Capitulo 19

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Un día sin darte cuenta todo cambia, ciertas cosas se magnifican y otras aparecen. Tus planes se pueden ver interrumpidos y tu seguridad se pierde, personas llegan a tu vida y por primera vez te hacen sentir que no conocías nada, puede que haya pasado por cuestión de suerte o una simple coincidencia, unas te traen tristeza, otras enseñanzas, otras te hacen perder, madurar o solo a recordarte que eres humana. Al final y al cabo todo eso nos convierte en lo que somos y nos ayuda a cambiar lo que pudimos ser. 

Silencio, eso es lo único que persigo mientras sigo acostada. Tengo claro que esta no es mi cama, lo único que recuerdo es a una yo en la fiesta tomando pero nada más.

Tal vez estoy en alguna habitación de la casa, no sé en realidad, no quiero abrir los ojos. Mi celular suena, toco y toco pero no logro alcanzarlo, mi mano sigue en rumbo guiada al sonido pero es imposible, el celular se cae por la vibración obligándome a abrir los ojos y toparme con la realidad.

-¿Dónde mierda estoy? – si es lo único que digo al notar que esta habitación no es ninguna de la casa de Thomas y tampoco es la de ningún motel o hotel normal.

Esta bajo colores neutros: negro, gris y café. A mi frente me estrello con una vista preciosa, la ciudad entera a mi disposición al despertar.

Tener paredes de vidrio será una opción en mi futura casa

Es muy amplia, hay muebles de la misma tonalidad y un balcón de envidia. Realmente no entiendo dónde estoy metida. Paso las manos por mi cabeza y jalo la sabanas que me arropan pensando que paso anoche y mierda

Lo peor no es eso, sino que no traemos nuestra ropa

Despego las sabanas para confirmar lo que acabo de notar y es cierto, esta camisa blanca no me pertenece.

Que carajos hice anoche

Miro a ambos lados, como si eso me fuera a recordar que paso.

Cierro los ojos y trato de recordar que fue lo que cometí pero en ese momento la puerta de la habitación se abre dándome a conocer el gran error de mi vida.

-Bueno días señorita Vainer

Esto no puede estar pasando

-Es una gran mañana- termina de beber su botella de agua mientras mira a la vista que se puede apreciar

No doy para articular ninguna palabra, no recuerdo que paso, solo volteo a verlo a él y pienso que la camisa que debo tener puesta es suya

Lo veo mover a la parte derecho de su habitación sin decir nada, se pierde en el espacio que se encuentra ya sea un baño o vestidor no tengo ni idea y en realidad prefiero que se quede callado.

-Buenos días señorita – me hace pegar un pequeño brinco la voz que habla casi a mi lado – Tome esto, le ayudara y le prepare desayuno –

Es la misma mujer de hace dos días

Sonrío – Muchas gracias – le recibo la pastilla que me otorga con el jugo de naranja y el desayuno dejándolo encima de la cama

Bebo y consumo los waffles, no me he levantado de la mega cama, tal vez porque quiera seguir aquí bien cómoda o porque la vergüenza se apodera de mí.

Sigo desayunando tratando de recordar que hice anoche pero solo llegan imágenes video de mí bailando, lo demás es historia.

-En 20 minutos salimos – volteo a verlo – luce unos pantalones negros y se está terminando de abotonar la camisa blanca manga larga

-¿Qué hago aquí? – esa pregunta se escapa de mi robándome su mirada

- Estabas ebria y actuando como loca – le resta importancia dándome la espalda y sirviéndose una bebida

Amor En CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora