Capítulo I Una promesa

1.2K 64 6
                                    

El anfiteatro del rancho Chippewa, donde se llevaba a cabo cada verano el campamento para niñas con el mismo nombre, se encontraba repleto con los padres de familia de todas las campistas, los cuales, al ser el cierre del campamento fueron invitados a presenciar un pequeño espectáculo montado por las menores a las cuales, después de que la directora del campamento lo clausurara de manera oficial, podían recoger sus pertenencias y así regresar a casa sin mayores contratiempos.

Reflectores, luces de colores, una acústica perfecta y en el escenario un hermoso telón rojo de terciopelo que impedía ver lo que sucedía tras de este. En las gradas del anfiteatro tanto padres como campistas se encontraban expectantes al inicio del espectáculo. El campamento Chippewa se caracterizaba por tener, además de las típicas actividades de competencias deportivas, una serie de talleres artísticos que iban desde pintura o fotografía, hasta canto y danza, pasando por instrumentos musicales; es por esa razón que no todas las campistas se encontraban en ese momento tras bambalinas, algunas habían tenido olimpiadas al inicio del día, otras expusieron sus trabajos artísticos desde medio día, y el resto se encontraba esperando su turno para hacer su presentación frente al resto de campistas y de los padres de todas.

- ¿me puedes decir cómo es que me convenciste de hacer esto? -una Poché extremadamente nerviosa se encontraba temblando al centro del escenario junto a un hermoso piano de cola en color blanco, llevaba un vestido de danza que constaba de un leotardo negro y una tela transparente para la falta, la cual le llegaba hasta la rodilla, su larga cabellera se encontraba completamente recogida e iba descalza- me voy a morir, siento que me voy a morir.

-No te vas a morir- Daniela se coloca frente a ella- mírame- le pide y Poché alza la mirada conectando con un par de ojos avellana que le transmitían la más grata sensación de tranquilidad, el hecho de estar descalza hacia notoria la diferencia en estaturas con su alta amiga, quien, a pesar de llevar zapatos de piso, se agachó para quedar al nivel de Poché, la cual la veía fijamente a los ojos- respira conmigo, inhala, no sueltes el aire, retenlo y ahora poco a poco ve sacándolo, bien otra vez, inhala, retenlo y expulsa poco a poco ¿mejor?-la bailarina asintió- bien, tu puedes hacerlo Poché, yo confío en ti, eres en extremo talentosa y la única persona con la cual aceptaría compartir escenario porque solo tu estas a mi nivel-Poché sonríe- eso, así me gusta, ahora te vas a quedar aquí- la coloca al final de la cola del piano- y esperaremos a que esto inicie- la música de la banda que se encontraba junto al escenario por la parte externa comenzó a sonar, anunciando la entrada de la maestra de ceremonias- me tengo que ir a mi lugar, esto ya va a comenzar, nosotras somos el primer número, concéntrate en mi voz y en el piano, eres maravillosa pequeña, que no te quepa duda alguna-le dio un beso en la mejilla y se dirigió a tomar posición en el banco frente al piano.

-Gracias, gracias- dijo la maestra de ceremonias después de haber dado la bienvenida- en esta ocasión el nivel que nuestras campistas han manifestado ha sido tanto que nos damos el lujo de abrir nuestra clausura con un dueto que está compuesto nada más y nada menos que, por un lado, nuestra linda Majo Garzón quien en su segundo año de campista nos ha venido a deslumbrar con sus dotes dancísticas además del talento que tiene para la fotografía, porqué efectivamente, si ustedes prestaron atención a la exposición que se encuentra en el recibidor del campamento habrán notado que muchas de las fotografías ahí expuestas son de su autoría. Pero la otra parte de este dueto no se queda atrás, a ella la conocemos desde los siete años y por seis veranos la hemos visto volver a este campamento para demostrarnos que cualquiera que sea la disciplina que decida aprender, ella la va a dominar y será la mejor en ello; si ustedes estuvieron aquí desde temprano la pudieron ver ganando la competencia de tiro con arco, pero si acaban de llegar ayúdenme a recibir con un fuerte aplauso a Daniela Calle en voz y piano y a Majo Garzón interpretando la canción "la quiero a morir".

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora