Prólogo parte III De vuelta a casa

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La vida me ha dado tanto como me ha quitado.

El calor húmedo que caracteriza el verano en Barcelona tenía sudando a María José aun así solamente hubiera estado caminado del estacionamiento del hospital a la sala de espera en el piso de cuidados intensivos, el abuelo José María estaba haciendo guardia en caso de que hubiera una novedad con su hijo Juan Carlos el cual llevaba una semana en estado de coma después del accidente que sufrieron en la autopista.

- ¿ya pasó el médico? -cuestiona María José tomando asiento junto a su abuelo quien se encontraba absorto leyendo La rueda de la vida.

-Por Dios María José, vas a ocasionarme un infarto-menciona el anciano sobresaltado- toma en consideración que este viejo abuelo tuyo tiene un marcapasos y necesita llevarse las cosas tranquilo.

-Lo siento abuelo, pensé que habías sentido mi llegada, lo tomaré en cuenta, pero ¿hay alguna novedad?

-No con tu padre, pero si con tu hermana-menciona el hombre de poco pelo teñido de blanco- me pidió que cuando volvieras le avisáramos a la enfermera y lo esperáramos fuera de la habitación de Valentina.

-Vayamos entonces- responde María José dirigiéndose a la central de enfermería para avisar que estarían esperando al especialista Ramírez en la habitación 406 para después dirigirse junto con su abuelo a esperar al médico fuera de la habitación de Valentina.

-Señor Garzón, señorita Garzón-saluda el médico abriendo la puerta para entrar en la habitación donde Valentina dormía debido a los medicamentos que la mantenían sedada- entren por favor y tomen asiento- les indica el par de sillas que había dentro y toma el expediente de la menor de las Garzón- el día de hoy se le practicó una nueva resonancia a la señorita Valentina la cual nos arrojó buenos noticias, la inflamación de la médula espinal ha cedido por completo.

- ¿eso qué significa? -pregunta el abuelo- ¿ya van a despertar a la niña?

-Significa que iremos retirando de manera paulatina los sedantes que la mantienen dormida, debemos valorar si existen secuelas motrices como pérdida de la movilidad en una o ambas extremidades, pérdida de sensibilidad o hipersensibilidad o dolor crónico, lo cual solo podremos saber una vez la pequeña haya despertado.

- ¿para cuándo estaría despertando exactamente? -cuestiona María José

-No tengo una hora exacta, puede variar desde quince hasta veinticuatro horas, yo les recomendaría que estuvieran al pendiente desde las nueve de la mañana, una vez que despierte se le realizaran las valoraciones correspondientes y ya después de eso podrán entrar a hablar con ella, por el golpe en la cabeza y los días sedada puede que tarde en recordar lo ocurrido o incluso que presente pérdida de la memoria del momento del accidente, no se preocupen que eso es completamente esperado, no la presionen y no comenten nada en relación a la condición del señor Juan Carlos, solo mencionen que al igual que ella se encuentra en una habitación aislada debido a las heridas provocadas por el accidente.

-Se hará como usted indique-responde el abuelo José María.

-Ahora acompáñenme a la habitación del señor Juan Carlos-menciona el médico dejándolos solos un momento para que se despidieran de la pequeña y al salir los guía a la habitación de paredes transparentes para poder observar desde fuera el cuerpo de Juan Carlos conectado a diversas máquinas- al contrario de las buenas noticias que tuvimos con Valentina, lamento informarles que los estudios que hemos realizado esta mañana nos manifiestan que los órganos del señor Garzón están comenzando a fallar.

- ¿eso que significa doctor? ¿ya no hay nada que hacer para ayudar a mi hijo?

-El coma que le indujimos fue para preservar sus órganos, evitar que colapsaran y darle tiempo a su cerebro de desinflamarse y recuperar la consciencia, sin embargo, la inflamación cerebral ha cedido poco y sus órganos se están deteriorando poco a poco.

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