basura en luna de sangre.

Me sobresalté y giré con rapidez, algo que me hizo perder el equilibrio y caer encima de las bolsas negras que rodeaban el bote de basura.

Jess me miró con frialdad, pero justo en este momento algo parecía distinto en él, que me erizaba la piel. Era como si cada poro de él desprendiera peligro, y sus ojos fueran los de un asesino dispuesto a tomar otra vida.

Al darme cuenta de que no pensaba ayudarme a ponerme de pie, con lo buen caballero que es, decidí hacerlo por mi cuenta, pero el sonido de un motor corrompió el silencio que nos envolvía y capturó nuestra atención.

Por nuestro lado pasó el Jeep gris de Connec. No sé si comenzaba a alucinar, pero podía jurar que la mirada de Connec y Jess se conectaron, como si se comunicaran telepáticamente.

Cuando el auto paso de largo, Jess ocultó sus manos en los bolsillos de su pantalón y dio la espalda.

—Ve a casa, no deberías estar afuera a estas horas —dijo.

Miré a mis costados e hice una mueca de asco, por unos momentos había olvidado a donde estaba. Me levanté y sacudí mis jeans y blusa.

El canto de un búho me puso en alerta, y acelero mi corazón.

—Maldición —dije molesta, al detestar asustarme.

Al detectar el ave en el árbol del vecino, intenté ahuyentarlo, pero solo me miró con esos grandes ojos espectadores y sin emociones, negándose a irse, por lo que decidí regresar a casa.

¿Por qué?, bueno, en el pueblo se decía que los búhos son protectores, y si uno se cruza en tu camino, solo puede significar que estás en peligro. Claro, yo no creo en esas tonterías, más tampoco estoy interesada en descubrir si son ciertas.

Cuando el reloj marco la 1:00 a.m., me encontraba secando mi cabello después de tomar una ducha por caer en la basura, pero ante el sonido de un trueno provenir del cielo, dejé la secadora sobre el escritorio y acerqué a la ventana, con el único fin de respirar el delicioso aroma a Geosmina, más conocida como tierra mojada.

Respiré hondo y cerré mis ojos en busca de disfrutar más el clima. Al abrir los ojos y mirar a la calle, me mostré confundida al ver a Connec y Jess discutir en medio de esta, sin importarles la lluvia y relámpagos.

Los miré interesada y frustrada al no poder escuchar sobre lo que discuten. De repente Jess miró hacia mí y dijo a Connec, porque este siguió su vista. Ambos chicos me contemplaron, causándome escalofríos.

Jess fue el primero en romper la conexión, para comentarle algo a Connec y seguido dirigirse a su casa. Confundida, cerré la ventana y fui a sentarme en mi cama, preguntándome por qué Jess y Connec discutían, ellos ni siquiera se hablan o miran, ¿por qué ahora sí?, y ¿cuál es el motivo y la gravedad de su discusión?, como para hablarse después de tantos años.

Algo pasaba, y aunque no es mi asunto, estoy muy interesa en ello.

NOTA DE AUTOR:

Uh, ¿de qué creen que hayan hablado estos dos?, ¿realmente estará pasando algo?


NEVERLAND (+18)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora