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Cuando llegó a su hogar, luego de recoger a los niños del jardín de infantes, Hoseok mantenía una acalorada conversación con su madre. La mujer ahora no se veía tan intimidante como cuando la vio por primera vez, su aspecto era más tranquilo, de entrecasa.

Los mellizos entraron con una notable euforia, la cual disminuyó cuando vieron a una extraña. Seokjin los abrazó por los hombros y comenzó a susurrarles, para no interrumpir a Jung.

―¿Quién es ella? ― preguntó Areum, sin dejar de mirarla.

―Es la mamá de Hoseok, esperen que terminen de hablar y van a saludar, ¿de acuerdo?

Ambos asintieron al pedido del pálido, aún con duda en sus rostros.

―Sean amables ― pidió Seokjin.

Seokjin observó el entrecejo de Hoseok sumamente fruncido, al parecer no le gustaba para nada lo que le decía su progenitora. Para cuando ellos terminaron de hablar, notó que el castaño no estaba para nada de acuerdo con los resultados de esa conversación.

―¡Pero qué bellezas de niños! ― chilló la mujer ― ¿Cómo se llaman?

Kim sonrió, ella parecía amable con los pequeños, lo cual era su mayor prioridad en ese momento. Hoseok saludó, ya de buen humor, a Hamin y Areum para después dirigirse donde estaba Seokjin observado.

―¿Podemos hablar un momento? ― Hoseok lo tomó del codo para guiarlo al jardín.

Una vez allí, donde no estaban a la vista de la mujer, Hoseok dejó de verse tan rígido.

―¿Qué sucede? ― le preguntó Seokjin, llevando su mano al hombro del mayor y apretando suavemente esa zona.

―Ella pasa ― respondió frustrado ―. Quiere quedarse en casa hasta por lo menos las fiestas... y para colmo quiere que invite a mi hermano.

―No hay problema con que se quede, la casa es enorme, Hobi...

―Si ella se queda descubrirá lo de... nosotros.

―Oh ― respondió el pálido, con cierto disgusto ― y tú no quieres eso.

―Aún me siento incómodo hablando de ello.

―Está bien ― Seokjin trató de sonreír ―. Seremos cuidadosos, ella no se enterará, tranquilo.

―Gracias ― Hoseok lo abrazó ―. Sólo se quedará hasta las fiestas, lo prometo.

―¿Y qué sucede con tu hermano?

―Es un imbécil. Desde adolescentes somos como perros y gatos, nuestras personalidades son muy distintas y chocamos en demasía. El colmo fue cuando se alió con la empresa rival.

―Ya veo... ¿y hace cuánto de esto?

―4 años.

―Creo que ya es hora de que hablen, tú has cambiado mucho, Hobi, y él también debe haberlo hecho, dense una oportunidad...

―Jin...

―Lo digo en serio, no lo tendrás para toda la vida, es tu hermano, disfruta el tiempo con él, no sabes lo horrible que es perder a uno.

Hoseok hizo una mueca antes de asentir con pesar, en parte para complacer a Seokjin, él sabía cuán difícil fue perder a Boyoung, también tenía en cuenta que serían las primeras fiestas sin que ellos estén y sabía que el ambiente sería difícil.

―Le diré a mi madre que hable con él ― Hoseok apoyó su frente sobre Seokjin.

―Bien... volvamos.

―Espera ― Hoseok lo tomó por el brazo y juntó sus labios.

Seokjin inevitablemente sonrió ante tan simple gesto y le devolvió el beso. Para minutos después percatarse de que estaban a la vista de la madre de Hoseok.

―Hey... ― Seokjin se separó, algo asustado ― tu madre podría vernos y me acabas de decir que no querías que ella lo supiera.

―¡Ya ves! Será un maldito grano en el culo.

―No hables así de ella ― Seokjin lo regañó ―. Tú eres el que no sale del closet.

Habiendo largado aquellas palabras, el pelimorado se marchó de ahí, dejando a un consternado Hoseok.

֍

Él siquiera había podido mantener una buena conversación con la que esperaba, fuera su suegra dentro de algunos meses, o días, en el mejor de los casos. Cruzaron algunas palabras cuando ella le consultaba cosas, como dónde estaba el baño o dónde dormiría, pero ninguna charla para conocerse mejor.

Se encontraba algo inquieto por ello, quería caerle bien, él realmente esperaba aquello. Mordió con nerviosismo una de sus uñas mientras veía a la madre de Hoseok hablar por teléfono en la cocina. Hoseok tuvo que salir de emergencia para resolver algunos asuntos en la oficina, así que tampoco estaba ahí para entablar una conversación.

Suspiró resignado dándose cuenta de que la mujer iba a estar en el teléfono un largo rato. Sin muchas ganas se levantó de la silla, estaría en movimiento por lo menos.

―¡Papi!, ¡papi! ― Areum lo llamaba mientras bajaba corriendo las escaleras ―, ¿puede venir Jaerim a jugar aquí?

Seokjin hizo una mueca. No tenía problemas en que la niña viniera, ella no era el problema, lo era su madre. A ella la detestaba y de seguro vendría a dejarla a casa.

―Por favor ― insistió la niña. Aguando, a propósito, sus ojos.

―Bien, bien ― Seokjin se rindió ―. Jaerim puede venir a casa, pero tienen que portarse bien, acuérdate que ahora está la mamá de Hoseok.

―¡Sí, papi! ― la niña chilló para luego subir las escaleras.

Seokjin agarró con frustración alguno de sus cabellos, realmente no quería soportar a esa mujer en casa.

―Seokjin, ¿verdad? ― un suave toque en su hombro hizo que se volteara.

―Señora Jung, sí... soy Seokjin. ¿N-necesita algo?, ¿una taza de café?, ¿quiere recostarse?

―Tranquilo, muchacho ― la mujer rió ante el comportamiento del joven ―. Sólo quería saber si estaba todo bien, te estabas agarrando del cabello muy fuerte.

―Oh, sí, sí. No se preocupe ― Seokjin la miró sonrojado.

―Tienes... un particular color de cabello ― ella miraba detenidamente su cabeza.

Dios, él se sentía demasiado juzgado en ese momento, ni siquiera quería moverse por miedo a hacer algo malo.

―Sí ― respondió suavemente.

𝙻𝚘𝚜𝚒𝚗𝚐 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕 [𝐻𝑜𝑝𝑒𝐽𝑖𝑛]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora