Mini especial

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James no era una persona conflictiva.
Bueno, si lo era pero no tanto.
Okey, si era muy pero que muy conflictivo.

Aún más, si cierto medimago idiota le coqueteaba a su novia como si no estuviera comprometida.

James frunció el ceño cuando vio al tal Malcolm inclinarse hacia Celeste.

Apretó con fuerza el prototipo de su primera revista sintiendo la cólera comenzar a consumirlo.

Había estado tan emocionado de ir y mostrarle los primeros artículos que tenía preparados para su revista sobre Quidditch en la que casualmente había incluido un espacio donde hablaba sobre cómo conquistar a pelirrojas explosivas.

Ahora el único explosivo ahí era el corazón de James.

No, mejor hacía explotar al pretendiente imprudente.

Si, eso sonaba mejor.

James asintió conforme.

— Querida escritora, prepárate para escribir algo fenomenal. — cuchicheó riendo con maldad.

— Te ves raro hablando solo. — comentó Francis apareciendo a su lado.

Fray era un periodista del diario el profeta, era un metiche pero hacía bien su trabajo.

— No estaba hablando solo. — murmuró con exasperación.

— Si lo hacías. — replico el rubio antes de dirigir su mirada hacia el mismo lugar que James  — Oh.

Con eso el rubio comenzó a reírse a carcajadas.

Bien se gozaba ese chico de su desgracia, no eran amigos pero tenían asuntos en común.

Como el hecho de que Fray estaba ayudándole a meter pequeños artículos en el diario el profeta que le ayudarían más adelante a hacer popular su futura revista. A cambio, James había prometido ayudar a Fray a conseguir una entrevista con el jugador Alexander Fritz del equipo de Quidditch de Alemania, el chico era muy tosco e ignoraba a todos, menos a Celeste, así que su novia iba a conseguir esa entrevista para que James se la entregara a Fray.

A cambio Celeste le pidió una consola ultimo modelo de regalo.

La cual Celeste le daría a Scorpius a cambio de un suéter hecho a mano por el rubio para dárselo a Rose de regalo por su cumpleaños.

Si, eran una maraña de favores.

— Voy a matar a ese mocoso. — gruñó cuando el chico se inclinó y dejó un beso en la mejilla de su pelirroja.

Dio un paso al frente con la intención de aporrear al rubito coqueto pero no contaba con que Celeste se le adelantaría.

Boquiabierto observó al chico coqueto caer al suelo cuidando su hombría mientras Celeste lo señalaba y le chillaba algunas cosas que por la distancia no alcanzaba a escuchar sin embargo, conforme se acercaba los colores en su rostro comenzaron a cambiar, la furia llenándolo.

— ¡Y ve a decirle esas cochinadas  a alguna chica falta de cerebro pedazo de bruto! — chillo por último antes de darle una patada.

— ¡Yo ayudó! — chillo Colton empujando a James fuera del camino para liarse a golpes con el moribundo en el suelo.

Bueno, no iba a morir pero sus posibilidades de tener hijos si lo habían hecho.

Ella será mi pelirroja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora