B R E A T H-Jasper Hale

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Jasper se quedó de pie fuera de la casa la media hora que su esposa se había marchado a enfrentar a los lobos.

Si bien pensaba en el sentimiento de cariño y hermandad que la manada de Sam sentía por Clare, la duda de que esta situación acabará ese lazo haciendo que los lobos pudieran atacarla seguía rondando su cabeza de forma temerosa. Ya se había decidido, si no vuelve en diez minutos más, sin importar nada, él iría por ella sin importar las consecuencias.

El sol se había comenzado a esconder dejando un ambiente un tanto oscuro, mas su aguda mirada estaba atenta a cada rincón del bosque.

El viento primero trajo un olor dulce de un perfume que conocía, seguido del ruido de pisadas y después de unos pocos segundos la pudo ver a la distancia a unos diez metros dentro del bosque. La examinó por todas partes con su mirada buscando alguna señal de que hubiera sido lástima. Ahora fueron las emociones lo que pudo sentir de ella como una bomba.

Ira. Tristeza. Desesperación. Miedo.

En cuanto su esposa salió por completo del bosque pudo notar como sus pálidas mejillas estaban brillosas. Sí, estaba destrozada en su interior y eso lograba destrozarlo a él de igual modo.

La vampira se le acercó con su mirada baja, él avanzó para acortar la distancia envolviendola en sus brazos con fuerza en cuanto la tuvo de frente. Pudo oír como en cosa de segundos se desahogaba con su rostro oculto en su pecho.

La sostenía con fuerza, acariciaba su espalda con sus manos consolandola.

—¿Qué sucedió?

—Dijeron que matarían a Bella.

Eso era desesperación e ira.

—¿Y qué te dijeron a ti?

—Que ya no era parte de ellos y que si me interponía no dudarian en...— nisiquiera pudo terminar la oración cuando su voz se corto, pero no fue necesario, Jasper entendió a que se refería.

Eso era tristeza y miedo.

El vampiro apretó su mandíbula, aún si lo último lo llevaba a querer lidiar el mismo con los lobos se controlo enfocándose por completo en Clare. La abrazó tratando de calmarla, no quería cambiar sus emociones, sabía que a ella no le gustaría. Aún así, con su tracto trataba de darle el mensaje de que no estaba sola y jamás lo estaría.

—Vamos a la habitación. Debes descansar.

Y si bien no era dormir, era para que almenos pudiera estar recostada con sus ojos cerrados tratando de poner en orden sus pensamientos. Clare se sentía tan cansada que incluso pensó que en algún momento se quedaría dormida después de mucho tiempo, estaba débil, al borde de un colapso.

Jasper estaba semirecostado teniendo a su esposa sobre él, su cabeza apoyada en la parte baja de su pecho y sus delgados brazos envolviendolo como si fuera una almohada. La podía ver con sus ojos cerrados, sus cejas ligeramente alzadas. Era un rostro afligido.