—Cuando seamos grandes nunca nos casaremos, y seremos escritoras, juntas—Emily esbozó con alegría para Susan, creando un escenario de lo dicho en su cabeza.—Claro, Em, así será—Susan sonrió negando. Ella sabía que eso estaba lejos de ser así, su vida no se lo permitía, ya que una escritora no podría sostenerse económicamente, y por otro lado, la sociedad la rechazaría. Era mujer.
Emily era soñadora, romántica, apasionada por la vida y sus afanes. Era una adolescente que se recordaba así misma haber nacido en la época equivocada. Susan también era una amante de todo aquello, pero comprendía los límites.
En conclusión, eran opuestas, pero creaban un balance único.