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— ¿Qué tal?

— Mi cabello ya no parece un nido de pájaros— dijo con completa sinceridad Adhara cuando Rosalie había dejado de peinar sus rizos finalizando el peinado.

Clare y su madre ahogaron una risa al igual que la vampira rubia.

Rosalie había hecho un gran trabajo con el peinado de la pequeña, había aprovechado cada mechón para hacer algo simple, pero al hacer tan bien los rizos de color rubio fresa hacía que se viera más estilizado. Era una media coleta alta que dejaba caer hasta sus hombros su cabello, incluso había dejado unos sueltos, los más pequeños en el frente de la pequeña. Como detalle final había añadido unas pequeñas flores blancas.

— Te vez hermosa, mi amor— aludió Vanessa a su nieta quien le sonrió a través del espejo arrugando ligeramente su nariz.

— Tía Rose hizo que me viera como una princesa— se levantó en la silla que habían puesto en el baño de Rosalie para que fuera más cómodo peinarla, la rubia la sujeto con cuidado de una mano mientras la pequeña se miraba en el gran espejo.

Su vestido era blanco hasta las rodillas, tenía una capa de brillitos en la parte inferior, junto con unas sandalias que la misma Alice había adornado con pequeñas piedras de cristales.

Clare la miró con una sonrisa, su pequeña se veía hermosa.

— Gracias, Rosalie. Hiciste un gran trabajo— le agradeció a su cuñada quien asintió con una sonrisa mirando con ternura a la pequeña humana quien después de verse pidió ser bajada para salir corriendo de la habitación.

— ¡No corras! ¡Desarmaras tu peinado!

— ¡Si, abuela!— gritó la pequeña saliendo de la habitación pero todas podían oír como sus sandalias tocaban con fuerza y rapidez el suelo.

Las tres soltaron una risa para bajar hacía la primera planta en la sala principal donde estaban los padres de Bella y el padre de Clare charlando.

— Debo admitir que me sorprendió saber que Bella se casaría. Fue difícil, lo admitió— le comentó Charlie a Henry, ambos con una copa con un poco de champagne en el interior—. Quiero decir, Bella es adulta pero hace unos meses cumplió los dieciocho.

— Si, es difícil.

— Muy difícil. Y además nisiquiera me agrada tanto Edward, pero siento que nisiquiera puedo oponerme porque a mi hija la hace feliz.

Henry asintió compresivo.

— Yo quería matar a Jasper— admitió el Sweety al sheriff haciendo que este lo mirara con cierta impresión para después de unos segundos ambos asentir y dar un trago a sus copas.

Clare negó mirando con una sonrisa a su padre y se acercó a este quien al verla con su vestido color verde olivo soltó un silbido de aprobación.

B R E A T H-Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora