CAP 13 Peligro

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Inefable
Algo tan increíble que no puede ser expresado en palabras.


(Anónimo)


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"Estás en peligro"

Esa corta oración no dejaba de pisar con fuerza mi corazón, trancandome la respiración y dejándome pálida como un papel. Si quería disimular que desconocía de lo que hablaba ahora era imposible, me he faltado solita. Tampoco veo en Carlos su usual chispa de broma, está hablando en serio.

¿Qué tanto sabes, Carlos?

Esto no me gusta.

Trato de levantar e irme y para jamás volver a verlo pero me detiene de la mano, miro su mano y luego su rostro, tiene ese gesto que no puedo rechazar aunque quiera. No puedo verlo con esa mirada suplicante y dejarlo, no me sale del corazón hacerle algo así, no a él.

Cierro los ojos con fuerza y me desplomó a en la silla otra vez.

–—Gracias.

–—No agradezcas y desembucha, ¿Qué es lo que sabes?

Niega. Su mirada es triste pero no me interesa, clavo mis uñas en su muñeca provocandole una mueca de dolor.

–—Lo siento, Alayna pero no puedo decirte, es todo lo que...–—encajo con más ímpetu las uñas–— esa mujer –—lloriquea.

–—¿Qué mujer?  –—duplico la fuerza de mi agarre, siento como mis uñas le traspasan la piel dejando salir pequeños hilos de sangre–— habla.

–—Quiere destruirte a ti y a todo el pueblo. Cuando sea luna sonría en el cielo el infierno se desatará Salem.

Lo suelto de inmediato. En fuego ardiente quema la paloma de mi mano y noto que la Carlos tiene la piel rojiza dónde lo he agarrado. El dolor es claro en su expresión pero no me inmutó, también siento dolor en mi mano pero el que siento en mi corazón es mucho más doloroso que esa simple quemadura.

–—Te has condenado, Carlos, ¿Por qué lo hiciste?

Su mira busca la mía y no hay más que sinceridad en cuando nuestras miradas conectan.

–—Se que me equivoqué al alejarme de ti cuando rompiste con Peter, pero eres mi mejor amiga, tenía que advertirte. Tenía que intentarlo, mi clan no está involucrado en esta guerra pero tenemos un voto de silencio que he roto por ti.

Aprieto con fuerza la mandíbula y lo abrazo. No me importa que su piel y la mía se estén repeliendo y que ambos estemos sufriendo por las quemaduras que nos provoca ese fuego dentro de Carlos; una cadena maldita, una pacto para silenciar aquellos traidores que osen abrir la boca. Sea condenado a la muerte por mi culpa lo mínimo que puedo hacer es compartir su dolor. Así que lo abrazo con fuerza y lo dejo llorar en mi hombro mientras acaricio su cabello cobrizo.

Extrañaré su melena rebelde como el atardecer.

Su sonrisa cuando hacíamos enfadar a su hermano.

Su mirada de perrito regalado cuando quiera convencerme de algo.

Lo extrañaré como a nadie en el mundo. Por eso no pienso dejarlo morir.

–—Resiste, por favor, solo resistiré un poco más.

Y ambos perdemos el conocimiento por exceso de dolor.

•••

Camino por las calles solitarias de Salem con cinco escoltas que no quieren perderme de vista. Desde el acidente con Carlos no han querido dejarme sola ni para ir al baño, ahora son mis guardaespaldas por petición de Eiden que si pudiera y no trabajará también estaría detrás de mi como perro faldero.

Corazón De FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora