Al unir nuestros labios, Jess me atrajo a él, y con delicadeza, me recostó sobre la manta. Deslizando su boca de la mía, beso mi mandíbula y cuello.
—Quiero besar cada parte de ti Alixen —susurró, en mi oreja— saborear por completo — jadeé al sentirlo morder mi cuello, mientras sus manos delineaban todo mi cuerpo.
Su forma de tocarme me provocaba, a pesar de ser sobre la ropa.
—Alixe, no tienes idea de cuando me estoy conteniendo para no arrancarte el vestido que cubre tu piel. —Tiro de la parte superior de mi vestido, que no sé en qué momento desabrocho y beso mi hombro, deslizando sus labios húmedos, hasta mi pecho, sin dejar de bajar la tela, hasta qué logró liberar mis brazos y dejar mi torso desnudo.
—No los muevas, ¿bien? —Ordenó, y asentí, mientras sentía su mano deslizarse por debajo de mi falda y besaba de nuevo, atrapando mi lengua entre sus labios, al tiempo su mano hacía tacto con mi intimidad. Arquee mi espalda y apreté mis piernas por el placer que ambas acciones me causaron—. No desobedezca, pequeña —susurró, abriéndome las piernas e iniciando su tortuosa y agradable caria, mientras su boca besaba mi cuello, mandíbula, hasta llegar a la división de mi pecho, la cual beso, y succionó, para seguido besar sobre el volumen de mi pecho derecho, y apartar la pezonera y deslizar su lengua sobre mi pezón.
Arquee mi espalda y un jadeo escapó de mis labios al atraparlo entre sus labios y succionarlo, al tiempo que presionaba mi clítoris.
—Quieta, o me detendré —su voz ronca, despertó más el deseo en mí, para que continuara jugando con mi cuerpo, con su boca.
Lo sentí apartarse, y hacer lo mismo que había hecho con mi pecho derecho, el izquierdo, para seguido besar todo mi abdomen, y los costados de mis costillas, lo cual me hizo retorcer bajo él. Porque me era imposible mantenerme quita con tanto placer recorriendo mi cuerpo. Pero a pesar de su advertencia, él no se detuvo.
Mi respiración se volvió más agitada cuando Jess centro su caricia en la parte superior de mi intimidad, rozando de manera circular y dando pequeños toques a su vez. Mordí mi labio inferior, cuando me es imposible dejar de jadear. Pero Jess, mueve hábilmente con sus dedos mi ropa interior, y su piel toca la mía, volviéndose su caricia más intensa.
Sentí el pecho de Jess sobre el mío, sin dejar de mover sus dedos, atrapando mi labio con sus dientes, para que lo liberara de los míos.
—No te calles, quiero escucharte —su voz estaba aún más ronca, y su respiración se encontraba tan agitada como la mía—. Maldición, Alixen —pegó su frente sobre mi pecho, que subí y baja en compañía de mis jadeos— estás demasiado húmeda, que no puedo más. Tus jadeos, tu humedad, es por mí y solo para mí —lo escuché jadear—. Sé que esto es nuevo para ti, pero debo tomar lo que es mío, y demostrarte lo que es ser mía, aunque sea solo por esta noche.
Se apartó de mí y sentí subir mi falda con rapidez y bajar mi ropa interior, abriendo mis piernas.
El corazón comenzó a palpitarme con fuerza, al igual que un cosquilleo en esa parte me invadió, al saber lo que podía hacerme, al estar tan expuesta ante él.
—Alixen, no quiero que calles lo que te provoco, quiero escucharte mientras tomo.
Me removí un poco cuando besos el interior de mi muslo, haciendo un camino hasta mi intimidad. Y al sentir su boca, quise detenerlo, pues se sentía extraño, aparte de resultarme vergonzoso, pero colocó su mano en mi vientre y obligó a permanecer acostada.
—Jess...
Estaba a punto de decirle que se detuviera, cuando su lengua rozo la parte más sensible de mi intimidad e hizo jadear. Apuñe mis manos, ante la intensidad de placer. Era tan fuerte que temí gritar.
La manera en la que chupaba, lamía y movía su lengua, fue demasiado para mi cuerpo, que comenzó a sentirme muy caliente, como si una fuerte llama me abrazara, que se deslizaba por mi vientre y amenazaba en hacerme explotar. Y lo deseaba, deseaba con desesperación explotar, al punto que suplique por ello en mis pensamientos. Que manifestaron mi deseo, pues una sensación agradable me recorrió el cuerpo e hizo arquear al tiempo que apuñaba con fuerza mis manos, siendo liberada de aquella prisión de placer de una manera tan satisfactoria.
Me quedé quieta, con la respiración agitada, pero al escuchar a Jess desabotonarse el pantalón, me quité la camisa de los ojos. Nuestras miradas se cruzaron y bajé mi atención a su miembro. Por un momento temí, pues su tamaño me hacía dudar que pudiera entrar en mí, o cuanto dolor me causaría. Pero quería que continuara.
—No te detenga —ordené, al encontrarme con su mirada de nuevo, recostándome.
Él se inclinó, y rozó su miembro por mi intimidad, causando una sensación extraña, pero agradable, para seguido abrirme un poco más las piernas e introducirse lentamente dentro de mí, causándome dolor.
—Relájate —se acercó a mis labios— puedo sentir lo tensa que estás.
—Jess —lo sujeté del brazo ante el dolor, para detenerlo.
Sin detenerse, rozó nuestros labios.
—Lo haré más lento, ¿bien? —Me dedicó una sonrisa que me tranquilizo, para seguido comenzar a besarme.
El dolor comenzó a ser cada vez más intenso, y de pronto Jess empujo sus caderas y entró por completo, causándome un gran dolor que provocó que mordiera un labio.
—¿Estás bien? —preguntó.
—Lo siento, te lastimé —miré su labio con una perla de sangre. Me sonrió.
—Ay Alixen —unió nuestras bocas. Ignoré el sabor metálico de sus labios, continúe el beso.
Jess comenzó a mover sus caderas, causándome un poco de dolor, pero no se comparaba con el placer, de hecho, lo que sentía no se comparaba a nada.
Dejó mi boca en paz y me miró, mientras se movía. Cerré los ojos ante la agradable sensación.
—Mírame —ordenó, y obedecí.
Nuestras miradas estaban conectadas, su boca se encontraba entreabierta, en su mirada había tanta oscuridad, y aquellos mechones más largos de su cabello caían sobre su frente. Demonios, es demasiado sexi.
Rodee con mis piernas su espalda y estiré mi mano, atrayéndolo a mí para besarlo. Él recibió mi boca con gusto, y sus caderas comenzaron a moverme más rápido, haciéndome arquear la espalda, ante el placer y dolor. La llama surgió de nuevo en mi cuerpo, lo que provocó que apretará con fuerza su espalda, al punto de enterrar mis uñas en su piel, pero no pareció importarle, su única repuesta fue moverse aún más, lo que aceleró mi liberación.
Escuche maldecir, y algo tibio abrazar mi interior, para seguido dejar caer su cuerpo sobre el mío.
—Creo que ya no necesitaras esa foto mía para masturbarte —brome sin aire, y él rio.
NOTA DE AUTOR
Capítulo largo, capitulo intenso😎
Ya pueden gritar🤭 o echarse aire 😏. Mejor beban aguita frita para bajar la temperatura🤭
PD. Ya no hay vuelta atras, se han liado, y muy bien🤣
GRACIAS POR LEERME, VOTAR Y COMENTAR
💋
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NEVERLAND (+18)⭐
FantasíaCuando era pequeña, mis padres solían contarme historias de terror, y cuando no obedecía, decían que el lobo, bruja, o el cazador de almas vendría por mí. Su amenaza se sentía tan real que lloraba con intensidad o solía tener pesadillas. Al crecer...