B R E A T H-Jasper Hale

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Advertencia:
Este capítulo incluye redacción
de actividades sexuales, si prefieres evitarlo deja de leer ante la
palabra "frutilla"...Si, frutilla.

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—¿Brasil? Eso sí que es tener una buena luna de miel—opinó Henry botando las sobras del plato de Clare notando que esta había dejado la mitad sin comer. Algo que le resultaba extraño, pero desde hace tiempo que lo venía haciendo en dejar porciones de comida cuando la adolescente deboraba sus platillos de comida antes. Prefirió no darle la típica charla de reproche, su hija estaba grande y que dejara un poco de comida no era un gran dilema.

—Para ser más exactos fueron a la isla Esme, isla que debo mencionar compro el señor Cullen a su esposa— añadió con una sonrisa divertida tomando el tenedor y pinchando un trozo de papas hervidas para dirigirlo a la boca de Adhara.

La infante comió con sus mejillas hinchadas por la comida, se veía sumamente adorable de ese modo robandole un suspiró a su madre adoptiva.

—¿Y quién se atrevió a decir que el dinero no compra la felicidad?— Henry tomó un paño para comenzar a secar los platillos que su esposa iba lavando.

—Nosotros no somos multimillonarios como los Cullen y somos felices— sonrió Vanessa a su esposo.

—En eso tienes razón. Pero apuesto a que me amarias más de lo que haces si te regalara una isla— fanfarroneo causando la risa en las dos mujeres de más edad.

—Me enamoraste cuando eramos jóvenes y me regalaste un cupón de pollo.

—Mamá ama el pollo frito— la envolvió con un brazo por su cintura dándole un rápido beso en la boca a lo que Adhara hizo un sonido de "Iugh" alargado haciendo que ambos adultos rieran siguiendo con su tarea.

Clare le tendió su vaso para niños con asas y con diseño de animales impresos, la vio dar un largo sorbo para mirarla fijamente.

—Ya me quiero ir— formó un puchero con sus labios.

—¿Sabes el daño que le causas a tu abuelo tras decir esas palabras?— soltó Henry moviendo de forms exagerada el pañuelo con el que secaba.

—Mañana papá me llevara a Port Angeles a comprar un vestido nuevo.

—¿Así? ¿Y qué tal si te llevó yo? Pasemos un día de nieta y abuelo, diversión asegurada.

Los ojos de la pequeña se iluminaron de la emoción, tanta que hizo sonreír a Clare cuando está se giró a suplicarle con la mirada buscando su permiso.

—Bueno, le diré a tu padre que mañana iras con el abuelo— tomó el plato de Adhara al ver que esta ya se había llenado tirando las sobras a la basura.

—Déjala que se quedé, hace tiempo que no tenemos una pijamada con ella— acotó Henry tomando el plato que le extendía Clare para que su esposa lo lavara y el lo secara para guardarlo.