"Ya no quiero pasar desapercibida en esta vida, ni en la próxima".
[~Glory Miranda.]
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había tomado mi decisión, aunque no pudiera hacer nada para proteger a Diana del bebé me volvería tan fuerte que podría soportar su dolor por ella. Me había quedado con ella toda la noche y pronto vendría José a relevarme, seguía sin agradarme pero lo soportaba porque parecía estar genuinamente preocupado por la salud de Diana. Entro y al instante supe que era él.
–—Ya puedes irte yo me quedaré lo que queda del día.
Asiento aunque no estoy segura que me esté viendo. Beso la frente de Diana y doy media vuelta para irme a casa a descansar.
–—Se que no soy santo de tu devoción pero si tienes una manera, la que sea, para que ella viva puedes usarme si es necesario. No me importa morir por salvarla.
–—¿No te importa morir? –—enfatizo lo último.
–—Que es vivir si por dentro mueres –—sonríe–— yo no podría soportar la idea de que ella muriera y yo siguiera con vida.
–—La seguirías a la muerte ¿Por qué?
–—¿No es obvio? Si en mi mundo de maldiciones existe algo semejante al amor definitivamente es lo que siento por Diana.
–—Espero no lo olvides –—digo seria saliendo la habitación.
Reviso mi teléfono donde respondo algunos mensajes de la tía preguntando por Diana, tuve que mentirle para no sospechara lo único que cierto es que Diana tuvo un accidente con las escaleras pero nadie además de José, Eiden y yo sabemos lo del embarazo.
Salgo del hospital y para mi sorpresa tengo seis chicos ultramega guapos esperando por mi en un todo terreno color negro. Me acercó con una sonrisa, pero mi intento de estar bien se derrumba cuando soy abrazada por todos, me reconforta y me llena los ojos de lágrimas nuevas las cuales no dudan en salir, dejo de contar el tiempo que permanecemos así pero cuando me sueltan ya no quedan más lágrimas que derramar. El corazón se me estruja cuando Eiden borra el rastro de mis lágrimas con su pulgar, por todo lo que estaba pasando olvidé por completo el y yo... Eso ya no importa, está aquí cuando lo necesito y es las que suficiente no pediré más.
–—Vamos a casa –—casa, jamás imaginé que ese término los involucrará a ellos pero se siente tan bien que no digo nada–— necesitas descansar, mañana a primera hora será tu entrenamiento.
•••
Antes de que el sol saliera Brando llegó a mi puerta tocando, lo escuché perfectamente pero no tenía fuerza para abrir los ojos y levantarme a abrir estaba física y emocionalmente cansada, no podía ni con mi alma.
–—Alayna hora de entrenar.
–—Cinco minutos más –—logré murmurar.
Me subí la cobija hasta la cabeza y me enrolle en ella como un tequeño. No escuché protestas ni la puerta abriéndose, asumí que me dejaría en paz por lo que había pasado con Diana.
Frío.
Me sobresalto saltando de la cama, estoy temblando y el agua helada resbalando por toda mi ropa enfriandome el cuerpo.
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Corazón De Fuego
FantasyCuando la traición te abraza es porque el traidor camino contigo... Mi destino fue escrito incluso antes de mi nacimiento quedando sellado sin mi consentimiento, atrapada en leyendas que se vuelven realidad y en amores trágicos pero hermosos; un ver...