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Eran pasadas las diez de la noche cuando escuchó su puerta sonar, algo extrañado se puso de pie y fue a ver quién tocaba, dudaba de que fuera Jimin ya que este se encontraba en su turno en el hospital.

―¿Qué haces aquí? ― frunció el ceño al verlo, estaba mojado y sin los niños ― ¿Sucedió algo con los mellizos?

―N-no, yo, yo solo tuve el impulso de venir aquí.

―¿Dónde están los niños, Seokjin? ― elevó el tono de su voz.

Antes de que respondiera, él estornudó, se cubrió y Hoseok pudo observar que tenía los ojos hinchados.

―Están con tu madre y mi papá.

―Mierda Seokjin, pasa ― se alejó de la puerta y le permitió al menudo hombre entrar a su departamento ―. Sigo sin saber qué te trajo aquí.

―Discutí con Jihyeok... ― Seokjin no lo miró cuando dijo aquello ― No sabía adónde ir, simplemente dejé que mi cuerpo me guiara... hasta llegar a ti.

―¿Y qué quieres? ¿Qué sea tu consejero amoroso? No estoy para esas mierdas.

―¡No! Yo, solo... ― el pelimorado volvió a estornudar.

―Ve al baño a sacarte la ropa mojada, te dejaré ropa en mi habitación.

No esperó alguna respuesta por parte del pálido, simplemente se giró y volvió a su habitación refunfuñando, que alguien le diera un maldito premio por ser el mejor ex.

Estaba enojado.

Cuando sintió el agua correr en el baño, se tranquilizó un poco. Cualquier persona que supiera con lujos de detalles cómo y por qué habían terminado con Seokjin le dirían que estaba siendo un estúpido. Sin embargo, él no podía permitirse ver al pelimorado de esa manera, a punto de enfermarse y con sus ojos hinchados de tanto llorar.

Quince minutos después, Seokjin apareció en el living con su ropa puesta y la de él estaba en sus manos, sin encontrar algún lugar dónde ponerla.

―Ponla en la secadora y no dejes tu cabello mojado, sabes dónde se encuentre el secador de cabello.

Hoseok no se atrevió a mirarlo, siempre tuvo cierta debilidad mirando a Seokjin vestir su ropa, ahora no podía permitirse ninguna debilidad con él.

―Perdón por ser tan inoportuno ― Seokjin se ubicó en la punta del sofá, tenía la mirada baja y estaba ubicado como si hubiera sido regañado ―. Estoy acostumbrado a tenerte siempre que me sintiese mal.

―Bueno, eso ya no podrá ser más.

―Lo sé... la cagué, ¿bien? No fue la mejor manera de decirte las cosas.

―Oh, no me digas ― Hoseok rió sarcásticamente.

―¿Puedes dejar ese comportamiento?

―Vete a la mierda Seokjin. No sé qué esperabas. ¿Que te recibiera con los brazos abiertos? ¿Que te ofreciera mi hombro para que lloraras por mi primo? Lamento decirte que no soy ese tipo de ex.

―Hoseok...

―Calla, calla de una vez ― Hoseok se puso de pie y lo enfrentó ―. ¿Qué mierda esperas de mí? No me quieres contigo pero tampoco quieres que esté con alguien más.

―Jimin era mi maldito amigo ― Seokjin apretó sus puños y lo miró por primera vez a los ojos.

―¿Y qué? Taehyung es mi primo.

―Pero... pero yo no planeé que las cosas fueran así. Y me duele, me duele pensar que estás con él.

―Tuviste la oportunidad de elegirme y te fuiste con él, no tienes derecho a reclamarme con quién me acuesto. ¿Y sabes qué es lo peor? ¡Que no hago nada! Solo es tu conciencia torturándote diariamente.

Hoseok percibió el pequeño temblor en el cuerpo contrario, no estaba seguro de si era por las palabras contenidas o si el hombre tenía frío.

―¿Qué imaginas, Seokjin? ― dio un paso hacia delante, obligando al pálido a retroceder ― ¿Cómo le hablo? ¿Cómo lo consiento? ¿Cómo lo desvisto? ¿O cómo él me desviste?

Los labios que tantas veces besó se encontraban siendo mordidos violentamente por los dientes de Seokjin. Sonrió con maldad y dio otro paso hacia él.

―¿Por qué me buscas? ¿Acaso Jihyeok no te da lo que yo sí? ― sonrió nuevamente, como un depredador ― ¿No conoce todos tus puntos? Todos los que yo estimulé. ¿Él no te hace gritar como cuando estás conmigo?

La mano de Hoseok encontró su lugar en el cuello pálido del hombre, apretó y sintió un leve gemido escapar de la garganta de Seokjin. Usando su cuerpo apretó el contrario contra una de las paredes más cercanas, logró meter una de sus piernas en el hueco de las de Seokjin.

―Conmigo te hierve la sangre ― susurró en el oído de su ex ―, y te enferma saber que pronto estaré calentando la sangre de otro o de otros.

Hoseok apretó un poco más su cuerpo contra el de Seokjin y pudo sentir la gran erección que escondía el pantalón que le prestó.

Cuando soltó el agarre en el cuello del pelimorado, pudo observar la marca de sus dedos en él, provocándole una gran sonrisa.

―Ya veremos cómo le escondes eso a tu noviecito ― colocó ambas manos en la cadera de Seokjin, obligándolo a quedarse quieto ―. Dime qué quieres.

―No ― los ojos de Seokjin estaban brillantes.

Hoseok apretó sus dientes y se despegó de él lo suficiente como para darle vuelta dejándolo contra la pared. Pasó una de sus manos por el culo de Seokjin y lo sintió temblar nuevamente.

Lentamente bajó el elástico del pantalón de Seokjin y mostrándole que al parecer no llevaba ropa interior.

―Chupa ― le ordenó mientras llevaba dos dedos a la boca ajena.

Seokjin lo hizo, sin decir ninguna palabra.

Él los apartó cuando creyó que ya estaban lo suficientemente ensalivados como para lubricar la entrada de Seokjin.

Escuchó a su ex gemir fuerte ante la intromisión del primer dígito, muy pocas veces lo hizo de esa manera, sabía que la saliva servía, pero no era tan eficiente como el lubricante, no le importaba de cualquier manera, quería follar a Seokjin. Duro y sin ninguna amabilidad.

Cuando creyó que Seokjin estaba lo suficientemente dilatado como para meter su pene en él, se separó y bajó el cierre de sus pantalones. Llevó su hinchada cabeza a la entrada que tanto lo esperaba.

―Dime qué quieres, Seokjin ― repitió una vez más.

―Quiero que me folles ― gimió.

Sin esperar, metió completamente su pene dentro del hombre, arrancándole un gran gemido a ambos. Empujó, sin esperar a que Seokjin lo dijera.

Lo tomó de los cabellos, tiró de ellos y movió sus caderas fuertes. Seokjin gemía y retumbaba por todo su departamento.

Esa noche cogió a Seokjin, como a cualquiera de sus amantes, no hubo compasiones con él, fue duro y seco.

Y antes de venirse dentro de él, murmuró.

―Ojalá te imagines todos los días conmigo.

⌲⌲⌲

Ya estamos por terminar esta maravillosa historia, ojalá les haya gustado mucho, espero traer más contenido hopejin/jinhope porque hay mucha escasez de ellos tristemente.

Si les han gustado las historias publicadas hasta ahora, no se olviden de pasarse por las cuentas de los verdaderos autores, encontrarán más de ésto.

Otra cosa que quisiera pedir es que, si ven algunos errores de ortografía, frases que no se entiendan, o errores en los nombres, notifíquenlo por favor, es para hacer mejor la lectura.

Gracias y nos vemos en los siguientes capítulos.

𝙻𝚘𝚜𝚒𝚗𝚐 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕 [𝐻𝑜𝑝𝑒𝐽𝑖𝑛]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora