Hola a todos. Después de mucho tiempo puedo volver a actualizar.
Ha sido una temporada difícil para mí. Cambios en la vida, tristezas, enfermedad...
Fui de las víctimas de repunte que hubo de covid en México hace un mes y tuve que estar aislada, enferma un tiempo. Por suerte no fue necesaria la hospitalización. Tengo mis vacunas y eso. Pero soy población de alto riesgo debido a otra enfermedad previa que tuve. Por ello tuve que estar en vigilancia, en cama. Aun que lo único que conseguí fue deprimirme con esto. No es bueno dejarme sola con mis pensamientos ¿saben?
Me costó trabajo recobrara mis actividades normales, otra vez...
Me alegra poder continuar con esta historia. Aunque también, en mis intentos de alejarme de mis malos pensamientos termine haciendo algo parecido a otros proyectos.
Uno es remake de otro de mis fics y el otro... bueno parece más divagaciones de una pareja que me gusta mucho de Inazuma eleven. Pero está resultando más largo de lo que pensé que sería al principio...
Quién sabe. Puede que en unos meces me anime a publicar esos proyectos mientras sigo con esta historia.
Bueno sin nada más que decir. Los dejo con el capítulo.
Esperando poder retomar mí ritmo de nuevo.
Por cierto, agradezco mucho los comentarios que siempre me animan mucho.
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Capitulo XXXI
Himawari mira inquieto a su madre. Ambos se encontraban en el despacho de la mujer sentados frente a una mesa pequeño cara a cara. El niño nota como su madre mueve los dedos contra uno caja de madera grande. Himawari sabe que dentro de esa caja se encontraban las propuestas de la noche anterior. A esta hora de la mañana los resultados ya habían sido exhibidos en el pasillo principal de la casa. Exponiendo quien de los niños nuevos era quien tenía la aparente ventaja en esta carrera recién comenzada.
―Okaa-san...
Llama el niño tímido. Sabe que su madre está muy enfadada. Lo sabe por las muecas y el sonido de los dedos impacientes sobre la caja.
Kiyoha parece tomarse un momento, cierra los ojos y suspira profundamente.
―Extiende tus brazos.
Dijo muy seria.
Himawari gruñe un poco, desvía su mirada pero obedece de inmediato levantándose las mangas de sus kimono verde hasta los codos. De inmediato la mujer toma una lado suyo una vara del suelo, se levanta y suelta un par de golpes dolorosos, dejando líneas rojas por los brazos del niños.
Dijo severa:
―Fuiste muy imprudente durante tu presentación. Cuantas veces te he dicho que dejes de inventar cosas y te limites a hacer lo que yo te diga. Debes de ser más obediente.
Himawari aprieta los labios resistiendo el castigo. Estaba seguro que su madre aria algo más fuerte pero parece que no le fue tan mal, si solo lo castiga como es habitual.
La mujer se detiene. Vuelve a su lugar. Toma de un costado de la mesa su pipa encendiéndola de inmediato, da una calada, suelta el humo en un suspiro. Deja en claro sin abandonar su seriedad:
―Haremos tu Mizuage privado.
― ¿P-privado? ¿Por qué?
―Porque yo lo digo. Así que has caso por una vez. Yo conseguiré a un buen postor que pague un precio aceptable por tu Mizuage.
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Raikoritsu no hata (El campo de las lycoris)
Fiksi PenggemarDurante el periodo Edo y la gubernatura de Tokugawa como parte de su política de control, las leyes establecían la restricción de los burdeles en distritos especiales separados por muros a cierta distancia del centro de cada ciudad, denominados "Yu...