Narrador omnisciente
Emily había rechazado todo tipo de pago o "intercambio económico" por su servicio. A pesar de la insistencia de su hermano a través de cartas, ella seguía negándose, ya que no lo veía necesario.
Por otro lado, Clara y Anna ya habían alcanzado un nivel apropiado, así que el tiempo que aún quedaba para completar sus estudios particulares eran sólo reforzamientos y recordatorios de lo básico.Austin y Susan estaban maravillados por la rapidez del aprendizaje de sus hijas. Habían alcanzado desarrollar el razonamiento matemático, la comprensión lectora, oral y verbal. La escritura y caligrafía era en lo que más destacaban, puesto que Emily era bastante espléndida en esa área de el lenguaje y la literatura. No pidieron más, porque era más que suficiente para el nivel que estaban próximas a cursar.
Hablando ya solamente de ambas mujeres: Emily y Sue. Estaba segura que durante esos días de pasar tiempo en casa de Gilbert, había estimulado mucho el hambre que se tenían por la otra; sin embargo, no hubo una conversación seria en cuanto a lo que había sucedido hace ya un mes y medio con ambas. No querían tocar sensibilidades, porque probablemente sería motivo de llanto y defender sus posiciones. Por un lado, esto era aparentemente bueno, pretender que nada había sucedido, pero por otro lado, al tener en cuenta que sí había sucedido, no podían hacer más que rozar sus manos de casualidad o reír porque Mattie se quedaba con su tía y le llenaba el rostro de baba. Tal vez alguna que otra conversación de los estudios de las niñas o la deliciosa comida de Sue, pero nada en cuanto a sus sentimientos.
Una de las tantas veces casi lo olvidan y sin darse cuenta habían acortado la distancia, pero una llamada de atención por parte de la pequeña niña las hizo volver a la realidad.
Ya habían acabado de estudiar para eso y decidieron dar un paseo por el jardín, mientras Clara y Anna corrían y Emily y Susan estaban sentadas sobre una manta con su hija revoloteando encima. Había una tensión tan grande que el viento tenía muchas ganas de soplar y soplar hasta que sus caras se junten por fin.Lamentablemente la última vez que se vieron, esa tensión seguía creciendo y no era capaz de detenerse, por lo que Emily tuvo un pequeño arranque de fastidio.
—Em—Susan salió a entregarle un sobre a la mayor—Si no lo aceptas por él... ¿podrías hacerlo por nosotras al menos?—nuevamente dinero.
—Creí haber sido bastante clara con el tema de la ayuda financiera—Emily ordenó los papeles que estaban sobre el comedor—Realmente estoy bien así. Finalmente vivo con mis padres, no hay nada que me falte—
—Lo sé, pero no está mal que como señorita tengas tu propio dinero. Es parte de la independencia—con brusquedad la poeta dejó el sobre encima de la mesa.
—Espero que no insistan más con este tema—dijo entre dientes—Yo entiendo que—dio vueltas alrededor de su ex mejor amiga—se sientan culpables por lo que ha sucedido, pero créeme que sé cómo separar las cosas—todo quedó en silencio.
Las niñas subieron a la segunda planta un tanto asustadas.—No tengo sentimiento de culpabilidad—respondió Susan con serenidad—Solo estaba intentando ser amable y hacer lo que es correcto.—
—¿Intentar manipularme?—Emily entrecerró sus ojos—¿Eso es lo correcto para ti?—
—Nadie está manipulando a nadie—Susan cargó a su niña, quien se encontraba gateando en la alfombra—Si eso piensas, entonces no sabes separar las cosas realmente. Creí que tu reacción sería diferente, pero veo que no.—
—¿Lo dices después de cómo me reclamaste la última vez?—había dado en la herida.
Emily misma odiaba esa versión de sí, pero era inevitable no sacarla en momentos así—Vaya, Susan. Después de cómo me han tratado, no puedo creer que—