Capítulo 15

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Entre el sol y la lluvia está el arco iris.
Allí encontrarás la olla de oro.


Al día siguiente llovía cuando Sophie camino hasta la parada del autobús, pero no le importo. De hecho, a diferencia de otros días lluviosos anteriores, le dio la bienvenida a la humedad como una forma de lavar el pasado y comenzar de nuevo. Mientras caminaba por la calle sin paraguas, el agua que le caía en la cara la hizo sentir extrañamente viva. Sonrió y camino dando grandes zancadas con confianza.

La conductora del autobús estaba sorprendida de ver a Sophie subir al autobús con el cabello empapado y una brillante sonrisa.

-¡Ay, no! - refunfuño- El infierno debe de haberse congelado cuando no estaba mirando. ¿Qué se te metió, chica? ¿No sabes qué está lloviendo a cántaros?

Sophie pagó el boleto.

-Sin una tormenta de vez en cuando, ¿cómo podríamos apreciar los cielos soleados? - no esperó una respuesta, sino que caminó hacia la parte de atrás del autobús y tomó asiento.

Chocola't de Soph siempre estaba ocupado antes del Día de Acción de Gracias, pero este día estaba especialmente ajetreado. Aparte del pedido de trufas de calabaza a último momento para una fiesta corporativa, Sophie estaba apurandose por completar algo especial para Harry antes de que apareciera esa tarde. Además perdió una hora del mediodía porque tuvo que hacer un viaje al taller a donde su auto había sido llevado con la grúa.
Después del gran movimiento de la tarde, Sophie concentró cada segundo libre en su nueva creación, porque quería que estuviera perfecta. Tuvo varios fracasos antes de lograr las galletitas tal como las quería, pero estaba complacida de haberlas terminado con satisfacción para la hora en que dio vuelta el cartel de CERRADO en la ventana a las ocho en punto.

Durante la siguiente media hora, Sophie limpió la cocina hasta que una serie de fuertes golpes hicieron eco a traves de la tienda, justo a las ocho y media.

Mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja, Sophie se deslizó alrededor de la pared que dividía el frente de la tienda de la cocina y saludó el rostro que la veía con atención desde el otro lado de la ventana.

-Hola, Sophie- dijo Harry mientras ella le abría la puerta. Un viento soplo desde la calle cuando él entró.

-Hola.

Harry la miró como si quisiera decir algo, luego su rostro cambió.

-Bueno, comencemos con el correo. Creo que no debería quedarme mucho tiempo...tu sabes, Jane podría pensar que algo sucede.

-Comprendo-aseguró ella, le habría gustado encogerse de la vergüenza, aunque conservó la compustura- Pero antes de comenzar, ¿tienes un minuto libre para otra cosa? Tengo una nueva creación que me gustaría que probará.

-Seguro-le respondió con media sonrisa con hoyuelos- Me encantaría.

Sophie guió el camino hacia la trastienda, a un pequeño mueble. Encima de éste, había un plato con dos bacaditos bañados en chocolate que tenían la sospecha apariencia de las Galletas de la Mala Fortuna, salvo que en lugar de tener exterior solo de chocolate, también tenían anchas franjas de color blanco que se curvaban todo alrededor en un diseño estilo cebra ornamentado.

Harry frunció el ceño.

-Galletas de la Mala Fortuna? Mmm, no, gracias. Todavía tengo el resabio de la que me diste en septiembre.

Dulce Mala Fortuna (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora