—¡Me quieren cenar, me quieren cenar!— repitió entre gritos Frank quien en ese momento era perseguido por Trolls enormes.
Como se había dicho anteriormente en cuanto el enemigo entró a los terrenos de la escuela perdieron sus poderes, todos incluyendo a Amanda Lorenz quien no cabía en la furia de haberse convertido en un Muggle temporalmente.
—¡Yo te salvo!— gritó Morgana cortando una soga que provocó un gran estruendo cuando dos enormes troncos azotaron contra los Trolls quienes cayeron noqueados al suelo.
—¡Viva!— gritaron Mabel y Sarah al unísono apoyando a su compañera de habitación y aventuras.
Había que admitir que Sarah se había perdido serios momentos como cuando la dama gris casi mata a sus compañeras, ella había salido de la escuela por un problema familiar y para cuando volvió Celeste se había ido de viaje junto a Colton, James y Rose.
—Me has salvado, estoy agradecido.— le dijo Frank repitiendo la misma frase de los marcianos en Toy Story.
—Aterrador.— murmuro la pelinegra al ver la expresión del chico.
—Te ha dado el tic en el ojo de desprecio.— comentó Mabel inocentemente por lo qué Sarah y Morgana la fulminaron con la mirada. Esa chica era tan distraída.
—Vaya vaya vaya, ¿que tenemos aquí?— preguntó una voz femenina que hizo a los cuarto tensarse.
—¿La cena?— inquirió otra voz por lo que lentamente comenzaron a darse la vuelta.
Ahí había dos personas, una mujer y un hombre y por sus apariencias apostarían a que eran hombres lobo.
—Necesitan un baño.— comentó Mabel distraídamente ganándose al instante la mirada de ambos.
—Y tu una mordida mocosa.— gruñó el hombre avanzando hacia el frente, Mabel al caer en la cuenta de lo que había dicho se cubrió la boca aterrada.
Como siempre él siempre decir lo que pensaba la metía en un serio problema, Morgana se puso frente a Mabel al instante con un instinto protector. La pelinegra lucia aterradora mientras observaba de manera calculadora a sus enemigos.
—Si la tocan perderán sus colas.— susurro Morgana mientras de la manga de su chaqueta vaquera se resbalaba algo parecido a un cuchillo de plata.
—Se parece a los...¿Como dijo? ¿Kunai? Que traía Celeste el otro día.— comentó Sarah tomando un bate de béisbol de entre las estatuas.
—¿Son esas armas ninjas raritas que salen en el anime que les obsesiona a los mellizos?— preguntó Frank tomando una resortera y un montón de piedras que se encontraban en una bolsa.
Si, todos los pasillos estaban equipados para los alumnos y maestros.
—Bueno, dijeron que como no podían copiar a Goku o Vegeta, copiarían en ciertas cosas a Naruto.— respondió viendo de reojo él como los lobos comenzaban a rodearlos, aún cuando eran dos contra cuatro no podían confiarse.
—Quería Shuriken pero no pude cargarlos.— alegó Morgana en voz baja sin perderlos de vista.
—Pudiste haber tomado unos pequeños.— chisto Mabel asomándose por sobre el hombro de Morgana. —Es lo que yo hice.
—No me gustan los pequeños.
—¡Ahora!— gritó Mabel lanzando dos Shurikens hacia en medio de la sogas, justo cuando pensaban que iba a fallar ambos rebotaron entre sí dándoles un efecto bumerán pues dieron la vuelta y cortaron ambas sogas.
Los lobos no pudieron reaccionar a tiempo pues los troncos se soltaron y los aplastaron, sangre salpicó el suelo y sus zapatos.
—¿Están muertos?— preguntó Sarah preocupada observando las manos y piernas inertes que sobresalían de debajo de los troncos.
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Ella será mi pelirroja.
FanficSu odio hacia los Slytherin es sorprendente, los odia tanto qué trato mal a una pequeña que había sido muy buena con el desde que se conocieron en el andén. Ella, pelirroja de ojos verdes demasiado bondadosa para la casa a la que pertenece, cariñosa...