Parte II Capítulo V Rutina

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Alarma, despertar, bañarse, arreglarse, hacer video llamada a casa mientras desayuna, salir corriendo al trabajo, estar de 8am a 6pm en la agencia, dos horas libres para comer donde aprovechaba para tomar una clase en línea, regresar a casa para enviar bitácora de prácticas y hacer tareas para la clase intersemestral, cenar al tiempo en que edita algunas imágenes de los trabajos que hace los fines de semana, dormir. Ese era un día de semana normal para María José, un día donde saturaba de actividades su diminuto cuerpo con tal de mantener su mente ocupada y sus emociones alejadas de la superficie.

En su mente nunca pasó que el destino le tenía preparada la broma más cruel al volver a unir su camino con el de Daniela Calle. Ese primer día en la agencia cuando la vio frente a ella hizo que los años alejadas se volvieran nada y ella solo quisiera correr a fundirse en un abrazo que no acabara nunca, sin embargo, en alguien debía caber la cordura, sobre todo después de esa inesperada visita de Germán Calle a su apartamento tiempo atrás.

-Hola María José, tanto tiempo sin verte, has crecido bastante por si no me recuerdas soy

-Germán Calle- musita la chica que se sentía diminuta ante la imponente presencia del empresario en su puerta.

-El mismo, veo que tienes buena memoria ¿puedo pasar?

-Claro, adelante- le abre la puerta para que el hombre entre al pequeño apartamento donde solo cuenta con una cama al fondo de la habitación pegada a la ventana, un telescopio junto a esta, un pequeño sillón, un escritorio con cámaras fotográficas, computador, impresoras tanto de fotografías como normales y una montaña de libros, una pequeña cocina con una barra se servía de comedor y un par de bancos altos para sentarse- disculpe el desorden pero entre las clases y el trabajo no me doy abasto y ordenar pasa a un segundo plano, sobre todo cuando no estoy acostumbrada a recibir visitas.

-Descuida María José, yo también fui estudiante alguna vez- comenta el hombre moviendo unos libros de un banco para colocarlos sobre la barra y poder sentarse.

- ¿le ofrezco algo? Tengo agua, café o Monster-menciona tranquila.

-Así estoy bien, lo que vengo a decirte no va a tomarme mucho tiempo, solo no quería hacerlo en el pasillo.

-Usted dirá Sr. Calle ¿en que lo puedo ayudar?

-Es una cosa sencilla, quiero que te mantengas alejada de mi hija.

-Sr. Calle, su hija y yo no hemos tenido contacto desde el día en que abandoné el campamento.

-Y mágicamente aquí estas de nueva cuenta en su vida.

- ¿en su vida? El hecho de que viva en América, el cual es mi país de origen, no significa que esté en su vida, además ella vive en California, estoy segura de que es muy feliz y de que no está interesada en saber nada de mí.

-Te equivocas, mi hija vive aquí, tanto ella como su prometido estudian en esta ciudad y no quiero que les ocasiones problemas, ella es feliz con Mason y tienen muchos planes para cuando terminen sus respectivas carreras.

- ¿Cómo es que mi presencia arruinaría esos planes? Créame señor Calle que, si yo hubiera querido estar en la vida de su hija, hace muchos años que la habría contactado por medio de Manuela o Lucho.

- ¿a qué te refieres niña? - la molestia comenzó a hacerse presente en el tono de voz empleado por Germán, sentía que María José le haría daño a su hija y como padre estaba dispuesto a hacer todo para evitarlo.

-El club hípico al que ellos asistían cada verano está a 20 minutos de la casa de mi abuela materna, por años he sabido que los Gemelos Gómez, Daniela y Mason Evans pasaban sus veranos concentrados en Florida para después volar a competencias europeas.

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