Capítulo VI De vuelta al campamento.

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Una disculpa por la tardanza, pero han sido días en extremo ocupados en el trabajo, eso de ser adulto responsable no es divertido. Peter Pan ven por mí, llévame contigo a Nunca Jamás (claro a mí y a mis tres perros).

Tengan lindo viernes y espero leernos pronto, aunque no prometo mucho, por lo menos las siguientes dos semanas seguirán estando bastante saturadas de trabajo, pero ya para Julio todo se relaja. 

La tarde caía en el campamento Chippewa y con ella un sin número de campistas hacían su aparición para registrarse y así tener una cabaña asignada y poder dejar sus pertenencias. Para aquellas que como Valentina Garzón era su primera vez en el campamento, el dejar su equipaje era sinónimo de conocer con quienes compartiría habitación por las próximas ocho semanas y comenzar a entablar una relación cordial que podría desencadenar en una amistad; pero para aquellas que este no era su primer campamento, el dejar su equipaje solo significaba una cosa: elegir con quien compartirías litera y si irías arriba o abajo.

Las hermanas Garzón fueron de las primeras en llegar a pesar de la resistencia que Poché puso ante la idea de dejar a su madre enferma en casa. Los últimos quince días había presentado un retroceso en su salud, situación que preocupaba en desmedida a Poché, ella sentía que su madre se encontraba demasiado débil y a pesar de que le hizo prometerle que, si llegaba a sentirse mal las harían regresar, sentía que podría estarse perdiendo los últimos días de su madre con vida.

La noche previa a su vuelo, Poché entró en la habitación de su madre para despedirse de ella.

-Mami ya quedó listo nuestro equipaje ¿estas segura de que estas bien? ¿no prefieres que nos quedemos contigo? -Poché aún se sentía insegura de irse a disfrutar del verano mientras su madre estaba convaleciente.

-Poché, hija, ¿puedo ser honesta contigo? -menciona Martha con seriedad acomodándose en su cama y dejando un espacio para que su hija se acercara y sentara.

-Claro mamá- responde la chica que ahora tenía las puntas de su larga cabellera en color azul y toma asiento junto a ella.

-Primero que todo te amo, tú y tu hermana son lo más importante que la vida me ha dado, me siento orgullosa de ser su madre y de haber compartido una pequeña parte de su vida junto a ustedes.

-No- la interrumpe Poché- no quiero que te despidas, dijiste que nos traerías si comienzas a sentirte mal, no continúes despidiéndote si no quieres que mañana no me suba a ese avión.

-No es una despedida Poché, es la realidad, me voy a morir, ¿Cuándo? No lo sé, pero no quiero irme sin tener la oportunidad de decirte lo mucho que te amo, lo importante que eres para mí y el orgullo que siento de ser la madre de la fantástica y talentosa chica que eres. Ahora lo que quiero que entiendas es que, aunque yo no este, tu, tu hermana y sobre todo tu padre deben de seguir con sus vidas, es por eso que para mí es tan importante que tanto tú y Vale vayan al campamento, que pasen un verano inolvidable, que se diviertan sin pensar en que tienen una madre con una sentencia de muerta a cuestas.

-Pero yo no quiero una vida donde tú no estés ma- lágrimas se comienzan a formar en sus ojos cristalizando su mirada.

-Pues vas a tener que quererla, porque eso va a pasar más pronto de lo que todos deseáramos-suspira- ¿crees que no me duele partir? Claro que me duele, no seré parte de tu primer amor, ni de tu graduación o de tu primer corazón roto, no te veré crecer y desarrollarte en el ámbito profesional, es más, aun no sé qué profesión es la que te gustaría tener o si ya lo has elegido.

-Fotografía mamá, quiero ser fotógrafa, tener un estudio que se dedique a realizar campañas publicitarias, documentales y fotografiar fenómenos de la naturaleza como las auroras boreales.

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