Colton rodó los ojos de nuevo ante lo qué su melliza decía, la pelirroja seguía quejándose de lo mismo; Trelawney les dijo una profecía de la cual no entendían ni pío y tampoco alcanzaron a aprenderse nada de lo que la loca profesora había dicho.
—Ella vendrá a concretar lo que comenzó y en el transcurso muchas almas morirán...¡Toma tu alma!— chillo furiosa cruzándose de brazos, Colton sonrió con nerviosismo.
—Esta loca, es obvio que lo que dijo es mentira.— la consoló tratando de calmarla, la pelirroja lo miro antes de lanzarse a sus brazos.
—Tengo miedo.— murmuro contra el pecho de su hermano quien la abrazo con más fuerza contra sus brazos.
—¡Miedo y un cuerno!— grito arrancándole una carcajada a su melliza hasta que escucharon ruiditos en el salón conjunto, estaban en el séptimo piso.
—¿Qué fue eso?— preguntó la pelirroja con el ceño fruncido.
Ambos se acercaron y al abrir la puerta Celeste trastabilló hacia atrás tumbando un jarrón que provocó que James y Leila se separaran del apasionado beso que estaban compartiendo, los ojos de la pelirroja se aguaron.
—No queríamos interrumpir.— dijo ella fingiendo indiferencia mientras alzaba la varita y murmuraba un reparo hacia el jarrón.
—Celeste puedo explicarlo...— dijo James pero Leila lo interrumpió.
—¿Qué vas a explicarle, qué ibas a tener sexo con tú novia? Ay Celeste ¿no me digas que te creíste que James en verdad te quería? Solo fue una apuesta que ambos compartimos.— Celeste abrió sus ojos con sorpresa antes de sentir como la rabia la invadía.
—¿Qué acabas de decir puta?— pregunto Colton con los puños apretados, su rostro estaba rojo y sus nudillos se estaban poniendo blancos.
—Ya Colton, ignóralos son el uno para el otro.— dijo la pelirroja tomando la mano de su hermano instándolo a retroceder.
—¿Es cierto Potter?— inquirió Colton ignorando a su melliza mirando fijamente a James, el castaño agacho la mirada con culpabilidad.
—Al principio si pero yo jamás tuve la intención de lastimarla, Celeste tú en serio me importas desde que estoy en primer grado estoy enamorado de ti.— contó con desesperación intentando acercarse, la pelirroja al ver esto se ocultó con rapidez detrás de su hermano.
—¡No te creo nada!— vociferó en un grito.
—Amorcito deja de mentirle, ya no tiene caso la apuesta aunque tú ganas, lograste enamorarla.— la rubia sonrió con socarronería al ver las lagrimas en el rostro de la pelirroja, la odiaba.
—¡Cállate Leila!— grito el castaño furioso provocando un respingo en la rubia quien comenzó a discutir con él.
La pelirroja empalideció al ver algo brotando del suelo, sus ojos buscaron con rapidez la fuente pero esta era inversa, todos pegaron un respingo al escuchar la puerta cerrarse con un portazo detrás de ellos, Celeste grito cuando algo se aferró a su pierna y tiro de ella.
—¡Colton!— grito aferrándose a su hermano quien también comenzó a gritar hasta que algo lo sujeto y lo jalo hacia la pared opuesta.
—¡Celeste no te muevas voy a...Mi varita!— grito el pelirrojo viendo su varita caer al suelo, comenzó a quejarse en voz alta sin embargo su atención se desvió a Celeste quien comenzó a patalear pues estaba siendo ahorcada por la planta.
—¡Celeste!— chillo James tratando de alcanzar a la pelirroja sin embargo una planta los mantenía fijos al suelo.
El aula se lleno de gritos alertando a Peeves quien al ver lo que ocurría se rió antes de ver a los mellizos, se espanto y salió huyendo a buscar ayuda.
Colton sintió como el amarre se apretaba más contra sus brazos inmovilizándolo, un gruñido fue emitido desde el fondo de su garganta.—¡Ayuda!— vociferó Leila en un grito pataleando en el suelo contra la planta.
—¡No se muevan! Es lazo del diablo.— susurro la pelirroja tratando de no moverse.
—¿Lazo del diablo? ¿Esa no es la planta que el estúpido del profesor Longbottom nos enseño?— pregunto Leila ganándose una mirada asesina de los otros tres ocupantes en la habitación.
—¡Cierra la boca!— grito James mirando furioso a la rubia antes de dirigir su mirada a Celeste, la aludida trago saliva en seco cuando la planta comenzó a rodear su cuello —Cel, quédate quieta mi amor prometo que te sacare de esto.— aseguró con la voz temblorosa, no quería que nada le pasara a su pelirroja.
—¿Mi amor? ¿Cómo puedes llamarla así después de que estuvieras apunto de tener sexo con Leila cuando le aseguraste a Celeste que la dejarías? Deja de mentir estúpido Potter, te iba dejar que fueras novio de mi hermana pero ahora veo que no eres lo suficiente para ella.— vociferó Colton en un grito, el pelirrojo estaba furioso y no lo culpaba.
—Puedo explicarlo maldita sea.— gruño de nuevo el castaño mirándolo mal.
—Ya dejen de discutir, este no es el momento ni el lugar.— murmuro la pelirroja con la voz ahogada, eso los hizo voltear a verla y se toparon con Celeste casi morada.
Un grito desgarrador los hizo estremecerse, Leila estaba siendo presionada de su pierna y el crujir de algo más otro grito de la rubia les aseguro que la planta le había roto la pierna.
—Mierda Leila, deja de moverte o esa planta te matara.— gruño Colton con la voz ronca, la odiaba pero eso no quería decir qué le deseaba la muerte.
—No...N-no pu-pu-puedo respirar.— susurro la pelirroja con la voz ahogada, sus ojos se llenaron de lagrimas.
—Cel...No cierres los ojos por favor no lo hagas.— suplico Colton con los ojos enrojecidos y llenos de lagrimas.
—Alguien ayúdenos por favor, Cel no cierres los ojos te lo ruego no lo hagas...— suplico el castaño con la voz ahogada mirando como la planta dejaba los brazos y piernas de Celeste para sólo sujetarla del cuello lo cual provocó que la pelirroja comenzará a patalear tratando de sacarse el firme agarre de la planta en su cuello, pasados unos minutos Celeste dejo de moverse y sus ojos se cerraron.
—¡No!— gritaron al unísono mirando con lagrimas en los ojos la escena, parecía muerta.
—Tengo que alcanzar la maldita...Varita.— susurro James estirándose mientras sentía los temblores de sus sollozos sacudirlo, se estiro lo más que pudo hasta que la puerta se abrió mostrando a la directora, Flitwick y Peeves, este último estaba hecho un manojo de nervios y preguntaba frenéticamente por los mellizos, era increíble como se preocupaba por ellos después de lo lunático y sanguinario que era.
—¡Lumus sulem!— chillo McGonagall alzando la varita creando un sol artificial que hizo a la planta soltarlos al instante, Celeste cayó al suelo en un peso muerto y James e Colton corrieron con rapidez a ella antes de sentir a la directora apartarlos y tomar el pulso de la pelirroja —vive pero tenemos que llevarla a la enfermería pero ya.
—¿Y yo que? ¿Quién me llevara a la enfermería?— pregunto Leila en un lloriqueo cuando vio a James cargar en brazos a la pelirroja a pesar de las protestas de Colton, ambos la miraron y la ignoraron saliendo corriendo del aula. McGonagall se acercó a ella y la levanto con un hechizo levitador.
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Ella será mi pelirroja.
FanficSu odio hacia los Slytherin es sorprendente, los odia tanto qué trato mal a una pequeña que había sido muy buena con el desde que se conocieron en el andén. Ella, pelirroja de ojos verdes demasiado bondadosa para la casa a la que pertenece, cariñosa...