07

555 72 6
                                    

La cabeza de Seokjin no paraba de dar vueltas, ¿realmente había pasado eso?, ¿con Hoseok?, ¿el hetero? Mientras se dedicaba a dar una y mil vueltas a lo sucedido, se despojó de sus prendas para darse una rápida ducha.

Las imágenes y sensaciones vividas se reproducían una y otra vez en su cabeza, atormentándolo. Cierta parte de él se odiaba por reaccionar de esa manera a Jung, por Dios, lo tendría que odiar, pero simplemente no podía, también tenía que admitir que el hombre estaba de infarto y cualquiera ser humano con buena vista reaccionaría a él.

Muy a su pesar, dejó que el agua fría bajara la temperatura adquirida de su cuerpo, no quería que ocurriera otro accidente con Jung.

֍

Hoseok se encontraba con Areum en los brazos, esperando que la niña se calmara con las pequeñas caricias que ejercía en su cabello, ella había tenido una pesadilla, soñaba con sus padres y que éstos la saludaban, pero cuando se acercó a ellos, simplemente desaparecieron. La pequeña era quien se mostró más fuerte a la hora de aceptar que sus padres no volverían, pero sin dudas sus miedos se manifestaban de otra manera, con sueños.

Pese a estar pendiente de la infante, no podía sacarse de la cabeza a Seokjin. No era gay, eso lo sabía, pero el joven desprendía un aura sexual que lo hipnotizaba, quería follar con él, eso era algo seguro y lo haría.

No pudo evitar soltar una gran sonrisa cuando la cabellera morada de Kim apareció en el umbral de la puerta de los niños, estaba mojada y desprolija, le gustaba como le quedaba. Hoseok inmediatamente notó que sonreía por él, entonces esfumó tal gesto de su rostro, no tenía por qué hacerlo.

―Hasta que te dignas ― dijo el castaño.

―Tenía que bañarme, Hoseok, no empieces ― habló Seokjin algo desconcertado por el repentino cambio de humor ―. ¿Qué le pasó a Areum?

―Soñó con sus padres... aunque ya está mejor.

Seokjin esquivó la mirada del hombre y se puso de cuclillas para verificar que la niña estaba dormida entre los brazos del castaño, acomodó algunos mechones que caían en su rostro para luego depositar un largo beso en sus regordetas mejillas que aún estaban húmedas por las lágrimas.

―Prometo cuidarte con mi vida, cielo ― murmuró antes de levantarse.

Mientras Hoseok hacía algunas maniobras para no despertar a la niña y dejarla dormir en su cama, él fue a verificar cómo se encontraba Hamin, este no parecía perturbado por nada, así que también dejó un largo beso e hizo la misma promesa.

Ambos dejaron el cuarto en silencio y caminaron por los pasillos hasta llegar al ala donde estaban sus habitaciones, Jin no quería siquiera ver a Jung, pero no dijo nada cuando vio que el castaño no se detenía en su habitación, sino que lo seguía hasta la suya. Tampoco habló al sentir los sedosos labios de Hoseok en su nuca, dejando un tibio camino.

Las expertas manos del hombre hicieron que las prendas desaparecieran en un cerrar de ojos, Seokjin dejó que el menor hiciera con él lo que quisiera, dejó que marcara su lechosa piel con marcas rojizas que tardarían en salir unos cuántos días.

―¿Qué eres? ― habló entre jadeos ― ¿Por qué siempre me marcas?

―Me gusta.

―Procura que sea del cuello para abajo.

―¿Temes que tu novio se enoje?

―Hoseok ― gimió suave ―. Deja de hablar.

El mencionado le dedicó una media sonrisa entes de llevarlo a la espaciosa cama y dejarlo ahí. Se ubicó entre los muslos de Seokjin, los cuáles acariciaba con sus manos muy detenidamente, estos eran suaves y libres de cualquier vello. Con picardía, comenzó a besarlos, lenta y minuciosamente llevando a su contrario a la locura.

𝙻𝚘𝚜𝚒𝚗𝚐 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕 [𝐻𝑜𝑝𝑒𝐽𝑖𝑛]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora