El heredero del príncipe meztizo.

Parte 51: El arreglo de Harry y Snape.

Mazmorras.

Esa misma noche Harry se había puesto su pillama y corría por toda la habitación del pocisionista.

Snape cuando regreso de ponerse su pillama, se percató que el niño corría, pero se distrajo con su llegada y estuvo a punto de impactar en el suelo, sino fuera por la Intervención de Snape que lo pescó antes que cayera.

Harry: ¡Papaaaaa, eso fue genial!

Snape: ¿Estás bien?

Harry: ¡Siii, gracias!

Snape: Vamos a dormir, quieres?

Harry se acostó se aproximó a la cama, se acomodo para dormir. Snape lo arropó y después se acostó dándole la espalda al niño. Sentía lo cansado en sus párpados, cerró sus ojos y poco a poco fue durmiendo hasta que escuchó la voz del niño.

Harry: ¡Papá!

Snape aún si voltear con los ojos cerrados dijo: ¿Si?

Harry: Te extrañe hoy, papá.

Snape sintió nuevamente esa calidez en su pecho: Yo igual, Harry.

Harry: Oye papá

Snape: Mandé

Harry: Si vuelven a decir que durmamos en el gran comedor, ve por mi.

Snape abrió los ojos y de inmediato volteó a ver al niño: ¿Paso algo? ¿Alguien te molesto?

Harry inocentemente respondió: Nop, pero así no puedo cuidarte.

Snape pensó que de seguro a Harry le costó dormir en el gran comedor, de alguna manera ya se había acostumbrado a dormir aquí con la seguridad que un adulto lo cuidaba.

Snape: No te desperté porque ya regresé muy noche.

Harry lo miro con sus ojos verdes suplicantes: ¿Pero para lo otra si lo harás, verdad papá?

Snape: Te lo prometo que lo haré, ahora duérmete.

Severus iba voltear, pero Harry lo impidió al abrazarlo. El pocisionista volteó a verlo.

Harry: Es para cuidarte.

Snape sonrió: Lo sé.

Harry: Buenas noches, papá.

Snape: Buenas noches, hijo.

Y asi quedaron dormidos Harry con la seguridad que su papá estaba con él, que lo protegería y cuidaría de todo y Severus sabiendo que lo más importante en su vida lo tenía a su lado.
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Gran comedor.

Al otro día en la mañana todos comenzaban a llegar tanto alumnos como maestros para desayunar antes de las clases. En eso llegó Harry alegremente al gran comedor, detrás de él iba Snape con su semblante serio de siempre, mientras Harry volteaba a ver a todos lados para saludar a sus amigos, Snape parecía custodiarlo detrás, todos vieron como Harry se dirigió a la mesa de docentes.

Todos intercambiaban miradas entre consternación y miedo, el murciélago de las mazmorras había pasado los límites de los castigos,  mira que poner a Harry Potter a sentarse en la mesa de docentes al lado de él, era de los peores miedos de un estudiante se hubiese imaginado nunca, se preguntaban qué había hecho este para merecer tal castigo.

Snape le hizo una señal que se sentará: Siéntate Potter, ahorita pido una silla para mí.

Harry se sentó, Dobby no demoró en traer una silla a Severus.

Hadrid a lo lejos vio a Harry sentado en la mesa de docentes, al verlo sintió alegría en su corazón y de inmediato se aproximo rápido hacia el niño para sentarse al lado de él.