Capitulo 16

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Malcolm

Leer me relaja, eso hago acostado en la habitación por primera vez mientras tengo a una mujer a unas cuantas habitaciones de la mía.

¿Desde cuándo yo soy generoso? - No tengo ni idea

Mi celular suena sacándome de la lectura

*Numero privado*

Solo basta eso para saber de qué trata

- Lo tenemos -

¿Información completa? - no me interesa los detalles

-Todo listo para borrar su existencia – claro que si

- le catene dell'inferno-

-Furia del demone, passaggio diretto agli inferí

Con eso, doy terminada la llamada y dejo el celular en la mesa de al lado.

- "Quien actúa sin pensar es un idiota ignorante en vía de fracaso. El sabio analiza, se toma su tiempo y ataca cuando menos se espera, mira posibilidades y en caso de guerra siempre le ganara a su oponente porque lo ha estudiado, descubriendo sus debilidades" - La lectura sigue, controlo las luces del cuarto de manera que solo tenga la iluminación para leer, pero demostrando que estoy descansando afuera.

Escucho ruido y sé que la única persona responsable es la intrusa malcriada. Trato de ignorar, pero cada vez el sonido es más desagradable, por lo que decido salir a ver qué le pasa ahora a esa loca.

Voy a la cocina, la veo tratando de analizar toda mi casa mientras toma un vaso de jugo de naranja. Lleva la camisa blanca que tenía debajo del vestido – no puedo negar que se ve atractiva – me apoyo en la isla de la cocina mientras ella está de espalda.

Por lo que veo no ha notado mi presencia

-Maldito egocéntrico multimillonario- la escucho decir – Bienvenida al infierno, puedo hacer muchas cosas a la misma vez, quien te crees- su voz suena como la de una niña de 8 años- Quien se cree él, piensa que todos están girando a su alrededor – Esto está interesante, me quedo viendo como mueve su mano de forma en reclamo, realmente esta loca- Me provoca matarlo, no se ni porque sigo en este trabajo, no lo soporto- exclama en tono de un grito reprimido y por mi parte se me escapa una risa pero ella logra escuchar y brinca en su lugar.

-No, no, sigue – le hago señas para que continúe ya que está volteada viéndome sonrojada- ¿Qué más querías decirme? - alzó mi ceja torciendo la sonrisa- por mi no te detengas.

Su sonrojo me divierte, la pobre corre con la mala suerte de siempre enfrentarme en ocasiones dónde menos se lo espera. Primero el auto, segundo el trabajo, ahora mi casa siendo yo su tema de debate. Por su parte queda helada, no se mueve, su boca está formada una "o".

Decido levantarme a tomar un vaso de agua, ella ahora mira a ambos lados decidiendo qué hacer. Me apoyo de espalda a la encimera y me quedo viéndola mientras tomo de mi vaso.

No solo lleva su camisa blanca, también tiene el cabello recogido, pero con unos cuantos mechones sueltos, ya no tiene maquillaje. Dejándome conocerla al natural, sus pecas y ojos resultan de su piel blanca y sus muslos son una delicia.

Se aclara la garganta, haciendo que salga de mis pensamientos – creo que mejor me voy a dormir- dice, pero cuando está llegando a mi lado me muevo deteniendo su paso

- ¿Qué? - me pregunta y sinceramente es algo que yo también quiero saber

Porque no entiendo porque lo hice

Amor En CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora