Compartir mucho de ti con seres queridos puede tener consecuencias nefastas.
Dieciocho días antes de la boda, fueron hasta 13 Coins, un restaurante de Seattle conocido por tener música en vivo de jazz y blues. Era el lugar que Sophie había elegido para la cena de ensayo. El gerente quería que fueran a probar los postres que ofrecían.
Para cuando terminaron de degustar natillas y tartas de frescas, estaban listos para algo ligeramente más pesado. Harry apretó algunos botones en su GPS para elegir un restaurante en el área.
-De qué tienes ganas, Soph?
-Decide tú. Cualquier cosa está bien para mí.- hizo una pausa y sonrió- Pero sin antifaces.
-Muy bien.
Él apretó un par de botones más, encontró un restaurante y comenzó a conducir.
La voz femenina le daba instrucciones a intervalos, guiándolo con facilidad por las calles hacia un restaurante japonés.
-Conozco este lugar- dijo Sophie mientras salía del auto.
-Ah sí? Has estado aquí antes?
Ella se mordió el labio con nerviosismo mientras los recuerdos inundaban su mente.
-Hace mucho tiempo...- murmuró con voz apagada.
El restaurante era de estilo hibachi, con varios cocineros habilidosos que preparaban las comidas en la mesa delante de los clientes. Harry pensó que sería divertido probar algo diferente, pero notaba por la conducta de Sophie que algo no estaba bien.
Después de que la anfitriona los sentó a una mesa junto a cuatro personas, le preguntó en voz baja que pasaba.
-Este es el lugar- le confió ella- Es donde mis padres me trajeron cuando cumplí nueve años. Aquí tuvimos nuestra última comida.
Harry le acarició la espalda.
-Quieres ir a otro lugar?
Ella se permitió sonreír.
-Que tierno! No, estoy bien- acordó, mirando a su alrededor- En realidad, no es tan malo venir aquí. Tal vez, no debería haberlo evitado tanto tiempo.
El cocinero vino unos minutos más tarde y comenzó su espectáculo culinario.
Era entretenido, pero la comida no era tan buena como Sophie la recordaba.
-Puede ser que hayan cambiado de dueño- supuso- Después de todo, han pasado casi veinte años.
Al final de la comida, la anfitriona regresó con una galleta de la fortuna para cada persona de la mesa.
-Creía que las galletas de la fortuna eran chinas- comentó Harry mientras tomaba su galleta.
La anfitriona hizo una reverencia con la cabeza cortésmente.
-Galleta de la fortuna asiática- dijo con acento japonés-China gusta galleta. Japón gusta fortuna.
Harry se rió.
-Ya veo. Tendré que recordar eso.
Todavía se reía entre dientes cuando volvieron al auto. Sophie estaba más pensativa.
-Antes de volver a casa- pidió- te molestaría si vamos un poco más adelante por esta calle?
-Para nada. Que sucede?
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Dulce Mala Fortuna (Harry Styles)
FanfictionExiste el amor verdadero? Podemos alcanzar la felicidad? Sophie y Harry se reencuentran para cambiar su suerte.