Maratón. Parte 3/4.
Me paré delante de la puerta de la casa de Joe y llamé al timbre. Mis dedos comenzaron a temblar, mi cara comenzó a sudar y sentía que en unos pocos minutos mi corazón se saldría por mi garganta.
La puerta se abrió dejándome ver el rostro de Joe. Reuní el valor suficiente para hablarle, sin importarme como me sentía en estos momentos.
-Hola. -lo saludé.
-Hola. -dijo, abriendo más la puerta.
Me tallé las manos indecisa y hablé.
-¿Podemos hablar?
Él asintió sin pensarlo. En su cara se reflejaba el dolor que ambos sentíamos en este momento. Él realmente quería hablar, ninguno quería enfadarse con el otro.
-¿Salgo yo o quieres entrar? -dijo cabizbajo.
-Como quieras. -le sonreí y él se volteó y metió su cabeza en el interior de su casa.
-¡Ahora vengo, mamá! -gritó para el interior y salió dándole un leve portazo a la puerta.
Ambos salimos hasta su jardín y nos sentamos en un banco que había en este.
-¿Y bien? ¿Que querías decirme? -dijo, titubeando.
Solté un suspiro y miré mis zapatos pensativa.
-Quería disculparme. -el asintió- Ayer fui una completa egoísta. La forma en la que te acusaba de estar enamorado de Kit no fue un buen argumento. No es tu culpa estarlo, es normal, yo también lo estoy. -dije.
Al oír mis propias palabras, me di cuenta de que eran ciertas. Estaba enamorada de Kit Connor, y no podía evitarlo.
-Gracias Olivia. -Joe sonrió- Lo he estado pensando, y creo que soy capaz de superarlo, si prácticamente no me dolió. -dijo, aumentando su sonrisa. Pero esta reflejaba mentira y engaño. Él mentía, y mentía por mí, para hacerme feliz.
-Joe, no te pido que lo hagas. Pero me gustaría que no fingieras. No puedo decirte que sé como te sientes en estos momentos, pero si puedo decirte que no quiero perder tu amistad por esto. -sujeté su mano, mirándolo directamente a los ojos- ¿Estás bien? -musité.
Él me miró, sujetando mi mirada, y sonrió.
-Mejor que antes, supongo.
Me acerqué y lo abracé consolante. Él necesitaba que lo consolaran, esto era un golpe muy bajo para él.
-A demás, no quiero arruinar vuestro noviazgo. -añadió.
Ambos soltamos una risita por lo bajo.
-Técnicamente no somos nada, y mucho menos oficial. -respondí.
Joe abrió sus ojos y sujetó mis manos.
-¿Y a qué esperas? -exclamó- Ves a por él, chica, no te acobardes por esto.
Ambos nos sonreímos mutuamente y yo asentí.
-Vale, bien. Gracias Jojo el despistado. -lo abracé.
-De nada, Oliv la tonta. -me apretujó entre sus brazos.
Con él me sentía segura, algo difícil de explicar. Él alegraba mis días, y yo no quería perder aquello.
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-¡Kit, dame eso! -exclamé.
Me abalancé sobre él para coger mi móvil y ambos caímos sobre el pasto ante mi intento. Logré alcanzarlo, cuando me di cuenta de que me encontraba encima de Kit. Mis piernas rodeaban su abdomen, y el se quejaba.
-Pesas más de lo que aparentas. -dijo como pudo.
Reí y me tumbé a su lado, apoyando mi cabeza sobre su pecho.
-No peso tanto. -mascullé irónica.
-Que no dice. -bromeó.
Ambos soltamos una carcajada y él se encogió de hombros.
-Pero me gustas así. -añadió Kit de la nada.
Levanté mi cabeza para mirarlo, él miraba atentamente al cielo, y yo sus ojos. Al darse cuenta de aquello, me miró aguantando mi mirada y sonrió.
-¿Qué? -dijo, riendo.
-Que yo también te quiero. -susurré.
Se acercó a mí y besó mi mejilla. Ladeé mi cabeza para apoyarla en el pasto y Kit pasó su brazo por debajo de mi cuello como este fuera una almohada. Reí ante aquel acto tan atento por su parte.
-Liv, aún no hemos terminado de ensayar la obra, y es dentro de dos semanas. -dijo, alarmándose un poco.
-Tranquilo, nos sale bien. Sólo tenemos que terminar las últimas tres páginas.
Soltó un suspiro.
-¿Y te parece poco? -bromeó.
-Cállate, arruinas el momento. -musité.
Rio ofendido y me miró.
-Gracias, yo también te quiero. -ironizó.
Reí y entrelacé nuestros dedos.
-Yo más. -susurré.
Capítulo corto porque me tengo que ir a duchar.
Luego lo actualizo o subo otro.
El próximo es el último capítulo de esta maratón.
Gracias de nuevo por leer, y a los que votan. Eso me anima a seguir.
Bye. <3

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Casualidad / Kit Connor
De TodoA veces las coincidencias no surgen por casualidad, algunas veces son más que eso.., ¿o no? Olivia, celosa por un chico el cual acaba de llegar a la escuela, se da cuenta de que lo que siente no son celos, son más que eso. Son fusiones de emociones...