Capitulo 15

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A lo largo nos enseñan que las pérdidas son parte de la naturaleza humana, la regla es aceptarlas y seguir con la vida, pero ¿Dónde queda el vacío que está conlleva para las personas que quedan en vida al ver la partida de alguien especial? Ese dolor que no es llenado con nada, sientes una grieta demasiado profunda, una que jamás se logra cerrar. Una grieta formada por la muerte de un amigo, padre, madre, hermanos, tíos o abuelos.

Todo depende del vínculo que tengamos...

Los recuerdos quedan, los malos duelen, pero nadie menciona que los felices queman. Pasas a recordar con risa a llorar por las noches al pensar en su risa, voz y cada momento compartido. Vives con el miedo de olvidar, aunque ¿Será posible olvidar? O tan solo es nuestro subconsciente guardando eso que nos quema por dentro para no perdernos a nosotros mismos en ese pasado que no se puede remediar.

¿Viviremos de esa manera siempre?, ¿El vacío se cerrará o aprenderemos a vivir con esa grieta sin cura para siempre? - cierro el libro de golpe. Él solo imaginar la perdida de alguien que amo me destroza.

Cuando recién me gradué, tomé mucho control de mi vida a tal punto que obtuve ataques de ansiedad y miedo al fracaso, el no saber que decisiones tomar. El que estudiar y el poder equivocarme era algo que quitaba mi sueño. Mis padres nunca me presionaron, pero yo si lo hacía. Lloraba por situaciones que creaba en mi cabeza a tal punto que fue así como me tomé dos años libres antes de entrar a la universidad.

Mis padres me enviaron a terapia la cuál me ayudó a controlar mis ataques y a conocerme más a mi, pero aun así seguía un poco perdida con lo que quería para mis metas, por lo que viaje a visitar a mis abuelos maternos. Mi terapia fue ellos, tener a mi familia junta, padre trabajando y creando sucursal en Colombia solo para no alejarse, mi hermano haciendo año de intercambio y madre trabajando desde allá fue un apoyo que siempre recordare y estaré en deuda. Teniendo en cuenta también el mar y todo el otro ambiente que se vive.

Ahora el pensar estar sin ellos en algún momento me destroza. No estoy lista para eso.

Decido levantarme de la cama y acomodar el libro en su lugar de la estantería, tomo mi celular -las 12:22 a.m.- digo tirándome a la cama y abriendo Instagram para poder conciliar el sueño.

Reviso historias, miro publicaciones y antes de salirme entro a mis historias -si, soy de admirarme a mi misma- puedo pasar viendo mis historias varias veces cuando las subo -presumirnos a nosotras mismas- me gusta también verlas quienes la miran y más si ando aburrida como ahora.

Bajo y bajo, veo amigos de la prepa, personas que ni conozco, pero me detengo en seco al ver el perfil de -Malcolm Mackay- digo en voz alta sola en mi habitación.

Reviso las otras y si, en todas aparece.

Y si entramos a mirar su perfil

Ay no, tú estabas callada. Quédate así

Podríamos hacerlo, en está no corremos peligro

Me lo pienso y bueno, stalkear no es delito.

Así que entró a su perfil, noto que hasta aquí tiene orden, fotos de él en fiesta, él elegante, él en playa, selfies, etc.

Sigo bajando, veo de todo menos a este hombre con fotos de parejas, es más ni fotos con mujeres tiene muchas.

¿Será gay?

Entro a una para verlas de manera en lista y observarlas bien y como dije, no hay nada que desmienta el robot que es.

Sigo bajando hasta que veo una de él con un cachorro rottweiler -es hermoso- aprecio un rato la foto y cuando quiero seguir bajando presionó dónde no debo

Amor En CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora