NEVERLAND (+18)⭐

🦋CAPITULO 47🦋

 🦋CAPÍTULO 47 🦋

‹‹ La idiota ››

TRIAN GONZALES

—Hablaré con ella —rompió el silencio Munné, mientras bebíamos frente la piscina, recostados en las sillas, observando el novilunio.

Lo volteé a ver. Después de ser descubiertos por Alixen, ha estado distraído. Y aunque admito que el hecho también me genero preocupación, confió en la discreción de Alixen.

—Es Alixen —recordé—. No dirá nada, Munné.

—No se debe confiar en los Osuna —murmuró.

—Ella no es su padre —mencioné—. Si fuera así, ¿por qué nos ayudó a escapar cuando Connec entro a la habitación?

Me volteo a ver, pero sin darme repuesta, regresó su atención a la luna.

—Deberías volver a tu casa —recomendó.

—¿Acaso me estás echando de una casa que no es tuya? —pregunté.

—Lo siento. Por lo que paso —cambio de tema, sentándose—. No volverá a suceder. Sé que estás experimentando, porque fui quien te beso y toco, y despertó curiosidad en ti, pero no soy la persona adecuada para ello, así que mantengamos distancia —se puso de pie y entró a la casa.

Sin prestarle atención, mantuve la mirada en la luna. Espero que Alixen realmente se quede callada, si no en verdad tendremos problemas, y Munné más razones para odiarla y desear su muerte.

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ALIXEN OSUNA

Abrí los ojos con el sonido sordo de un trueno y las gotas de lluvia estrellándose en mi piel. Confundida, me senté, sin entender a dónde estoy y porque siento tanto frío. Hasta que el recuerdo de la noche anterior llegó a mí.

¿Qué demonios he hecho?

Con temor, miré a mi costado, pero Jess no estaba. Es una broma, ¿no?, ¿en serio me ha abandonado en el edificio?

El sonido de otro trueno y la lluvia caer con intensidad me hizo reaccionar, por lo que tomé mi ropa y avance a la puerta.

—Es un idiota. Un maldito idiota —mascullé mientras me colocaba el vestido con rapidez y seguido tomaba mis botines, desciendo descalza las escaleras.

—¡Ah, es un maldito idiota! —gruñí, al salir del edificio.

¿Tenía miedo de caminar sola por ese rumbo?, para nada, estaba concentrada en mi enojo, ¿Temía que me cayera un rayo?, no, lo merecía por idiota.

¿Pero qué demonios pensaba Jess?, que al despertarme me encontraría enamorada de él, que le exigiría que nos casemos. ¡Por favor!, solo habíamos tenido sexo, no era para tanto. Sí, había sido mi primera vez, y había sido muy idiota por entregarle mi virginidad a esa bestia, pero solo era eso, una relación sexual, algo que se supone que se debe disfrutar. Pero sí, me hubiera gustado despertar y verlo a mi lado, para no sentir esta sensación de haber sido utilizada, aunque fui yo quien lo incito anoche.

Al llegar a casa, y abrir la puerta, cuatro ojos se concentraron en mí, fulminándome.

—No estoy de humor para sus dramas —cerré la puerta detrás de mí y dirigí a las escaleras, pero Emil se interpuso en mi camino— Emil, estoy empapada de pies a cabeza, mis pies duelen, y tengo un fuerte deseo de golpear a alguien, así que hazte a un lado y déjame ir a dormir antes de que me desquite contigo.