B R E A T H-Jasper Hale

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Las cosas no parecían cambiar con Bella, seguía en su estado pesimista por tres largos meses, pero Clare tenía momentos de extrema felicidad pasando más seguido en la reserva a veces con Paul, Jared y Sam en casa de Emily o cuando iba a casa de Jake y estaban Quil y Embry dispuesto a pasar un rato jugando videojuegos o viendo alguna película. En ese tiempo había conocido a un pequeño de la reserva, Seth, a quién todos molestaban diciendo que tenía una obsesión con Clare ya que frecuentaba más el querer juntarse con los chicos los días que la castaña rojiza aparecía en su Jeep.

Todo había cambiado un poco...excepto su cáncer.

Estaba en su control semanal con su nuevo doctor y aún que tratar de ignorarlo sabía que no era lo mismo que Carlisle pero aún así ponía buena cara.

Esa vez en particular le había pedido a su madre que esperara afuera quién insegura hizo caso a la petición de su hija.

— Bueno, no sé como decir esto, pero...creó que es un milagro que sigas aún aquí con nosotros— dijo con dificultad el doctor mirando los papeles regados por la mesa.

— ¿Cuánto tiempo?— preguntó sin expresión en su rostro.

El hombre alzó la mirada frunciendo ligeramente el ceño.

— ¿Cómo?

— ¿Cuánto tiempo que queda?

Soltó un bufido como si encontrar la respuesta le aburmara, volvió a dar una mirada a sus papeles.

— Yo diría que un mes cómo mínimo, pero no más de dos.

Estaba sorprendido de que la chica no rompiera en llanto, normalmente eso causaban estas cosas pero ella estaba tranquila sentada en frente de él. La estudio unos segundos notando que la chica estaba pensando en silencio con la vista baja, se acomodó en el asiento dejando de ver los papeles y aclaró su garganta.

— ¿Está todo bien, Clare?

La castaña lo miró a los ojos y el doctor pudo ver una pequeña sonrisa en su labios.

— La razón por la que nos mudamos a Forks a parte de tener un ambiente más tranquilo era porque quería que mis padre comenzaran una nueva vida.

— ¿Sabías que esto iba a pasar?

— Tenía esperanzas de duran un poco más y haberme graduado, pero las cosas no pasan como uno quiere a veces. He luchado por tanto tiempo que mis padres entendieron hace mucho tiempo que estoy cansada y que en cualquier momento ocurrirá esto.

— ¿Dices que a ellos no les importa?— preguntó ligeramente confundido.

— No, no quise decir eso. Mis padres han estado en todas mi etapas a mi lado, remodelaron su vida para cuidar de mí y ya no sé parece en nada a mi vida antes de que mi enfermedad apareciera. Pero yo también me canso de respira, ¿sabe? Es como sostener un piedra sobre mi cabeza que cada vez pesa más y más y me cuesta sostenerla, algún día flaqueare y esa piedra caerá sobre mí arrasando a mis padres de paso— tomó aire pesadamente—. Luche porque tenía esperanzas de pasar todo esto, pero después de un años supe que el tiempo se me acaba lentamente.