NEVERLAND (+18)⭐

🦋 CAPÍTULO 6 🦋

 🦋CAPÍTULO 6 🦋

‹‹El único lobo aliado››

HIRAM SANZ

Desperté por un sonido brusco, que me hizo sentar en la cama y mirar en dirección al pasillo. Mamá solía dejar la puerta abierta de mi habitación para poder observarme desde su cuarto, pero hoy la puerta estaba cerrada.

—Papá —llamé. Ellos nunca cierran la puerta, y por esa razón el miedo comenzó a invadir mi cuerpo—. Papá —llamé de nuevo, pero no obtuve repuesta.

Bajé de la cama y avancé descalzo hacia su habitación.

—Mamá. —Empujé la puerta con suavidad, pero me recibió una oscuridad que me pareció infinita.

¿A dónde estaban mis papas?

De nuevo se escuchó el sonido brusco, el cual parecía provenir del primer piso. Avance hacia las escaleras, pero antes de descender me detuve, al ver un lobo, portador de una mirada azul. Mi corazón dio un brinco.

Al verlo poner en posición de ataque, corrí en dirección a mi habitación y el lobo gruñó. Podía escuchar el trote de sus pasos detrás de mí. Al llegar a mi habitación, cerré la puerta con seguro para ganar tiempo, y avancé a la cómoda, rebuscando entre el último cajón la daga de plata que papá me regalo.

Un fuerte golpe contra la puerta me hizo mirar hacia ella. Tenía miedo, pero debía ser valiente, por ello me esforcé en ignorar que el lobo destruyo la puerta de la habitación de mis padres y ahora estaba por destruir la mía. Jadeé cuando algo corto mi mano, por lo que aventé la ropa al suelo y tomé la daga, empapándola con la sangre que brotaba de mi palma.

Me giré hacia la puerta cuando esta fue destruida y puse en posición de defensa, como me enseño papá, mientras el lobo me mostraba sus dientes, para seguido abalanzarse sobre mí.

Desperté entre medio de aquella pesadilla que tanto me atormenta, con el rostro y cabello empapado de sudor. Mi vista viajó a la ventana. Las tormentas siempre traen consigo malos recuerdos. Espero que Alixen esté bien, porque tanto ella como yo adquirimos el peor momento en nuestra vida esa noche de hace nueve años. Ella perdió a su padre y yo me perdí a mí mismo. Y aunque intentamos no recordarlo, las tormentas son nuestro detonante para hacer que el pasado nos alcancé y perturbe.

Estiré mi mano y tomé el móvil para ver la hora. Solté un suspiro al ver que eran la 1:05 a.m. Salí de la cama y dirigí a la concina en busca de un vaso con agua, pero mientras descendía las escaleras me detuve al escuchar a mis padres discutir.

—¿Y cómo supones que lo haga? —preguntó papá—. No tenemos opción Perla, todos votaron por él, tengo que cederle el lugar como líder, tampoco me agrada la idea, pero Hiram no puede tomar mi lugar porque es un lobo, y Jess por su maldición.

—Habla con ellos, tu familia ha estado por siglos en esto, ustedes fundaron este lugar, deben hacer una excepción. Hiram ya pertenece al grupo joven del clan.

—Que esté ahí no significa nada Perla, y aunque los chicos lo llamen líder, la realidad es que no pertenece al clan.

—Tampoco pertenece a los lobos. ¡Es hijo de cazador, por Dios santo!

—No levantes la voz, lo vas a despertar —advirtió papá—. Pero ya intervine por él en el pasado, al dejar de cazar a los lobos, pero ahora que ellos están haciendo alianza con otras manadas no puedo hacer nada, el clan se siente amenazado, y por eso quieren volver a la caza, y como saben que yo no cederé han decido de que es hora de que ceda mi puesto. Y no puedo enojarme con ellos Perla, o contradecirlos.