19

327 48 0
                                    

Los días después de haber tenido el incidente con Jiwon habían pasado volando. Habían tenido peleas, las típicas, sobre mínimas cosas que sólo a ellos se les ocurría para discutir.

Pese a que aún estaba Yeonu en la casa, se mimaban y hacían el amor cuando nadie estaba presente, lo que últimamente era casi imposible.

Hoy en particular, Hoseok estaba de mal humor, llegaría su hermano a casa.

La madre de los hermanos, sin embargo, no parecía importarle que ellos se llevaran como perro y gato, estaba feliz porque tendría a sus "bebés" juntos de nuevo.

Seokjin terminó de bañar a los mellizos y los vistió para recibir al hermando de Hoseok.

―¿Y a qué hora llegará? ― preguntó la niña mientras jugaba con su hermano.

―No lo sé, cariño. Pronto.

―¿Por qué papi está enojado?, ¿es por nosotros? ― esta vez preguntó el pequeño.

―No, mi cielo, papá está un poco estresado ― Seokjin les sonrió a los pequeños para tranquilizarlos.

El pálido colocó a la niña en sus piernas y comenzó a peinar el largo cabello negro, una vez peinado, ella le pidió que lo trenzara.

Poco antes de servir el almuerzo escuchó cómo el auto de Hoseok aparcaba en la entrada de la casa. Estaba nervioso, él esperaba caerle bien a la familia de Jung, o por lo menos a la gran mayoría.

Sacudió un poco sus prendas y acomodó su cabello morado para darle más o menos una forma. Llamó a los pequeños y esperó con ansias a que la familia Jung entrara.

A la primera persona que vio enfrente fue a Hoseok, después de él, su madre y finalmente, su hermano. Era un hombre alto, de cabello castaño, más oscuro que el de Hoseok. Parecía serio.

Tan solo con verlo, supo que era un hombre con una personalidad dominante, que si las cosas no eran de su agrado, estaban mal. Tragó e hizo su mejor sonrisa.

―Bienvenido... por favor, pasa y siéntete como en tu propia casa.

―No tomes sus palabras tan literal ― Hoseok miró a su hermano ―. Todo lo que hay en esta casa es mío, recuérdalo.

El hombre elevó una de sus prolijas cejas y miró a su hermano durante un rato, Hoseok no se quedó atrás tampoco, le devolvió la mirada con la misma intensidad. Seokjin realmente deseaba que aquello parara.

Yeonu frunció el ceño y tomó, literalmente, a los hombres por las orejas, zamarreándolos como si fueran niños que no se comportaban.

―¡Muy bien! ¡Me tienen harta! Más les vale, a los dos, comenzar a llevarse bien... porque créanme, ustedes realmente no quieren verme enojada. ¿Acaso ya lo olvidaron?

La mujer esperó una respuesta y cuando no llegó, apretó más su agarre.

―¡¿Entendieron?!

―Sí, mamá ― contestaron al unísono.

Seokjin no sabía si aquella situación era divertida o tenebrosa. Rascó las palmas de sus manos y esperó a que ellos se dirigieran a la mesa para poder almorzar.

A los segundos sintió cómo sus piernas eran envueltas por tibias y pequeñas manos. Detrás de ellas, estaban Hamin y Areum, mirando con curiosidad al hombre que estaba al lado de Hoseok.

―¿Es él? ― preguntó la niña, con voz suave ― Es muy lindo.

Seokjin sonrió divertido ante las palabras de la infante.

―Sí, es él ― confirmó. Seokjin miró nuevamente al hombre y también estuvo de acuerdo con Areum ―. Él es lindo.

Seokjin y los niños voltearon, sorprendidos cuando Hoseok aclaró su voz, muy fuertemente. Los ojos del castaño estaban puestos en los del pálido, éste sonrió abochornado y acercó a los niños donde los Jung se encontraban.

Para sorpresa de Seokjin, al hombre se le suavizó el rostro con una gran sonrisa de hoyuelos en cuanto los niños estuvieron frente a él.

―Hola, pequeños ― él se colocó a la altura de los infantes ―. ¿Cómo se llaman?

―¡Yo soy Areum! ― chilló la niña.

―Y yo Hamin ― contestó el niño, un poco más arisco.

El hermano de Hoseok se mantuvo agachado hablando con los niños muy dulcemente, contrarrestando su fría imagen. Poco después, fue a presentarse donde el pálido.

―Mucho gusto, soy Namjoon, el hermano menor de Hoseok. ¿Tú eres Seokjin?

El mencionado sonrió tontamente, levemente deslumbrado por la cordialidad y potente voz del hombre.

―A-así es... el gusto es mío. El almuerzo ya está listo, vamos.

Namjoon le regaló una pequeña sonrisa y colocó una de sus manos en la espalda baja de Seokjin. Él estaba malditamente consciente dónde estaba ubicada, el calor que le producía en esa zona era anormal.

Podía sentir cómo su cuerpo lo iba traicionando lentamente cuando un ligero rubor tiñó sus mejillas y orejas. Seokjin levantó la mirada para captar los intensos ojos negros de Namjoon observándolo divertidamente.

―Adorable ― murmuró.

El pecho de Seokjin se contrajo, aguantando las inmensas ganas de chillar que tenía. Era como si su ídolo lo hubiera halagado.

֍

Él malditamente estaba sufriendo en ese momento, por su cabeza rondaba el pensamiento que estaba cumpliendo su karma. Seokjin parecía un ciervo encandilado por las luces de un auto.

Desde donde se encontraba se le hacía muy difícil mantenerse al tanto de la conversación que mantenía su hermano con su... con Seokjin. Namjoon se ubicó cerca del pálido muchacho, sin importarle si ya había lugares designados para cada uno, lo cual no era así, pero si tan solo su hermano hubiera tenido la decencia de preguntar, esto no estaría pasando.

―Al parecer con Seokjin estaremos emparentados no sólo por los mellizos ― su madre comentó, juguetona.

Los ojos de Hoseok viajaron hacia su progenitora, no creyendo lo que escuchaba. Pese a su temor, se atrevió a preguntar.

―¿Por qué dices cosas como esas?

―Tú hermano es un hombre muy abierto de mente... no dudo de que sea bisexual o algo así. Y hasta un ciego se daría cuenta que hay chispas entre ellos.

―¿Y eso no te molesta?, Seokjin es un hombre.

Su madre rió antes de contestar.

―Puedo darme cuenta de que él es un hombre, hijo. Y la verdad no me molestaría tenerlo de yerno.

A partir de aquello, no pudo apartar los ojos de esos dos, intentaba que Seokjin siquiera lo mirara, pero nada, su atención estaba en Namjoon y los niños, nada de Hoseok.

Se sentía como un infante, buscando llamar la atención, y aunque se pusiera un puto sombrero de frutas no lograba obtener la atención del menudo muchacho.

𝙻𝚘𝚜𝚒𝚗𝚐 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕 [𝐻𝑜𝑝𝑒𝐽𝑖𝑛]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora