"Ven por nosotros, bruja"
La mujer observó con una ceja enarcada el mensaje hecho con sangre de su propia "sobrina" que había sido escrito en la pared de la sala de juicios en el ministerio.
¿Quien lo diría no? Esa pequeña mocosa me las pagará. No lo dijo pero la palabra estalló en su mente con un gruñido, se dio la vuelta pasando a un lado de él primer ministro Ruso quien agachó la cabeza avergonzado y asustado de su propia cobardía.—Quiero ver las cámaras de vigilancia.— dijo deteniendo su paso a mitad del lugar, el ministro al comprender que era a él a quien le hablaba rápidamente corrió y caminó frente a ella sin embargo un pequeño gruñido lo hizo detenerse.
—¿Si, Madame?— pregunto con nerviosísimo, los ojos de Amanda brillaron con furia. El azul centellando en el pozo profundo de sus ojos.
—Nunca pases por delante de mi, ¡para atrás!— gritó causando que todos en el lugar se tensaran y retrocedieran considerablemente.
—Si, Madame.— susurro sumisamente dando la vuelta a la rubia mientras se colocaba a sus espaldas.
Amanda Lorenz acomodó su túnica con paciencia y se re acomodó los pequeños mechones que habían salido de su cola de caballo antes de comenzar a caminar con rapidez y elegancia, sus zapatos de tacón blanco resonando en el fino azulejo azul marino que contrastaba completamente con él aura oscura que la rodeaba. Greiback iba a sus espaldas con el primer ministro justo detrás de él. ¡Tenía que revivir a más mortifagos! No podía seguir trabajando con solo ese hombre lobo inútil a su alrededor. Por más que lo había intentado no había logrado resucitar a más y eso que la matanza había sido en masa, recién acababa de enterarse de la buena nueva. Los mellizos maravilla habían revivido a Lord Voldemort, ella intentó traerlo a la vida sin embargo el señor tenebroso jamás respondió a sus llamados desesperados. En cambio había vuelto con esos dos y no solo eso, si no que según lo que el sarnoso le había dicho parecía ser que a diferencia de su magia la de los mellizos le había regresado la vida al innombrable ¿como carajos podía ser posible? Tenía la ventaja de que muchos magos y brujas que se encontraban vivos la seguían y estaban de su parte, algunos por miedo y otros por gusto. Incluidos el ministerio de magia Ruso que ahora mismo trabajaban para ella con el miedo de morir si no lo hacían.
—Permítame, Madame.— susurro el primer ministro sacándola de sus pensamientos, inmediatamente se apartó del camino viendo al hombre colorar la mano en la ranura causando que esta se abriera y diera paso hacia la cámara en la que se encontraban las cámaras de vigilancia.
El anciano bajo las escaleras rápidamente pues sino era así sería considerado que no se tenían su permiso para entrar y la cámara se cerraría y los trituraría vivos, si, los rusos eran ingeniosos.
—Muéstrame la grabación de hace una hora, sala número 5 de juicios de asesinos.— ordenó, el guardia salto en su silla del susto y soltó la hamburguesa que estaba de gustando para acto seguido hacer lo que la mujer le había ordenado.
En la imagen se observaba a una pelirroja adolorida que se ponía de pie lentamente antes de avanzar hacia donde se encontraba la pared, la vio tocar su frente mientras embarraba sus dedos de su propia sangre y comenzaba a escribir con mano fluida sobre la pared. Después de eso se dio la vuelta con simpleza y miro directamente hacia la cámara.
—Dijo Bellatrix que te esperaba en el más allá, ¿los ya muertos pueden volver a morir?— se preguntó acariciando su barbilla pensativamente. —Quizás ella tendrá que averiguarlo contigo, nos vemos tía.
Tía, la palabra resonó en la mente de Amanda como una alarma y una llamarada que encendía a fuego lento los recuerdos vividos de cuando pasaba tiempo con ambos pelirrojos, se tambaleó hacia atrás hasta terminar agarrada fuertemente a una de las muchas sillas movibles del lugar.
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Ella será mi pelirroja.
FanfictionSu odio hacia los Slytherin es sorprendente, los odia tanto qué trato mal a una pequeña que había sido muy buena con el desde que se conocieron en el andén. Ella, pelirroja de ojos verdes demasiado bondadosa para la casa a la que pertenece, cariñosa...