CAPÍTULO 35: LOS GRANIZADOS DE DANI

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Llegamos a la madrugada aquí a Miami. No sé qué hora es y tampoco lo quiero saber, solo dormía. Estoy muy cansada, llegue agotada. Zane dormía, sentía su cuerpo junto al mío, una de sus manos se posicionaba en mi estómago, como aferrándose a mí, yo tenía mis manos encima de las suyas, también aferrándome a él.

Me estaba despertando, quería seguir durmiendo, pero ya no era capaz. Al abrir mis ojos veo a Zane al igual despertando, el me mira unos segundos, veo sus ojos, era irresistible su mirada a pesar del tiempo, todavía lo sigue siendo, el sigue siendo irresistible para mí.

—Buenos días sisu.

—Buenos días —trate de pararme, pero la pereza me gano.

—Pensé por un momento que no estaría aquí contigo —dijo, como si fuera lo peor y el solo pensar en esa idea, fuese una tortura.

—Yo pensé lo mismo, mis padres estaban muy preocupados e indecisos. Pero a la final no se que les hiciste como para que me dejaran venir aquí, contigo, mi novio —sonrió sin creerlo.

—Nadie puede decirme que no —sonrió sin creer su arrogancia —. Tus padres estaban nervioso, indecisos por dejar ir a su hijita a un viaje con su novio, pero un desconocido, desierta forma. Pero creo que ellos sentían que tu necesitabas un viaje el cual estarías relajada y... creo que este cumplía con el objetico.

—Tienes razón, ellos aceptaron porque sabía que el viaje me haría bien.

—Esperemos que lo sea —él sonrió —. ¿Nos bañamos juntos? —preguntó.

—¿Bañarnos juntos?

—Si, así tendremos mucho más tiempo, para disfrutar —yo reí. Él entro primero al baño, yo fui unos segundos después, miraba toda su habitación, sentía que no tenía tanto su toque, es muy linda pero no parece la habitación de Zane.

Me senté en la silla del escritorio y vi el cuaderno que estaba encima del escritorio, lo pensaba abrir, pero preferí meterme a bañar junto a Zane. Al entrar, el agua caía por su cuerpo desnudo, yo observe su cuerpo y su silueta como si fuera lo más placentero del mundo, yo me desnude, abrí la puerta transparente y por detrás puse mis manos para que sintiera mi presencia, él se volteó de inmediato, me dio un beso y dejo que el agua cayera al igual en mi cuerpo.

Estaba haciendo un día muy soleado, podía sentir como el calor quema mi cuerpo al igual que la arena mis pies descalzos, caminaba sola por la playa. Zane no tardó en llegar, yo me adelante, el agua del mar es hermosa se me había olvidado como era, hace mucho que no venía al mar, el cielo estaba más azul que nunca, hacia ver el mar hermoso, el agua empezaba a tocar mis pies, me dio escalofrió el sentir el agua fría, pero deseaba meterme, Zane baja con unos empleados, él me sonrió a lo lejos, yo igual pero seguí observando el mar.

—Es hermoso —dijo abrazándome.

—Lo es —dije mientras poso mis manos en las suyas.

—¿Hace cuánto no venias? —preguntó él sin dejar de abrazarme.

—No lo sé, pero hace algunos años —me voltee, el no dejo de abrazarme, yo rodee mis manos en su cuello. Lo miré y observe, debo admitir que lo hago demasiado, más de lo que puedo darme. volví a sus ojos —. Gracias por traerme.

—Quería traerte a un lugar especial y sentía que este sería uno —dijo, nervioso como si temiera decirlo.

—Y lo es —Lo bese. Sus labios tersos y deliciosamente suaves me obligaron seguir besándolo —Te amo.

—Ti amo —. Me gusto escuchar este "te amo" en italiano.

—¿Qué hacen ellos? —lo dije mientras señalaba a los empleados cerca de nosotros.

BELLA SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora