Prólogo

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La vida es como una montaña rusa, hay altos y bajos, hay euforia y temor, hay un inicio y un final, lo que para unos puede ser una experiencia excitante y pasar en un pestañeo, para otro puede ser la experiencia más terrorífica y con una duración eterna, una simple cuestión de perspectiva que, para mi caso, una simple adolescente de catorce años, en este preciso instante estoy atravesando los momentos más atemorizantes de mi corta vida, a pesar de que solo un año atrás esa misma vida pintaba ser la experiencia más emocionante que se pudiera experimentar.

Pero ¿Cómo es que la vida puede ir de un extremo a otro? Y ¿Cómo es posible que ese cambio me haya transformado en un ser que ni yo misma reconozco?

-Entiéndelo Poché, tienes que ir, es la primera vez que tu hermana puede ir al campamento y no la podemos enviar sola, ella está acostumbrada a estar contigo y tu como hermana mayor la vas a apoyar-menciona Martha mi madre desde la comodidad del sillón reclinable en el que últimamente pasaba la mayor parte del tiempo, su enfermedad cada vez la debilitaba más y debido a la ubicación del sillón podía observar todo lo que ocurría en la planta baja de la casa y gracias a los amplios ventanales tener una linda vista hacia el jardín- además ¿a qué te quedas?

-A hacerte compañía mamá, yo no quiero ir y que al regresar te encuentres peor o...-un nudo se apoderó de mi garganta en ese momento impidiéndome terminar la frase mientras que lágrimas escurrían por mis mejillas. Estos últimos meses habían sido muy difíciles para mí, una simple adolescente que pasó de tener a una madre fuerte, entera, entregada a su familia, proactiva e involucrada en cada actividad que tanto mi hermana como yo compartíamos, a ser una madre disminuida por una enfermedad, que a pesar de todo buscaba ser parte de nuestra vida diaria, pero que los tratamientos contra el cáncer por ser tan agresivos, la dejaban agotada y con la energía justa para poder pasar un poco de tiempo en compañía de nosotros, los seres que más amaba.

-Oh pequeña ven acá- me abre los brazos y lo único que puedo hacer es correr a refugiarme en el pecho de mi madre y ambas permanecimos abrazadas por un largo rato sin decir nada, solo mis sollozos camuflados con los sonidos de los diversos aparatos electrodomésticos y del grillar con el que los pequeños habitantes del jardín solían engalanar la noche, noche que había caído y donde mi papá Juan Carlos, optó por subir a acostar a mi hermana, su pequeña Valentina, para darnos un poco de privacidad a mamá y a mí, para así poder hablar sin contenernos, cosa que estaba ocurriendo- no tengas miedo María José, eres única, valiente, fuerte y resistente, no importa todo lo malo que la vida te tenga deparado estoy segura que podrás con eso y más, pero sobre todo estoy segura de que las cosas lindas, alegres y llenas de satisfacción serán más grandes que todas las tristezas que puedas imaginar.

-Odio que estés enferma, odio que te puedas morir-solloce aferrándome al pecho de mi madre.

-El odio es una emoción muy fuerte mi pequeña, tu corazón es demasiado puro como para albergarlo- besa su cabeza y continúa acariciando su cabellera- todos vamos a morir María José, nadie vive eternamente, esta vida es de principio y final, en el momento menos pensado la llama de la vida se extingue y nuestra efímera existencia pasa a ser un recuerdo en la mente y corazón de las personas que nos rodearon. Yo solo moriré el día en que te olvides de mí, tal vez no estaré físicamente contigo, pero siempre tendremos nuestra conexión a través de la luna, sea de día o de noche, ella siempre estará girando a tu alrededor y con ella yo estaré presente en cada momento de tu vida. Además, mi amor tienes que hacer tu vida, este es tu tercer año consecutivo en el que acudes, nos costó mucho trabajo que lograras tener la seguridad para que aceptaras acudir y darle una oportunidad, incluso creo que, si no fuera porque conociste a Daniela ese primer día, no habrías querido volver, acaso ¿quieres faltar a la promesa que ambas se hicieron?

-No, pero estoy segura que ella entenderá- respondí, pensar en Daniela era lo único que me daba paz, me separe del pecho de mamá y le ayudé a ponerse de pie para caminar con dirección a la habitación que habíamos adaptado para ella en la planta baja- este es nuestro último año en ese campamento, el próximo nos tocaría buscar uno para jóvenes adultos o simplemente dejar de acudir.

- ¿lo ves? Tienes que ir, no le puedes fallar ¿Cómo te sentirías tú si llegas a su lugar de encuentro y los minutos pasan, las horas llegan, pero ella no lo hace?

-Me dolería mucho, me sentiría decepcionada y no disfrutaría del verano de la misma forma.

-y ¿queremos que Dani se sienta así? –me observó mover frenéticamente la cabeza de izquierda a derecha, la sola idea de decepcionarla me mataba- tranquila hija, ya me quedó claro, entonces no hay más que hablar, Valentina y tu irán al campamento, punto final a esta conversación-se recuesta en la cama con un poco de mi ayuda- disfrutarás con Daniela de su último verano juntas y decidirán si quieren continuar con su tradición de pasar el verano juntas, pero ahora en otro campamento o visitando sus respectivas ciudades de origen.

-Está bien mamá, se hará como digas, pero necesito que me prometas algo-mencioné completamente seria.

-Dime mi pequeña, si esta en mis posibilidades por supuesto que haré lo necesario por cumplirlo-respondió mi madre sinceramente.

-Que al mínimo indicio de que tu condición se agrave nos mandaran traer de vuelta, no importa si solo estamos una semana o si pasa el verano y tú te mantienes estable, lo que importa es que tanto mi hermana como yo podamos estar contigo, no me perdonaría que te vayas y no me pueda despedir de ti.

-Descuida Poché, las mandaré traer a mí en el momento indicado, no me iré de este plano terrenal sin despedirme de mis angelitas- prometió y con un beso en mi mejilla se despidió de mi para cerrar sus ojitos y dormir con ayuda de la morfina.

Y ahora yo muero de a poco día con día.

Y ahora yo ¿Cómo curo este corazón roto?

Y ahora yo ¿Cómo le pido a mi alma que te deje de extrañar? ¿Cómo hago para continuar si tú ya no estás? ¿Cómo le hago para soportar tu ausencia?

¡¿Cómo?!

Si el otro único ser que me podría ayudar tampoco está, si ELLA no está.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora