― ¡Oye! Ábrete un poco más el kimono no puedo verte bien.
Himawari suspira al escuchar lo que le pedía aquel guardia. Bueno dijo que se lo compensaría por ayudarlo a él y a Tsubaki a hablar con el capitán Honda en aquella ocasión. Sacude un poco su cuerpo solo para dar la ilusión de que se abrió un poco más la ropa. Estando en aquel callejón se siente incómodo. Ese guardia siempre pide ese tipo de lugares extraños para masturbarse mientras lo observa.
―Himawari-kun no quieres venir aquí más cerca de mí que tal si me ayudas a terminar tengo muchas ganas de metas esto en tu boca.
Le dice el guardia con lascivia sin dejar de sacudir vigorosamente su miembro.
―No. Sabe cuáles son las reglas. Quédese allí bien lejos. Mire lo que quiera pero no toque.
Cada vez es más difícil que los hombres se queden lejos sin tocarlo. Tan insistentes en que él participe más activamente en esas labores. Aparte de aquel guardia también lo hace con el cuarentón vendedor de dibujos y el joven ayudante del dueño de la tienda. Abecés solo con uno otras veces visita a dos el mismo día. Para Himawari solo es entrenamiento para cuando empiece a trabajar formalmente. Así mismo, como le había dicho a Tsubaki ellos jamás pasaban de un buen vistazo y solo era a Sakamichi-sensei al que permitía acercársele más.
El guardia solo gime y se le queda mirando intensamente hasta que termina con un gran quejido.
Himawari a veces se aburre de estar en esta situación. A decir verdad sus clientes de practica no le despiertan mucho deseo si tiene que llamarlo de alguna manera pero había aprendido que eso era muy normal. La compensación por otro lado no está mal. Ese hombre suele tener mucha culpa después de hacer negocios y acababa dándole de tres a cuatro monedas de plata. Se sonríe pícaro al pensar que aún guarda el primer pago que le dio ese chico ojeroso, una bella moneda de oro que tiene bien oculta y que no ha gastado hasta el momento, bueno que no es como si el pudiera dar una explicación de donde saco tanto dinero, mas últimamente tiene una idea de en qué quisiera gastarla. Sorprendentemente para él porque no es algo para sí mismo.
― ¡Ahhh!
Escucha el gemido final del guardia asiéndolo salir de sus pensamientos. Se arregla el kimono rápidamente mientras el hombre aún más velos se acomoda su hakama y busca de entre sus bolsillo varias monedas se acerca al niño se las da directamente en la mano y sale de inmediato del callejón tratando de ocultar su cara bajando su sombrero de paja al chocar con alguien que solo se queda quieto escondido en la esquina del muro.
Después de unos minutos Himawari sale tranquilamente.
― ¿Estuviste aquí esperándome? Te dije que fueras con Sakamichi-sensei.
Pregunta en cuanto se encuentra con Tsubaki recargado en un cerca de madera nervioso. Le contesta:
―Solo he ido contigo una vez. No sé cómo llegar.
―Bueno ya. No te pongas nervioso. No pensé que me seguirías hasta aquí. ¿Qué tal si aquel guardia hubiera pensado que me ibas a ayudar con él?
Tsubaki niega repetidamente con la cabeza aun le da desagrado que los adultos se le acerquen con esa intención prefiere hacerlo con alguien familiar como Kiku Nii-san y Yuri.
―Kiku Nii-san dice que no deberías dejar que los adultos se te acercaran así aun.
Regaña tímidamente, aun después de la plática que había tenido con el mayor respecto a todo aquel asunto de la virginidad y valor no era algo que comprendiera, son cosas que incluso duda que tenga. Pero si Kiku le dijo que era importante no hacer nada de eso solo le queda creerle ciegamente con todo la confianza de Ototo que puede darle.
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Raikoritsu no hata (El campo de las lycoris)
FanficDurante el periodo Edo y la gubernatura de Tokugawa como parte de su política de control, las leyes establecían la restricción de los burdeles en distritos especiales separados por muros a cierta distancia del centro de cada ciudad, denominados "Yu...