Parte 7: Un protector anónimo

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Pasaba poco a poco la infancia de aquel niño que vivía con sus tíos. Desde que fue aceptado a vivir con ellos se mostró la incomodidad que les causaba su presencia. Al principio no entendía y lloraba por el mal trato, pero como pasaba el tiempo Harry llegó a la conclusión que era normal la maneras que su primo y tíos lo trataban así y dejo de darle importancia, dejo de sentir dolor y se resigno.

Cuando le hicieron fiesta de cumpleaños a su primo Dursley número 5 el recuerda haber querido agarrar una de la rebanadas de pastel y lo que recibió fue un inmediato golpe en la mano. Estaba rodeado de niños de la misma edad de él, pero nigún era amigo de él, su primó se esmeraba para dejarlo solo, para que no tuviera ni un solo amigo y el se consolaba con el hecho que esos niños eran casi iguales que su primo caprichosos y brabucones.

Salió de la casa, sabía que no notarían su ausencia porque solo lo hacían cuando nececitaban alguien que los ayudará o recogiera las cosas. Fue a un parque cercano y se sentó en una banca viendo a jugar en los juegos a niño y niñas acompañados de sus padres. Se preguntaba que se sentiría tener a alguien que le importaras a tal punto de dedicarte tiempo para acompañarte y jugar contigo en la zona de juegos sin importar que tan ocupada estuviera su agenda, que tan cansado estuvieras o sin importar que eran adultos. Le vino otra vez esa pregunta incómoda que aveces surgía, ¿Que sería de el si tuviera un adulto que lo protegiera y le importara lo suficiente? ¿Que sería tener padres?

Al ver qué había estado mucho tiempo viendo a la nada y sumergido en sus pensamientos no se había dado cuenta que había a lado de el en la banca una rebanada enorme de pastel, parecida al pastel de su primo, se pregunto cómo llego hasta ahí y quién la habría dejado tan cercas de el. No le dio mucha importancia a pensar en ello porque de verdad quería probar ese pastel y por primera vez Harry comió sin sentir que alguien lo miraba con mala cara, sin ser sobras, que no la estaba tomando a escondidas, que fue cortada esa rebanada pensando en él y que si le correspondía.

Lo que no se dio cuenta que a sus espaldas detrás de uno árbol una figura negra y alta lo estaba mirando.

El heredero del príncipe meztizo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora