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Eran las tres de la mañana cuando la ambulancia llegó a toda prisa, Seokjin se encontraba haciendo su turno de noche por lo que fue llamado de urgencia. Tal parecía era un matrimonio que habían colisionado contra un camión.

―¡Seokjin! ― gritó su colega ―, te necesitamos en urgencias.

El pelimorado dejó de hacer el papeleo que le habían asignado un momento antes para dirigirse hacia su superior.

―En la primera ambulancia viene el conductor del camión. Tiene menos heridas que el matrimonio, según lo que me han dicho... la que está peor es la mujer, ha tenido un paro cardio respiratorio en la ambulancia, su esposo ha perdido bastante sangre, y se le va a tener que amputar las dos piernas.

―¿Y el camionero? ― preguntó Seokjin.

―Está bien ― respondió apresurado. Estaban corriendo a la entrada ―. Sospecho que fue el causante del accidente. Estaba alcoholizado.

Siempre que ocurrían ese tipo de accidentes a Seokjin se le aceleraba el corazón, suponía que es porque aún no se acostumbraba. La primera camilla estaba siendo trasladada, era un hombre alrededor de cuarenta años, estaba semi lúcido.

―¡Te necesito aquí, Seokjin!

El aludido corrió hasta donde el médico se encontraba, pero no estaba preparado para ver a su hermana y cuñado en ese estado. Sus piernas fallaron al querer acercarse. No podía estar pasando, no a ellos.

―¡Seokjin! ― lo llamaron, no reconoció quién ― ¡Te necesito aquí! ¡¿Seokjin?!

Con la vista nublada por las lágrimas que amenazaban con salir y sus piernas flojas, se acercó como pudo. Tenía que salvarla, a Jungkook igual, no los iba a dejar morir, no cuando tenía la oportunidad de salvarlos.

―Hola, cariño ― dijo el hombre a su hermana que había abierto sus ojos momentáneamente ―. ¿Puedes decirme cómo te llamas?

Ella no contestó.

―Jeon Boyoung ― respondió Seokjin ―. Tiene 29 años. Su esposo es Jeon Jungkook, 32.

―¿Los conoces? ― preguntó el médico sin dejar de hacer su trabajo.

―Mi hermana y mi cuñado.


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Para las cinco de la madrugada Seokjin se encontraba tirado en los pasillos del hospital, sus manos estaban ensangrentadas y sus ojos completamente hinchados. El primero en irse había sido Kook, no había resistido por la pérdida de sangre. Media hora después, su hermana, dos paros cardíacos seguidos.

Por la mente de Seokjin se cruzaron sus dos pequeños sobrinos, no habían dicho nada de ellos, ¿no iban en el auto?

Rápidamente se incorporó y fue hasta la policía que estaba haciendo las últimas anotaciones.

―¡¿En el auto de los Jeon no había dos niños?! ― preguntó exasperado.

Había tomado al oficial por el brazo dejándolo con sangre, no le importaba.

―¿Usted quién es?

―S-soy el hermano de Jeon Boyoung.

―Lo estuvimos llamando ― dijo con tono seco.

―Estaba tratando de salvar a mi hermana.

―Los niños estaban en casa. Los estaba cuidando una niñera que habían contratado ― explicó.

Seokjin sintió que por lo menos algo sí había salido bien ese día. Sonrió con las pocas energías que tenía y se marchó de ahí, le pediría lo que quedaba del turno a su jefe libre e iría a decirle a su padre sobre la pérdida de Boyoung.


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Hoseok estaba haciendo lo único que podría hacer un soltero magnate a las cinco de la mañana; tener sexo con una pelirroja despampanante.

Su lujuria se vio interrumpida cuando el sonido de su teléfono comenzó a retumbar en la habitación. Decidió ignorarlo, si volvían a llamar sí atendería.

Para cuando la melodía terminó, un segundo llamado entró.

―Mierda ― dijo apretando los dientes ―. Uno ya ni puede coger en paz.

El castaño tomó su celular de mala manera y no contestó muy bien. Era la abuela de Jungkook, ¿qué hacía esa vieja llamando a esta hora?

―¿Qué pasa, señora Jeon?, ¿una araña de nuevo?

Para mala suerte del hombre, la mujer vivía en su mismo edificio, y cada vez que ocurría algo era él quien tenía que ir a su rescate, para su suerte, adoraba demasiado a su amigo como para no mandarla a la mierda.

Querido... ― dijo entre llantos.

Fue ahí cuando se prendieron las alarmas de Jung. Tal vez le habían entrado a robar y él no había podido hacer nada. Mientras escuchaba el llanto de la mujer, comenzó a ponerse sus pantalones.

―¡Señora Jeon!... esté tranquila... dígame qué pasa, ¿quiere que llame a Kook?

La mujer no contestaba a sus preguntas, solo lloraba.

Él se ha ido ― lloró más ―. Kookie murió.

Hoseok sintió como los vellos de sus brazos se erizaban por la desgarradora voz de la mujer. No podía estar pasando eso, ella de seguro lo ha soñado.

―Voy para allá, señora Jeon.

El castaño obligó a la mujer con la que se estaba acostado a abandonar su apartamento y corrió por los pasillos de los edificios buscando la puerta número 703.

Cuando llegó por poco no la tira abajo. La situación fue más desgarradora cuando confirmó que la anciana no había soñado nada, Jungkook había sido víctima de un accidente automovilístico.

Esa noche no durmió, estuvo en vela cuidando a la abuela de su amigo. Lloraba por momentos al pensar lo injusto que había sido el destino con Jeon, nunca había conocido a una persona tan dulce y amable como él, no tenía por qué terminar así.


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Esta es una adaptación, todos los créditos pertenecen a ©Hibissco, a quien agradezco enormemente que me haya dejado adaptar esta historia, que espero que les guste mucho, tanto como a mí.

𝙻𝚘𝚜𝚒𝚗𝚐 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕 [𝐻𝑜𝑝𝑒𝐽𝑖𝑛]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora