-¡Lena! -Dijo al azabache abriendo la puerta bruscamente.
-¿Que formas son esas de entrar? ¿Y la cena? -dijo la peli naranja
-No he cazado nada. -dijo pasando de largo y yendo en dirección a la habitación que compartía con Lena.
- Mierda, entonces salid a buscar algo ya bastardos! -les gritó a los bandidos.
El pequeño se adentró a la habitación donde encontró a Lena leyendo un libro. Ésta ni se dignó a mirarlo.
-No se qué he dicho o hecho para que estés así pero lo siento.
-...
-Venga Lena, no puedes ignorarme para siempre.
-Déjame Ace.
-Dime al menos el motivo.
-No te hagas el inocente.
-No entiendo nada. -dijo en un murmuro.
Se acercó a la pequeña y se sentó junto a ella. Ella seguía sin prestarle mucha atención.
-Ya te he pedido perdón.
-No necesito tus disculpas.
-¿Entonces qué? -Ya se le acababa la paciencia al pequeño.
La peliblanca cerró el libró y lo miró fijamente haciendo que se pusiera nervioso por el silencio.
-¿Ese era tu plan desde el principio?
-No sé de que plan hablas.
-Ace, ya me estás cansando. No voy a dejar que me uses como lo hizo mi padre. Pensaba que me entendías pero parece que todo era una falsa desde el principio.
-¿De que hablas?
-Desde el que te hablé de mi poder has querido usarme ¿verdad?
-¿Qué? ¡No!
-Como si fuera a creerte.
-Pensaba que ya confiabas en mi pero veo que no.
-No te hagas la víctima ahora.
La pequeña se levantó y salió de la habitación dejando a un Ace completamente confundido.
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Narra Lena:
Hoy me levanté muy temprano para ir a la villa Foosha, pues hoy se irían Shanks y su tripulación y quería pasar el último día con ellos.
Al llegar me los encontré en el bar como de costumbre. Luffy estaba gritando a los cuatro vientos que sería pirata mientras los piratas se burlaban de él.
-!Oh Lena, estás aquí! -Gritó Lucky.
-Hola Lucky, hola chicos. ¿Ya os estáis burlando de Luffy?
-Nosotros nunca haríamos algo así. -dijo el pelirrojo.
