CAPÍTULO 7: DESEOS Y COMIENZOS

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Me acababa de despertar, cogí de inmediato mi celular para ver qué hora es, eran las doce, me levanté y me dirigí al baño a lavarme los dientes, para bajar y comer algo antes de que sea la hora de almorzar, mientras me lavaba los dientes me llego un mensaje de Nicoll.

—Miga.

—¿Nico?

—¿Nos vemos hoy?

—Sí, no hay problema.

—¿Voy o vienes? —preguntó.

—Voy.

—Bueno ¿a las 3?

—Si.

Cuando solté el celular y me seguí lavando los dientes, me acordé de Zane y de anoche, pensaba en hablarle, pero de pronto parecía algo intensa, preferí no hacerlo, decidí bajar hacia el primer piso, mis padres estaban en la sala conversando.

—Buenos días —dijo mi madre, yo me dirigí hacia ambos y les di un beso a cada uno.

—¿De qué estaban hablando? —pregunté curiosa.

—De tu hermano y su universidad.

—Ya les contó —dijo afirmando.

—No, nos llamó la universidad para confirmar todo.

—¿Hay algún problema con eso? —si lo hay, solo que quería saber que estaban sintiendo.

—Si, que no fue capaz de informarnos que ya había escogido carrera y que la universidad queda en otro país —quede tan sorprendidos como lo estaban ellos.

—¿Tu lo sabías? —preguntó mi padre.

—Pues sí, yo sabía que ya había escogido carrera y que se había inscrito a una universidad, pero no sabía que no era en el país.

—¿Dónde está él? —pregunté.

—Está donde Gabriel, su mejor amigo.

—¿Por qué no lo llaman?

—No, esperaremos hasta mañana —dijo padre.

—Iría no se te olvide que mañana tienes grupo de apoyo en la tarde y terapia cognitiva en la mañana.

—Si madre, no se me ha olvidado.

—¿Niña cómo te has sentido? —preguntó mi padre.

—La verdad me he sentido muy bien.

—¿Te has estado tomando tus medicinas?

—Si lo he hecho, no te preocupes papi.

—Confiamos en ti —dijo mi madre.

—¿Qué puedo desayunar? —pregunté para no seguir hablando de mi enfermedad.

—Pues ahí hay café y toma algunas galletas, no comas tanto que ya casi se aproxima la hora de almorzar.

—Sí madre es solo para llenar algo de comido el estómago y para poder tomarme las medicinas —mi madre asintió con su cabeza y yo me subí a mi habitación con una galleta y mi café, me volví acostar un momento mientras veía mi celular y me terminaba mi supuesto desayuno.

***

Me estaba arreglando para bajar a almorzar con mis padres, me arreglaba mi cabello y pensaba en que perfume me echaría, en ese momento mi padre tocó mi puerta.

—Hija baja ya almorzar.

—si papi, ya bajo —me termine de arreglar y baje a almorzar, mi padre estaba sentado como siempre en la cabecera de la mesa y mi madre ponía el almuerzo en la mesa para que nos sirviésemos.

BELLA SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora