Capitulo XXI: Curiosidad

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¡¿Acababa de soñar con una rana unicornio arcoíris voladora?!

¿En  serio cerebro?

Dicen que los sueños son un reflejo de lo que tuvo mayor impacto en ti durante el día, pero. . . ¡¿en que condenado momento había visto siquiera una rana?!

Pero bueno, eso era lo menos importante si quería llegar temprano a mi primer día de clases con el duque. Así que revisé de reojo el reloj pegado a la pared después de haber despegado los parpados, eran las 7 en punto.

¡¿siete en punto?!

¡¡Ya debería estar en la biblioteca!! casi grité del susto, pegué un brinco y salí de la cama apresuradamente, desvistiéndome en plena habitación, y dejando arrumbada mi pijama sobre la  cama destendida. 

Abrí el nuevo armario que ahora reemplazaba a la anterior cómoda debido a que antes no se había dado cuenta el duque de que no se podrían colocar los vestidos correctamente ahí, definitivamente no parecía saber mucho sobre chicas. Me decepcionaba un poco que ya no tuviese el bonito diseño de antes, pero tampoco estaba en tantas condiciones de quejarme así que me limité a elegir el primer vestido que vi adentro aun estando en ropa interior.

Los vestidos que había comprado Demían habían llegado hacía un par de días, pero como eran demasiados se tuvieron que almacenar algunos a parte "según yo me fuera aburriendo de ellos". Claramente eso era una muestra de lo niña mimada que me consideraba hasta ese entonces.

Simplemente ignoré ese hecho, y tomé un broche del tocador que ni siquiera combinaba con el vestido floreado que me puse, y salí  con rapidez, empujando por error a un par de sirvientas que  pensaban que aún no había despertado. 

Me caí y me disculpe con ellas a pesar de saber que no me entendían.

Afortunadamente al menos sabía el camino a la biblioteca o hubiera quedado como una reverenda tonta , y es que en esa clase de mansiones siempre ha sido y será difícil para mi no perderme.

Abrí las pesadas puertas de la biblioteca lentamente e incluso con algo de miedo de que se enfadase conmigo por haber llegado tarde. Pero contrario a eso, no había nadie dentro, a parte de una mujer que limpiaba los estantes sin prestarle atención a mi presencia.

Entré sin hacer ruido y dejé mi libreta en una de las mesas , me senté calmando mi respiración, pues seguía agitada; después de recuperarme. Miré al uno de los relojes de el inmenso lugar.

Siete y quince. Me había desperezado, vestido y peinado anormalmente rápido tratándose de mí —una persona con demasiado amor por su cama— pero podría considerarse "normal" tratándose de mi actual crush ¿No? 

 Suspiré, no había ni señales de él ¿Se habría aburrido de esperarme tan rápido? 

Justo cuando esperaba lo peor, oí un bostezo detrás de mí, se trataba del "rey de roma" no habían pasado ni cinco minutos y ya estaba de paranoica.

Un par de tazas de café calientes fueron colocadas por sus enormes manos en la mesa. Le miré en todo su esplendor, su cabello estaba desordenado, traía ropa muy informal, y por informal, me refiero a una bata para dormir. Completamente negra y de tela brillante, con casi imperceptibles tejidos del mismo color en las orillas.

Sus ojos se veían cansados, un par de lagrimas recientes por el bostezo adornaban sus profundos  azulejos, sus rojizos labios  estaban entreabiertos y  brillantes por habérselos relamido segundos antes. 

—Toma, uno es para ti, no pensé que llegarías tan temprano  —mencionó frotándose un ojo desperezándose.

¿Temprano decía? La que supuestamente había llegado tarde era yo. Pero le dejé creer que él lo había hecho.

Enamorada del villano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora