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Para Harry, una cita a ciegas en el Space Needle, seguida de una velada junto a las estrellas artificiales desde un piso de concreto, fue tiempo más que sufiente con Sophie Jones para reconocer que su plan original de verla una sola vez tuvo muy poca visión de futuro. Ahora el capricho desplazó a la curiosidad, y quería el mayor tiempo posible con ella. Diez minutos después de dejar a Sophie en su casa, decidió que hora de invitarla a salir otra vez. Detuvo el coche en un lugar vacío, sacó su celular y le envió en rápido mensaje de texto.

¿Estás libre mañana?, escribió.

Lo siento. Tengo que trabajar. Mi principal empleado viaja fuera de la ciudad.

¿Te importa si paso por tu tienda, entonces?

Harry esperaba una respuesta rápida, pero pasaron varios minutos antes de que Sophie contestara, y la brusquedad de su réplica lo sorprendió con la guardia baja.

Sí... Me importa.

Esperaba que todo fuera una broma y le escribió apurado otro breve mensaje de texto:

¿¿¿Entonces es un no definitivo???

Sí..., perdón.

Harry se quedó mirando las palabras. Estaba tan seguro de que Sophie había disfrutado las citas anteriores que no podía creer que ella simplente no quisiera verlo otra vez. "En realidad, no soy experto en mujeres", pensó. Después de debatir durante cinco minutos si debía o no enviarle otro mensaje, Harry decidió dejar el tema ahí. Puso el auto en marcha y condujo hasta su casa.

Recostada en su cama una hora después, Sophie miraba fijamente la última nota que le había enviado a Harry. Sí... Perdón. Deseaba haber comunicado su mensaje de manera más delicada. No era que no quisiera verlo, pero no tan pronto. Sophie había tenido antes relaciones que comenzaban y fracasaban rápido, y eso era algo que quería evitar con Harry.

Durante los siguientes treinta minutos, Sophie permaneció tendida sobre su cama, con el teléfono en la mano, con la esperanza de que Harry enviara otra nota, pero nada llegó. Entonces ella cedió y elaboró un mensaje por su cuenta:

¡Ey, Harry! ¿Adónde te fuiste?

Harry no perdió nada de tiempo en responder.

Estoy aquí tratando de descubrir lo que hice mal. :(

¡PERDOOOÓN! A veces, soy mala, lo sé. Pero yo también quiero verte. POR FAVOR, ven a la tienda mañana. ¡¡Puedes ayudarme a hacer el caramelo!!

Bien. Pero solo porque me encanta el caramelo.

¡Perfecto! ¡Buenas noches!

Al día siguiente, Harry estuvo nervioso pensando mucho acerca de qué le diría Sophie. Pero cuando se presentó en Chocolat' da Soph esa noche, pronto se dio cuenta que su preocupación era infundada. Tan pronto como atravesó la puerta, Sophie le dio un afectuoso abrazo y lo sentó en un banco cerca de la ventana.

-Todos lo clientes reciben un abrazo?-preguntó él con timidez- Tendré que venir aquí más seguido.

-Por eso todavía estoy en el negocio- le retrucó ella con una risita. Entonces, se sentó en el banco que estaba junto a él y se puso seria-Escucha, con respecto a lo de anoche, yo no tengo li que se dice buenos antecedentes...- había varias formas de terminar la frase. "¿Con respecto a hombres guapos? ¿Con abrir mi corazón? ¿Con el compromiso?- con la confianza- dijo por fin.

Él la miró de forma extraña:

-¿No confías en mí?

Ella se rió ligeramente, dándole una palmadita en la rodilla.

-No confío en mí. Tengo el mal hábito de arruinar relaciones, así que cuando dijiste que querías verme ten pronto, me puse nerviosa. Eso es todo.

-Creo que te entiendo.

Sophie se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja:

-Es paradójico. Por miedo a que se alejen los hombres, termino por alejarlos yo.

Harry rió por lo bajo.

-Espera. Cualquier tipo estaría loco si dejara que lo alejes de ti.

A Sophie le gustaba la voz de Harry. Era segura y reconfortante. También le gustaba el modo en que sus hoyuelos se hundían en las mejillas cuando sonreía y hablaba al mismo tiempo.

-Eso mismo fue lo que dijo el último que vino a mi tienda para ayudarme hacer caramelo, y sabes dónde está ahora?- observó el rostro de él para ver si tenía una respuesta- ¡Yo tampoco!- ella se rió.

Harry sonrió. Le parecía entrañable el humor autocrítico de Sophie.

-Sabes lo que dice mi mamá de las relaciones?

-Evítalas a cualquier costo, porque solo traen dolor.

-Estuviste cerca- dijo alegremente- Dice que toda relación es un fracaso, hasta que no lo es, y que eso es lo que covierte a todos los fracasos en un éxito: ser capaz de sobrepasarlos para encontrar a la persona indicada.

Sophie sonrió de manera juguetona:

-Y tú le crees a tu querida mamá?

-Sí. Por muy amargos que puedan ser lis fracasos, y yo lo sé, porque he tenido muchos, todavía tengo la esperaza de que la persona indicada llegará. Y eso convertirá lo amargo en dulce.

-Ah-dijo ella, coqueteando con dulzura- No eres solo un romántico, eres un romántico sin esperanzas.

-Un romántico con esperanza-replicó él- Hay una diferencia.

Ella le devolvió la mirada mientras trataba de leerle el pensamiento.

-Recuerda lo que dije acerca de mí y la confianza, esta bien? Considérate advertido, Harry Styles. Cuanto más veo a un chico, más me gusta, y cuanto más me gusta, más probable es que haga algo para estropearlo. Es inevitable.

Harry se puso de pie y se acercó tocándola suavemente en el brazo.

-Lo tomaré como un desafío-sonrió y la miró directamente a los ojos- Ahora, vas a mostrarme cómo hacer chocolates o qué?

Ella se dio un golpecito en la cabeza con la mano y se puso de pie también.

-Chocolates, así es. Sígueme.

Sophie condujo a Harry a la cocina y le enseñó algunos trucos básicos para hacer caramelos. Luego pasaron a las trufas y las frutas bañadas en chocolate. Durante el resto de la tarde, trabajaron codo a codo haciendo todo tipo de golosinas. Cuando sonaba la campanilla de la puerta, Sophie atendía a los clientes, pero el resto del tiempo hablaron, bromearon y disfrutaron de su mutua compañía en la cocina.

A las nueve, cuando la tienda cerró, Sophie casi había terminado con las preparaciones pera el día siguiente.

Lo único que todavía hervía a fuego lento, en una cacerola a baño María, era una nueva mixtura con la ella había jugueteado. Era una mezcla de chocolates amargos complementarios derretidos, leche condensada azucarada, crema de menta y una variedad de cremas, mantequilla y azúcar. Mientras Harry colocaba potes sobre una superficie plana, Sophie sumergió un dedo en la mezcla de chocolates y luego lo chupó hasta dejarlo limpio.

-Ven a probar esto-dijo ella y le hizo señas a Harry para que se acercara a la cocina- He trabajado en una nueva receta y necesito una opinión-metió una cuchara en la olla, luego la levantó hasta la boca de él.

Él se inclinó y tomó un sorbo despacio.

-Y?

Lamiéndose los labios, Harry respondió:

-Está rico- y entonces, sin pensar, se inclinó más cerca todavía. Sophie no resistió cuando él le dio un beso tierno- No-dijo mientras se alejaba-Está más que rico. Es probable que sea lo mejor que haya probado jamás.

Sophie se río.

-La nueva receta o...?

Harry desplegó una sonrisa radiante.

-Ambos.

Dulce Mala Fortuna (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora