Confía en tu intuición. Tarde o temprano, acertarás.
No fue difícil para Harry encontrar la casa de Sophie al día siguiente en el Gig Harbor. Ella vivía en la calle principal que corría a lo largo de la costa. La casa consistía en un pequeño chalet construido en los años cuarenta; pero el revestimiento de color azul pizarra parecía tener menos de una década, mientras que el inmaculado borde blanco de las ventanas le daba un encanto clásico. Se presentó a las siete y media con una chaqueta liviana y pantalones sport.
Sophie salió a su encuentro por la puerta del frente con una gruesa parka de invierno, una bufanda de lana y mitones. Se observaron mutuamente para ver qué tipo de ropa habían elegido.
-Te ves abrigada- dijo Harry, sonriendo-Te ves genial. Y abrigada.
-Hace mucho frío, y como vamos a pasar un tiempo al aire libre me vine preparada. No era ese el plan?
Él se rió por lo bajo y sacó un pequeño paquete de azucar de su bolsillo.
-En realidad, estuve mirando estas ideas para una segunda cita-dijo mientras sostenía el azúcar en alto-, y aunque me gusta la idea de mirar las estrellas, me temo que está demaciado nublado esta noche. Así que elegí la siguiente opción.
-Y era...?
-Las dos B! Bolos y bar.
-Estás bromeando, no?- dijo extrañada.
-Sí- respondió él radiante- Pero de verdad está demasiado nublado para mirar las estrellas, así que hice otros planes.
Ella mostró una generosa sonrisa.
-Ya veo. Y se puede saber qué elegiste? No me gustan mucho las sorpresas.
Harry, pensativo, se frotó la barbilla.
-Bueno, puedo decirte que con seguridad habrá cena. Y también habrá una actividad. Pero más allá de eso, tendrás que esperar a ver qué pasa.
Unos minutos después, estaban en la intereatatal hacia Tacoma a través del Narrows Bridge, y luego estaban en la I-5 con rumbo al norte, hacia Seattle.
Tras tomar una salida justo al norte del centro, Harry aminoró la marcha, sacó de la guantera un antifaz para dormir de color negro y se lo dio a ella mientras continuaba conduciendo.
-Te asustaría si te pidiera que usaras esto?-le preguntó- Si ves hacia dónde vamos, se arruinará la sorpresa.
Ella lo miró escéptica.
-Sí, me asustaría.
-Confía en mí- dijo él de modo tranquilizador.
Sophie suspiró y, muy a su pesar, se colocó el antifaz.
-Puedes ver?
-Para nada.
-Excelente.
Un poco más tarde, cuando el auto se detuvo y se apagó el motor, Sophie preguntó si se podía quitar el antifaz.
-Todavía no- le dijo él.
Harry rodeó el auto hasta el lado del pasajero y ayudó a Sophie a salir. Luego la tomó del brazo y la guió dentro de un edificio cercano.
-Donde estamos?- ella continuó preguntando una vez que estuvieron dentro.
Harry no le ofreció ninguna pista mientras la guiaba por el edificio. Subieron por unas escaleras, caminaron por un largo pasillo y atravesaron varias puertas. Por fin, la ayudó a sentarse en el piso, sobre una manta grande. Ella se sentía desconcertada por la completa falta de sonido. Si de algo estaba segura era de que no había gente alrededor, y comenzó a sentir que esta no era una idea tan buena.
-Estas lista para quitarte el antifaz?- le preguntó al mismo tiempo que se sentaba a su lado.
-Muy.
-Bien. Aquí estamos. Quítatelo.
Soohie despegó con cuidado el velcro del elástico que rodeaba su cabeza.
Miró con los ojos entrecerrados para adaptarse a la nueva luz cuando se soltó el antifaz.
Solo que... todavía estaba muy oscuro.
Miró a su alrededor del cuarto extraño y vacío. Parecía haber solo una pared continua que los rodeaba como una bóveda, que se curvaba hacia el centro del cuarto. Frente a ella, en el piso, había dos platos vacíos junto a unas pequeñas cajas de comida para llevar.
-Adelante, Vance- dijo Harry, estirando el cuello hacia la puerta. Unos segundos después, las luces se volvieron más tenues.
Soohie estudió el rostro de Harry mientras la habitación se oscurecía. Él la estaba mirando también con regocijo juvenil. Cuando todo alrededor se volvió casi negro, un sutil parpadeo empezó a emanar de la cúpula. Sophie observó mientras miles de pequeñas luces cobraban vida. Y entonces comprendió.
-Estrellas!- exclamó- Ay, Dios mío! No he estado en el planetario desde quinto grado! Cómo te las arreglaste para lograr esto?
-Tengo un contacto. Vance es paciente mío y dirige el Pacific Science Center. Lo llamé y dijo que podíamos tener el lugar sólo para nosotros.
-Es increíble- dijo ella mientras asimilaba todo lo que veía.
-Me alegro de que te guste.
Sophie cambió de posición sobre el concreto.
-Pensé que había sillas aquí.
-Sí, perdón por eso. Están remodelando.
-Con o sin sillas, esto es increíble. No puedo creerlo- entretanto, aparecían cada vez más constelaciones- Muchas gracias!
El resto de la noche pasó tal como lo había pedido Sophie: mirando las estrellas. Mientras observaban cómo se expandía el universo, también converdaron mucho, una charla mezclada con bocados de pad Thai y arroz con coco.
Durante la charla, Harry se enteró de que Sophie tenía una afinidad especial por la astronomía. Podía nombrar e identificar fácilmente las doce constelaciones del Zodíaci. Cuando Harry preguntó específicamente qué le gustaba más de las estrellas, su respuesta lo intrigó.
Recostada con su espalda sobre el piso duro de concreto, mantuvo los ojos fijos en las luces parpadeantes sobre su cabeza.
-Mirar las estrllas es vislumbrar un poco de historia-dijo en una ensoñación- Algunas de las cosas que podemos ver en el cielo están a millones de años luz. La galaxia Andrómeda, por ejemplo, está a dos millones y medio de años luz de la Tierra, y es relativamente cercana- tomó las manos de él y señalo un punto apenas visible que constituía una de las estrellas de Andrómeda- Todo en el universo tiene un pasado, pero los astros no tratan de ocultarlo. Solo siguen brillando para que todos los vean.
Harry estudió aquellas secciones del rostro de Sophie que estaban iluminadas por la luz de las estrellas artificiales.
-Andrómeda. Este nombre es griego, no?
-Muy bien . Era una princesa en el reino mitológico de Etiopía. También se la conocía con un nombre diferente: "La mujer encadenada".
-Ah, sí? A qué supones que esta encadenada?
Los ojos de Sophie se fijaron en los de Harry.
-Al pasado.
Aunque Sophie desvió la vista, Harry la siguió mirando. Todo acerca de ella lo cautivaba. El sutil cambio de su voz cuando hablaba de Andrómeda hezo que se preguntara si ella de algún modo se veía como una moderna "mujer encadenada", atada a cierto pasado oculto. Tal vez, comprenderla en el presente significaba investigar su pasado.
Al observar su perfil, Harry sintió que quería averiguar lo más posible acerca de su vida y aprovechar cada oportunidad de verla en el presente, con la esperanza de vislumbrar algo sobre ese pasado, a fin de poder formar parte de su futuro.
ESTÁS LEYENDO
Dulce Mala Fortuna (Harry Styles)
FanficExiste el amor verdadero? Podemos alcanzar la felicidad? Sophie y Harry se reencuentran para cambiar su suerte.