14

392 52 0
                                    

No quería levantar su cuerpo de la cama, las colchas y sábanas se sentían tan bien sobre él, que parecía una idea terrible ponerse de pie, pero era necesario hacerlo, Areum tenía que ir al jardín y Hamin tomar sus medicamentos. No fue hasta que dejó de planear todo su día en su cabeza que se percató que estaba acostado junto a Hoseok y esa noche ni siquiera habían tenido sexo, solo hablaron y se miraron.

Volteó y miró el pacífico rostro del hombre, tenía su boca levemente abierta y un pequeño ronquido escapaba de esta.

―No la cagues, por favor ― murmuró.

Después de un momento, Jin se levantó de su cama y fue a la cocina a preparar el desayuno para los mellizos, para su suerte le dieron unos cuantos días que le debían y podía quedarse a cuidar a Hamin, pensaba que era lo mejor, de otra manera hubiera hecho desastres en el hospital preguntándose si el pequeño realmente estaba bien.

Seokjin se agachó para alcanzar el tostador que estaba guardado cuando sintió una fuerte nalgada en su glúteo izquierdo. Soltó un pequeño chillido para luego darse la vuelta con enojo.

―Buenos días, Jin ― sonrió con dulzura.

―¿Buenos días? Eres un hijo de... ― aquellas palabras se perdieron por completo cuando los suaves labios de Hoseok tomaron los suyos.

Seokjin suspiró resignado.

―Espero que no estés besándome cada vez que...

Nuevamente los labios del menor hicieron de las suyas con los de él. Quería hacerse el enfadado pero era difícil si tenía a Jung besándolo cada vez.

―Buenos días, Jin ― repitió una vez más.

―Buenos días, Hoseok ― sonrió.

―Terminemos de hacer el desayuno.

―¿Puedes hacer las tostadas? Te salen geniales, yo prepararé el té para Hamin.

―Me halagas ― jugó.

Seokjin esperó paciente a que Hoseok se agachara a buscar el tostador y cuando vio el momento justo, juntó todas sus fuerzas y lo nalgueó, sentía cómo su mano ardía, pero no le importaba. No lo dejaría pasar ni con todos los besos del mundo.

Mientras Hoseok se quejaba, aún agachado, Seokjin vio su siguiente broma. Mordió su labio para no dejar escapar una risotada y apretó la nalga de Hoseok.

―Hobi... ¿Cuándo serás mi pasivo? ― preguntó mientras acariciaba descaradamente el culo del menor.

―Oh, no, cariño. Estás loco si piensas que seré tu pasivo ― se levantó de sopetón.

El pelimorado, aún en su papel, lo tomó de las caderas e hizo su mayor esfuerzo para estamparlo contra la isla. Besó su mandíbula de una forma un tanto violenta.

―Vamos... te haré ver las estrellas.

―Veo las estrellas cuando mi pene está dentro de ti... también las veo cuando maltrato tu gordo culo y me pides más ― Seokjin carraspeó, el juego no estaba yendo como lo había pensado, no había tenido en cuenta que Hoseok le hablaría tan profundamente con su voz ronca, que hacía que sus piernas flaquearan ―. ¿Me dirás que tú no las ves? ― preguntó. Con la punta de sus dedos acarició la mandíbula de Kim y repartió cortos besos por ahí ― ¿A caso no te gusta cómo te lo hago? Cómo me muevo dentro de ti...

―Me encanta... ― admitió engatusado por los encantos del castaño.

―¿Te gustaría que te lo hiciera aquí?, sobre la isla ― preguntó en un susurro, solo audible para Seokjin ―. Tendrás que ser muy silencioso.

𝙻𝚘𝚜𝚒𝚗𝚐 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕 [𝐻𝑜𝑝𝑒𝐽𝑖𝑛]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora