Capítulo 41

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Presagios del Ayer


Thomas

¿Has tenido momentos en los que solo has querido desaparecer?

¿En donde quisieras tener un control con único botón que diga "pausar el tiempo"?

Yo si lo he querido...

Con el atardecer abrazando el cielo, el color anaranjado combinándolo con el azul del mar, no me imagino algo más tranquilo que esto. Ser solo tú en todo el mundo, sin probabilidades de lo que pueda pasar, sin voces que te digan como debes actuar, sin tormenta esperando a que te detengas para estallar.

Tomando mi cámara capturo cada momento de lo que queda de este día, cada nube siendo única en el minuto antes de chocar. Mirando las fotos, se me escapa miradas a donde están los chicos; Owen está tomando su último Martini, mientras Alex habla con el capitán. Tomo fotos rápidas antes de que lo noten.

Aunque, si hay alguien que lo está haciendo. Aurora. La pequeña saltamontes sonríe, rápidamente vuelvo alzar la cámara y capturo el momento. La ingenuidad, sencillez y la frescura que solo ella causa.

Dentro de mi lista de mejores fotos, ella se encuentra.

La tarde termina de caer alcanzando a llegar a la tierra firme. Los autos nos esperan, siento mi celular empezando a vibrar al obtener recepción, no me interesa ahora. No quiero ver.

- ¡Ey! - dice Aurora tocando mi brazo - ¿Todo está bien?

- No, no lo está - Pienso.

-Si - sonrío -. Cansado simplemente. Vamos a casa - tomo su mano y la paso detrás de mi brazo.

Una de las cosas que amo de Aurora es que sabe darme mi espacio, aunque me vigila en la distancia.

Nos despedimos de los chicos, le abro la puerta a Rory y la llevo a casa. De camino no hablamos mucho, fuera de cómo la pasó y lo agotada que está, ¿Lo raro? es que no deja de sonreír y dar esa vibra de que puede conquistar el mundo.

Espero un poco asegurándome que ya esté adentro al llegar a su apartamento antes de seguir mi camino. La playlist que reprodujo Aurora sigue sonando, canciones de Gracie Abrams me acompañan. Qué buena manera de recibir la noche.

"10 llamadas perdidas de Padre" - No me interesa - digo en voz alta, tirando mi celular al asiento de copiloto y siguiendo mi camino.

El vecindario está iluminado, mi hermano está hablando con su amigo apoyados afuera de casa en sus motos. Paro y le doy un saludo rápido, no robo mucho de su tiempo.

-Hola mamá, ya llegué - alzo la voz, cerrando la puerta a mi espalda. - ¿Mamá? - un escalofrío pasa por detrás de mí. Hay cosas que nunca se van.

Camino en búsqueda de ella, no la encuentro en la sala y desde las puertas corredizas no logro verla en la terraza. - ¿Mamá? - sigo caminando por la casa, la luz de la cocina está encendida...

Está horneando, mamá está horneando con música alta. Suelto un suspiro, cerrando los ojos un momento.

Camino lentamente para no asustarla, abro el refrigerador y saco la jarra de jugo, me apoyo en la encimera para verla, ella sonríe sin mirarme.

-He dicho que eres mi niño bonito, cada vez lo noto más - ya se dio cuenta que estoy ahí. Me acerco para abrazarla, aunque ella merezca más.

- ¿Cómo les fue? - me pregunta - ¿Nuestra pequeña Aurora y los chicos la pasaron bien?

Amor En CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora