Tom apretó su capa con nerviosismo.
Cada mago sentado en esa sala de espera le dirigían miradas para nada amigables y eso no ayudaba a su nerviosismo.Bajó la mirada a los documentos en sus manos, el examen de auror le pesaba en el corazón, tenía un 100, no se había equivocado en ninguna prueba...
Apretó los labios apenado y con su corazón entristecido, adjunto a su resultado estaba una carta donde se le decía que no era admitido en la academia por su pasado y que no era de fiar.
Eso último había sido completamente innecesario y la causa de que hubiera llorado en su habitación mientras sus hermanos tocaban la puerta de forma insistente.
Tom había sido adoptado por la familia Gaunt aunque le dejaron conservar su apellido, algo que Tom decidió para sentir que podría limpiar su antiguo yo.
Los mellizos y Catalina le dejaron solo cuando su madre les regaño, ella era quien más le había entendido.Tom odiaba la soledad pero en ese momento era algo que necesitaba.
Su teléfono sonó causándole un respingo y las muecas de los demás más pronunciadas mientras le veían más fijo si era posible con el ceño fruncido.
Era la décima llamada que su madre y padre le hacían en lo que iba de las horas que estaba ahí, supo que ya no podía posponer el decirles lo que estaba pasando.
— Perdón, hola mamá. — respondió en voz baja.
— ¿Ya te pasaron? ¿Como te fue? — curioseó Clare con la preocupación palpable en su voz.
Su corazón entristecido sintió un poco de felicidad.
— Todavía no, hay una fila larga. — dijo sonrojado viendo de reojo como los demás le miraban con las cejas alzadas.
— ¡Pero si tienes ahí 4 horas y no has comido nada! ¡Voy para allá! — chillo indignada.
Escucho los reclamos de sus hermanos por saber qué sucedía mientras Clare le chillaba a su esposo que la llevara con Tom.
— ¡Mamá no es necesario! — respondió apenado.
— ¿Como que no es necesario? ¡Déjamelo a mi que para algo soy tu madre! ¡Voy a patearles el cu... — se escucharon un par de maldiciones distorsionadas antes de que se cortara la llamada.
Oh no, estaba furiosa.
De repente, sintió un poco de pena por quienes lo habían rechazado.
— ¡Hola primo! ¿Que haces aquí? — curioseó Fred apareciendo en escena.
Fred no dejaba de decirle primo desde que se confirmó su relación con Lucy.
Bueno, Lucy estaba estudiando un poco lejos ahora pero eran novios a distancia y se veían en vacaciones y fines de semana.
— Queti. — respondió de mal humor.
Fred últimamente lo seguía a todos lados, sería agradable, de no ser porque siempre lo metía en problemas.
Recordó furioso como había provocado a unos motoristas muggle y habían acabado enfrascados en una pelea que terminó con el enyesado y castigado 2 semanas.
— ¿Queti?
— Que te importa. — se mofó causando la risa de algunos chicos en la sala.
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Ella será mi pelirroja.
FanfictionSu odio hacia los Slytherin es sorprendente, los odia tanto qué trato mal a una pequeña que había sido muy buena con el desde que se conocieron en el andén. Ella, pelirroja de ojos verdes demasiado bondadosa para la casa a la que pertenece, cariñosa...