Han pasado algunos días desde que llegué a Miami con Zane, han sido días maravillosos, hemos salido a disfrutar de cada lugar lindo de la ciudad y divertirnos en cada uno, han sido las mejores vacaciones que he tenido y apenas han comenzado.
He disfrutado de cada lugar por más pequeño o sencillo que sea, estar con Zane es más que suficiente. Él está disfrutando demasiado, lo veo en sus ojos a cada lugar al que vamos, solo me sorprende que lo disfrute tanto sabiendo que él ya ha venido varias veces a la ciudad y ha estado en cada lugar el cual me ha enseñado.
Estoy despertando de un largo sueño al lado de Zane, nos dormimos un poco tarde, nos encontrábamos haciendo ejercicio y del bueno y el cual todos les encanta hacer, estoy desnuda al igual que él, sólo nos tapaban las sábanas, Zane dormía boca abajo mientras abraza la almohada, al despertarme lo abrazó y me acuesto en su espalda, le doy un beso en la espalda haciendo que se erice un poco.
—Buenos días Sisu —dijo en voz baja sin abrir sus ojos.
—¿Qué tal dormiste? —le pregunté.
—Nunca había dormido también en mi vida —lo dice mientras se da la vuelta, yo me vuelvo acostar en su pecho y pongo una de mis piernas entre las suyas.
—Me gusta que hayas dormido bien.
—No te gustaría... —se detuvo y me miro con sus ojos más vivos que nunca.
—¿Qué? —sabía a qué se estaba refiriendo, pero quería que fuese más claro, quería que lo dijera.
—Es de día, estamos desnudos, yo quiero, tú quieres, hagamos ejercicio y del bueno —su voz me hijo erizar, lo deseo tanto como él.
—¿No hemos desayunado? —lo deseo, pero quiero hacerme del rogar.
—Yo seré tu desayuno y tú serás el mío —lo dijo muy pícaro. Yo no dije nada, solo solo me acomode y me senté en su entrepierna, me acomode el cabello ya que me estaba molestando, empecé a besarlo, sentía su deseo de hacerlo en plena mañana, mientras el sol se filtra por las gruesas cortinas y nuestros cuerpos brillan antes el resplandor del sol. Esa mañana desayunamos en el cuarto después de una ronda de ejercicio, odio hacer ejercicio, pero este vale más que la pena.
Ese día casi no hicimos nada ya que pensamos salir en la noche a una fiesta de unos viejos amigos de Zane que casualmente estaban de vacaciones aquí también yo no estaba muy emocionada en ir a esa fiesta, pero el sí quiere y él me ha acompañado a muchas de mis locuras y no quiero dejar de ir a sus locuras y más cuando quiere ir a ver a sus amigos.
Me están arreglando, tenía una bata de baño, me había estado arreglando mi cabello, alisando un poco con la plancha. No sabía si lo que había escogido estaba bien, pero no lo pensé y me coloque la falda de seda, es muy corta, mucho más arriba de la rodilla, la falda tenía una abertura completa en la parte de la pierna izquierda, se sostiene con una tira de seda entrelazada perfectamente, me puse una blusa la cual dejaba ver mi abdomen, aunque solo un poco ya que la falda me cubría la parte del ombligo, me puse unas sandalias de tacón negro y joyería de plata. No sé si estoy muy bien vestida para la fiesta solo escuche a Zane que entre más sexy la ropa, mejor.
No sé si él ya se había arreglado, pues en ningún momento entró a la habitación a buscar ropa y él se quedó en venir a bañar, salí de la habitación a buscarlo, en el pasillo hacia las escaleras me lo encontré, él me observo, desde mi cabeza hasta las puntas de mis pies.
—Estas hermosa y sexy, creo que no debería ir —dijo sin dejar de mirarme.
—Lo que me faltaba que decidieras que ya no quieres ir —cruce mis brazos enojada.
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BELLA SALVACIÓN
Fiksi RemajaAl volver a su casa con su familia se daría cuenta de la presencia de su nuevo vecino, el cual era totalmente desconocido en el vecindario pero el cual causaría una curiosidad desde la noche en que lo vio desde su mirador. Zane llegaría a la vida d...